Monday, 07 August 2023

Carnicería Halal

Carnicería Halal

En la cultura islámica, la alimentación es un acto que trasciende lo biológico y se convierte en una forma de conexión con lo divino. Este es especialmente el caso de la carne que se consume, lo que hace de las carnicerías Halal un elemento esencial en la vida de los musulmanes.

 

El término ‘Halal‘ se refiere a lo que es permitido o legal según la ley islámica o Sharia. En el ámbito alimentario, Halal indica que los alimentos, incluyendo la carne, se han preparado siguiendo las pautas y normas islámicas.

¿Qué es la Carne Halal?

La carne Halal es aquella que proviene de un animal que ha sido sacrificado siguiendo los rituales islámicos prescritos, conocidos como ‘Dhabiha‘. Estos rituales están diseñados para garantizar un mínimo sufrimiento del animal y mostrar respeto por la vida que se está tomando. Requieren que el animal esté sano en el momento del sacrificio, que se recite el nombre de Dios (Bismillah, Allahu Akbar) antes del sacrificio y que la sangre del animal sea completamente drenada.

Carnicerías Halal: Más que proveedores de carne

Las carnicerías Halal no solo ofrecen carne que cumple con estos requisitos. También actúan como centros comunitarios, donde los musulmanes pueden reunirse, discutir y aprender más sobre su fe. Además, muchas carnicerías Halal ofrecen otros productos alimenticios Halal, proporcionando a la comunidad musulmana un lugar donde comprar todos sus alimentos acorde a las normas islámicas.

Pero las carnicerías Halal no son solo para musulmanes. Muchas personas de diversas religiones y culturas están descubriendo los beneficios de la carne Halal, desde su enfoque ético y consciente hasta el sabor único y la calidad de la carne.

En resumen, las carnicerías Halal son portadoras de una antigua tradición que combina fe, ética y nutrición, sirviendo a la comunidad musulmana y a aquellos que buscan alternativas éticas y saludables en su alimentación.

El halal, un concepto moral más que normativo

Definir los conceptos y luego determinar quién tiene derecho a decidir en qué asunto y de qué manera, son pautas esenciales si queremos hacer avanzar el debate sobre halal hacia la claridad. Así, se definirán responsabilidades para despejar esta niebla conceptual y legislativa.

A nivel legislativo se trata de obligar al productor a asegurar tanto la trazabilidad a nivel de producto como al uso técnico aplicado a este mismo producto. La vaguedad legislativa actual deja la puerta abierta de par en par a la codicia mercantil y sin escrúpulos de unos y otros.

Del lado del consumidor, su responsabilidad es, de hecho, aún mayor. Debemos detener esta victimización que significa que las cosas solo pueden cambiar desde arriba. De hecho, es el consumidor el responsable final de alentar o boicotear un producto sospechoso o insalubre, en lugar de morder con los ojos cerrados el anzuelo del menor precio.

Halal, un concepto que es moral y no legal

Lo halal no se vende, se practica como conducta individual. El halal proviene de la concepción que el musulmán se forja a partir de su propia lectura de los textos y de su identidad individual. El consumo de hallal es por tanto una cuestión de moralidad individual. No puede ser objeto de un dictado colectivo emanado de una conciencia externa a la conciencia íntima.

El Islam no ha instituido un clero oficial. De hecho, depende del creyente tener el derecho, en total privacidad, de consumir o no un producto supuestamente halal.

El caso del ayuno del mes de Ramadán es elocuente al respecto. Aparte de condiciones extremas o enfermedades graves, sólo el ayunante puede juzgar si es capaz o no de cumplir su ayuno cuando encuentra dificultades para practicar su culto.

La calidad es un valor inseparable de Halal

 

Centrarse únicamente en la matanza de animales para el consumo es una reducción de la posición del Islam al respecto. Los versos del Corán vinculan directamente halal con tayyib, que significa puro, maduro, agradable, sabroso y con buen olor. De ahí que Tayyiba sea el epíteto de la ciudad del profeta, Medina. Perfume en árabe se llama tib que viene de la misma raíz.

Desde un punto de vista lingüístico, los términos halal y tayyib se relacionan directamente entre sí como atributos o sinónimos, sin conexión alguna. Por lo tanto, nos parece excesivo mantener solo el término halal en estos versículos, además de que a menudo se abusa indiscriminadamente del significado que se le atribuye.

Esta lectura no es ajena a la doctrina musulmana. Frente al tayyib consumible, la jurisprudencia recurre a al-yallala insalubre para el consumo. Existen varios hadices sobre este tema, lo que es una prueba tangible de que el significado práctico de halal en el Islam no se limita solo a la forma de sacrificar al animal.

“El Profeta desaconsejó consumir la carne de al-yallala y su leche” (Hadiz, Sunan Ibn Maya, capítulo sobre animales para comer (adabaih), 3189. Otras versiones son reportadas por: Ahmad, Thirmidhi y Abu Daud por nombrar solo algunas.

El término al-yallala designa al animal cuyo consumo es halal, pero cuyo alimento consiste en productos impuros o insalubres. Se recomienda encarecidamente la cuarentena para que el animal al-yallala sea apto para el consumo, alimentándolo todo el tiempo que sea necesario con alimentos naturales y saludables.

¿Deberíamos llamar halal a un pollo cuya vida, desde el nacimiento hasta el sacrificio, es una cadena de procesos industriales que no tiene nada natural excepto la forma? ¿Es halal comer un pollo que nunca ha pisado la tierra con sus pies, que nunca ha respirado el aire exterior, que nunca ha probado la hierba fresca, que nunca se ha expuesto al calor natural del sol…? En nuestra opinión, un pollo cuya corta vida, ocho semanas, transcurre confinado en un espacio artificial, que es alimentado con comida sospechosa, entra en la categoría de al-yallala.

El tema de la matanza

En cuanto a la cuestión del sacrificio ritual, sería más objetivo exponer las diferentes opiniones al respecto. Las resumimos así sin apoyar ninguno de ellas, porque ese no es el objetivo de estas líneas.

Para algunos, sacrificar degollando no es una condición sine qua non. Para otros, solo el sacrificio manual mediante un pinchazo hace que el consumo de carne sea halal, mientras que algunos aceptan el sacrificio mecánico.

Decíamos más arriba que lo halal no se vende, se practica como comportamiento individual. Depende del musulmán vivir su práctica de acuerdo con sus propios valores. Sin embargo, el legislador debe exigir al proveedor que describa con precisión la forma en que el animal fue sacrificado, así como la composición exacta de los productos fabricados. Es decir: sin carne de cerdo, mediante faena manual o faena mecánica.

FUENTE: Agromeat

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