Monday, 20 January 2025

¿Puede la ciencia crear ganado que eructe menos metano?

¿Puede la ciencia crear ganado que eructe menos metano?

Es necesario aprender más sobre las vacas y el ganado vacuno y su proceso de digestión

Los profanos necesitan comprender qué le sucede al ganado y qué ha hecho la ciencia. Por parte de los científicos, estos días también van un paso más allá y estudian aún más y mejor los procesos digestivos y las emisiones de metano.

Las vacas y el ganado enfrentan desafíos digestivos. Prosperan con forrajes ricos en fibra, que consisten en carbohidratos como celulosa y ligninas, que no pueden ser digeridos por las enzimas del intestino de los mamíferos. Entonces, ¿cómo digieren la fibra las vacas y el ganado vacuno (y otros rumiantes como ovejas, cabras, búfalos y camellos)? De hecho, no lo digieren.

En cambio, sus estómagos albergan billones de microbios que realizan este trabajo. Pero al digerir las fibras, los microbios emiten de 30 a 50 litros de gas por hora en el estómago del ganado. Al sentirse hinchados, los bueyes y las vacas eructan el gas, que es predominantemente metano, para aliviar la presión. El metano ingresa a la atmósfera, donde calienta el planeta 82 veces más rápido, en un período de 20 años, que el gas de efecto invernadero más común, el dióxido de carbono.

Entonces, ¿es posible criar ganado y vacas que eructen menos metano? Aunque ninguna solución es perfecta, combinar tecnologías como aditivos alimentarios, vacunas y una gestión eficiente puede resultar esencial. El aumento de la eficiencia (más leche y carne por animal) también reduce las emisiones. Científicos en alimentos, genetistas, microbiólogos y expertos en animales están trabajando juntos para responder a estas preguntas.

Vea algunas estrategias:

Estrategias para reducir las emisiones de metano del ganado

Los bueyes y las vacas consumen mucha fibra y la digestión de esta fibra genera una acumulación de metano en sus estómagos. El problema es que gran parte de la fibra que consumen proviene de pastos, heno y subproductos alimentarios de bajo costo. Cambiar a cereales puede reducir la formación de metano, pero esto resulta costoso para los productores.

Además, es necesario equilibrar los cereales y las fibras para optimizar la salud y la productividad animal. Otro desafío es que muchos bovinos en todo el mundo no son alimentados diariamente por humanos, lo que hace inviable ofrecer comidas bajas en fibra con regularidad.

Aditivos alimentarios

Mientras los seres humanos cuestionan el uso de aditivos en sus propios alimentos, el ganado vacuno y las vacas empiezan a utilizar aditivos en sus piensos. Piense en aditivos como los condimentos: una pequeña cantidad puede tener un gran impacto. Los investigadores están desarrollando aditivos que reducen las emisiones de metano sin comprometer, o incluso mejorar, la producción de carne o leche.

Estos aditivos deben ser asequibles y fáciles de administrar. Un ejemplo es el 3-NOP (3-nitrooxipropanol), aprobado en más de 65 países con el nombre de Bovaer. Según su desarrollador, DSM-Firmenich, “sólo un cuarto de cucharadita por ganado al día reduce las emisiones de metano hasta en un 30% en el ganado lechero y en un 45% en el ganado vacuno, en promedio”.

Otro aditivo muy discutido son las algas y su ingrediente activo, el bromoformo. Aunque las algas marinas están ampliamente disponibles, pueden contener metales pesados, yodo (tóxico en grandes cantidades) y son potencialmente cancerígenas. Y su recolección masiva puede causar impactos devastadores en los océanos.

Para mitigar esto, empresas como Symbrosia y Blue Ocean Barns (en EE. UU.) y Volta Greentech (en Suecia) están cultivando algas en tanques terrestres, afirmando que sus productos son seguros y reducen las emisiones entre un 30% y un 90%. En Suecia incluso se puede comprar carne molida llamada “Lomé”, que lleva el nombre del aditivo alimentario. En los próximos años, los científicos y productores prestarán atención a las regulaciones sobre algas y bromoformo para abordar las preocupaciones de salud de los consumidores.

Selección genética de ganado vacuno

Los científicos han descubierto que el ganado que come la misma cantidad de alimento emite diferentes niveles de metano, lo que indica que las emisiones pueden estar parcialmente controladas por la genética. Los investigadores de la Universidad de California-Davis esperan que para finales de la década los toros reproductores sean evaluados en programas de cría no sólo por la transmisión de alta productividad y salud, sino también por el nivel de metano emitido por su descendencia.

El futuro de las vacunas

Se están desarrollando vacunas que reducen la producción de metano en el ganado. Funcionarían induciendo la producción de anticuerpos que interfieren con los microbios responsables del metano. Si se administran una vez o con poca frecuencia, podrían ser una solución para el ganado en libertad sin confinamiento.

¿Dispositivos portátiles?

Algunas ideas parecen inusuales, como las máscaras que capturan el metano expulsado y lo oxidan en dióxido de carbono y agua. Otra tecnología recoge los eructos en recipientes colocados en el lomo de las vacas, que deben vaciarse a diario, lo que puede provocar fugas y elevados costes laborales.

 

FUENTE: Forbes

Compartir en redes sociales