Viernes, 28 Octubre 2016

Desde julio, los precios cayeron entre 3,5 y 10 por ciento

Desde julio, los precios cayeron entre 3,5 y 10 por ciento

En los últimos meses, el costo en salarios, energía y fletes ha crecido más que el ingreso por cuero, achuras y sebo...

 

Los precios de la hacienda ceden, pero muy lentamente. Una sucesión de paros, lluvias y feriados impide que la oferta termine de expresarse, pero el aumento en la faena encuentra un consumo muy debilitado, con stock de carne en cámaras y con una abundante oferta de sustitutos.

Con respecto a los precios de principios de julio pasado, el novillo cae ocho por ciento; el novillito (350-390 kilos), tres por ciento; y el ternero, 3,5 por ciento. La vaca gorda, por su parte, cae 10 por ciento, con respecto a los máximos anuales logrados a mediados de septiembre.

Los operadores no se ponen de acuerdo sobre cómo evolucionará el mercado en los meses venideros: mientras unos piensan que todavía hay mucha hacienda próxima a salir en feedlots y campos, que forzarán, cuando se oferten, bajas adicionales en los precios; otros piensan que el faltante de gordo continuará y que, si bien puede haber en las próximas semanas alguna caída en los valores, la falta de reposición de los feedlots llevará a que a partir de enero los precios se afirmen.

Ambas previsiones del mercado coinciden en que pasada la sobreoferta estacional del último trimestre del año, luego el mercado en febrero-marzo se recuperará, como sucede todos los años.

El recupero en baja

El valor del cuero sigue cayendo, lo que arrastra a la baja el valor del crédito bruto de matanza o recupero bruto de todos los frigoríficos, tanto a los de consumo como los de exportación.

Hace 27 meses el crédito bruto de matanza de un frigorífico mediano de la provincia de Buenos Aires era de tres pesos por kilo en gancho y hoy, para el caso de los novillitos, ese valor apenas supera los 4,20, cuando desde entonces la inflación ha sido del 200 por ciento.

El cuero a nivel internacional ha sufrido una fuerte caída en los últimos dos años.

La disminución en el valor del subproducto se produce debido a la reducción de la demanda mundial. Como reflejo no sólo de la menor actividad de la industria automotriz y del calzado, sino también por la sustitución del cuero vacuno por sintéticos, cuyo precio relativo ha bajado mucho como consecuencia del derrumbe de precios del petróleo.

En los últimos dos años, el cuero de novillo en Chicago ha caído un 33 por ciento; en Brasil, un 48 por ciento y en Uruguay, 45 por ciento.

En la Argentina el cuero cotiza hoy –a valores corrientes– un 33 por ciento más bajo que hace dos años, complicando enormemente las finanzas de los frigoríficos.

La baja en la cotización del cuero es de tal magnitud, que hoy el principal ingreso de las plantas consumeras han pasado a ser las achuras, por cuyo conjunto o “completo” se obtienen unos 450 pesos, contra unos 360 a 380 pesos que se obtienen por un cuero, para el caso de un novillito de 230 kilos en gancho.

A lo largo de los últimos dos años, pero especialmente en los últimos meses, los costos de una industria frigorífica típica consumera (salarios, energía, fletes) han crecido mucho más que los ingresos (cuero, achuras, grasa). La situación se complica porque ante un achicamiento de los márgenes industriales es muy difícil trasladar esto al precio de la hacienda, la cual es muy escasa, o trasladarlo al precio al mostrador, por la resistencia de los consumidores a pagar mayores valores.

El panorama se complica adicionalmente tanto para los consumeros que venden medias reses como para los frigoríficos llamados “exportadores” que venden cortes en cajas a carniceros y autoservicios, por el nivel de “achique” que se observa en la calle.

FUENTE: Ignacio Iriarte - La Voz del Interior

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