Viernes, 17 Febrero 2017

A la ganadería, la competitividad todavía no se le hace carne

A la ganadería, la competitividad todavía no se le hace carne

Con una mayor oferta, la posibilidad de que suban los precios son escasas. Con la cría debilitada, el temor es que el proceso de retención de vientres pierda el incentivo.

 

 

La ganadería cumplió un año desde que cambió de rumbo. Sin retenciones a las exportaciones y liberado su comercio, la pro­ducción de carne ya conoce la dirección por la que va a transitar en el mediano plazo. Sin embargo, la coyuntura sigue mostrando algunas piedras en el camino.

Los optimistas, y lógicos, aseguran que el sector tiene todo para volver a ser competitivo, pero para eso hay que esperar los tiempos que impone el proceso biológico que tienen los bovinos.

Los más pesimistas, también con basamentos lógicos, aseguran que la coyuntura es compleja. Y fundamentan sus razones.

La cría, complicada. El precio deflactado del ternero se encuentra en el valor más bajo desde mediados de 2014. Según Miguel Jairala, economista del Instituto Argentino de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), la cotización respecto de un año atrás está prácticamente en los mismos valores nominales, pese a la inflación acumulada durante el año pasado.

Un mal momento para la cría, después de un par de años excelentes en términos de rentabilidad.

¿Perspectivas de mejoras en el precio? Los analistas aseguran que son muy escasas hasta finales del otoño; habrá que esperar hasta ese momento, cuando se reduzca la oferta de terneros.

Con la cría debilitada, el temor es que el proceso de retención de vientres iniciado hace más de 40 meses pierda el incentivo. Y lo peor es que existen algunos síntomas que van en esa dirección.

En enero, el número de vaquillonas faenadas se ubicó en los niveles más altos de los últimos cinco años. De todos modos, para Jairala, lo que viene en materia de faena de hembras será una fase neutra y no una de liquidación.

El engorde, ajustado. El ganadero que produce carne para el mercado interno trabajó durante el primer semestre del año con una relación compra-venta (entre el ternero y el novillo) negativa de entre 15 y 20 por ciento.

Hoy, el precio del novillo liviano se sitúa en valores nominales inferiores a los de 12 meses atrás. Con una proyección de un aumento en la oferta de hacienda para el año, las posibilidades de que los precios mejoren son escasas.

El productor que hace novillos pesados (más de 440 kilos) para la exportación cuenta con la ventaja de producir un bien escaso.“Su precio se sostuvo y, al agregar muchos kilos, la diferencia entre compra y venta no incide en los números tan significativamente”, observa Jairala.

De todos modos, el economista identifica algunos nubarrones sobrevolando a la exportación. Desde octubre, el precio de la tonelada de la cuota Hilton cayó 20 por ciento, un indicador que podría llevar a los frigoríficos a intentar recortar las cotizaciones.

Brotes verdes.

La vuelta de los reintegros a las exportaciones para la carne abona la teoría de que la ganadería tiene futuro en el comercio exterior. A partir de este incentivo, desde el IPCVA confían en que con precios internos planchados, la mayor oferta de carne se trasladará a la exportación, que crecería más que el mercado doméstico.

En el sudeste de Córdoba, ya hay productores que preparan un fideicomiso para comenzar a exportar.

FUENTE: La Voz

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