Prevalece el “efecto marzo” entre la oferta y la demanda
Se combinan la menor producción de los “feedlots” y la vuelta de las vacaciones de consumidores de mayores ingresos...
En enero, la oferta de ganado se ubica un 11 por ciento por encima de igual mes del año anterior, y crece la faena por tercer mes consecutivo.
Aun así, hoy prevalece el “efecto marzo”, o “efecto freezer”, que se empieza a expresar generalmente en febrero, y que consiste, del lado de la oferta, en una menor producción de los feedlots, y del lado de la demanda, de la vuelta de las vacaciones de millones de consumidores de ingreso medio-alto, efecto que se percibe claramente en las grandes ciudades.
El mercado está más firme, y se recuperan tres de los cuatro pesos por kilo vivo perdidos desde la primavera pasada. Con el aumento de la oferta de ganado, se incrementa el consumo, que se ubica nuevamente cerca de los 60 kilos per cápita, y crecen marginalmente también las exportaciones: con unas 25 mil toneladas mensuales ya representan el 10-11 por ciento de la producción de carne vacuna.
La oferta de ganado liviano de buena terminación está limitada por la época del año en que estamos, y por las lluvias, que han afectado gran parte de la zona pampeana, y la demanda se muestra recuperada después de la fuerte baja de enero, con intensas olas de calor –que afectan el consumo– y con millones de personas fuera de las grandes ciudades o incluso fuera del país.
Los precios reales del novillito en Liniers (350-390 kilos), aún con la reciente recuperación, se ubican todavía un 11 por ciento por debajo de los valores de la primavera pasada.
Con un aumento significativo de la oferta de carne vacuna en enero, y con un incremento del 10 por ciento en la faena tanto de cerdos como de pollos, debería haberse producido un quebranto en los valores del ganado; pero, lejos de ello, prevaleció el “efecto marzo” y los precios, lejos de caer, recuperaron gran parte de lo perdido nominalmente en octubre-enero.
Si el consumo crece un ocho por ciento en términos físicos y los precios al mostrador han caído sólo un 1,5 por ciento, al menos en el corto plazo nos encontraríamos con un aumento de la demanda. En resumen: aunque la oferta hace ya tres meses que viene creciendo, en febrero prevalece el “efecto marzo” o “efecto freezer”, y los valores del ganado recuperan –en valores corrientes– buena parte de lo perdido desde agosto-septiembre hasta la actualidad.
En enero, los cuatro países del Mercosur habrían exportado un 15 por ciento más que en igual mes de 2016, lo que permitiría pensar que la demanda internacional no sería una limitante para que Argentina exporte este año unas 300 mil toneladas de carne vacuna.
Los exportadores que consultamos son más escépticos: el atraso del tipo de cambio se acentúa, la disponibilidad de novillos pesados sigue muy limitada y los precios de esta categoría han caído sólo marginalmente.
Llevará varios meses cobrar los reintegros recientemente anunciados –si hay caja– y el valor del R&L Hilton ha caído por debajo de los 12 mil dólares por tonelada. El valor de los subproductos sigue en los mínimos históricos.
Se exporta algo más porque hay más oferta de ganado y de carne, y no todo el volumen adicional que se faene se puede colocar en el consumo. Seguimos en rojo.
Cuenca del Salado
Entre el 2003 y el 2016 el stock ganadero de los 24 partidos de la Cuenca del Salado, más tres partidos de la depresión de Laprida y siete partidos criadores ubicados entre el Salado y el gran Buenos Aires, cayó un 7,3 por ciento, mientras que el stock a nivel nacional disminuyó un ocho por ciento.
En el mismo período, se redujo en esta zona un 4,2 por ciento el número de vacas de cría, pero cayó un 10,5 por ciento el de terneros destetados, consecuencia del avance de la agricultura en los campos de cría (la vaca relegada a los peores suelos) y de los desastres climáticos recientes, especialmente las inundaciones.
FUENTE: Ignacio Iriarte - La Voz del Interior