Saturday, 26 October 2024

“Faltan novillos y por eso los exportadores integran a $3.500, pero pagan hasta $4.000 el kilo de carne en gancho”

“Faltan novillos y por eso los exportadores integran a $3.500, pero pagan hasta $4.000 el kilo de carne en gancho”

Germán Manzano, gran conocedor del negocio de la carne y exportador, explica cuál es el nivel de pérdida actual y qué factores condicionan a la industria.

Las expectativas del sector de ganados y carnes no son buenas, al menos en el corto plazo. Los números para el feedlotero dan mal y también se deterioró el margen de la cría, según los informes que se van conociendo, y en cuanto a la exportación, si bien el precio al productor es bueno, cada vez se producen menos novillos y por eso se paga por encima de la capacidad de la industria.

Cada año cae la producción de novillos y el negocio para la industria es ruinoso. Se quejan los frigoríficos que pierden como en la guerra desde hace un par de años y no levantan cabeza.

Las fábricas vienen perdiendo entre 200 y 350 pesos por kilo en gancho y esa tendencia no parece que vaya a cambiar y mucho menos si desaparece el dólar blend a fin de año, tal como está previsto, lo que dejaría al sector exportador con un tipo de cambio más bajo que el actual.

Los cambios en los derechos de exportación algo mejoraron la situación, pero la marcha más lenta del dólar respecto de la inflación se comió esa ventaja y hoy seguimos más caros y bastante más caros que cualquiera de nuestros vecinos, e incluso que Uruguay, que siempre tuvo un valor alto del ganado, ya que su producción está orientada a la exportación y no hay retenciones en ese país.

A eso hay que agregar que las empresas en Argentina tuvieron importantes incrementos en los costos de funcionamiento, como por caso en la energía eléctrica, el gas y en los salarios. Todo eso reduce la renta, ya que esa suba de costos choca contra una liquidación de los negocios en el extranjero, a un tipo de cambio que va más lento que la suba de costos.

Además, los países vecinos, al menos hasta el cambio de gobierno, vienen de años y años de más estabilidad, fomento de la producción que se tradujo en eficiencia y productividad.

En Argentina se siguen sumando ineficiencias y a eso hay que agregar la falta de acceso a mercados importantes, como es el caso de Corea del Sur. En breve habrá misiones comerciales a Malasia y Japón, también otra a China, de la que se esperan resultados respecto del protocolo para la venta de menudencias y la autorización de nuevas plantas, pero todo está en veremos.

Otros países ya concretaron eso y lo están aprovechando hace años. Nosotros tenemos discusiones de otras décadas.

Además de pelear por la quita de las retenciones, es necesario avanzar con acuerdos que permitan reducir los aranceles que se exigen para el ingreso a determinados mercados y que en algunos casos son prohibitivos.

De lo que hay alrededor, lo que me da pena es Chile, donde ocupábamos una posición preponderante; luego se metió Paraguay y nosotros fuimos saliendo, aun cuando tenemos frigoríficos exportadores de primera línea en provincias que están más cerca, pero que deben afrontar el famoso costo argentino que los deja afuera del negocio.

También hace falta incrementar el peso de faena, llegar como mínimo a los 235 kilos por res, ir al menos a los niveles que tienen los brasileños, aunque lo ideal sería alcanzar a los uruguayos. Esa discusión sobre el peso de faena en Estados Unidos se dio en los años ´50, se pusieron de acuerdo y se pasaron de rosca quizás, se fueron a animales súper pesados.

Si nosotros pudiéramos incrementar en 50 kilos el peso de la hacienda, con una faena de 13 millones de cabezas, haríamos más productivo al rodeo y también a las industrias que obtendrían más kilos por unidad procesada.

Para que ese proceso se dé sin dudas tiene que haber otro anterior de estabilidad macroeconómica, porque la cantidad de capital que se inmoviliza es importante.

Si eso no está, se apuesta por la producción de animales más livianos, de los cuales el retorno del dinero y la posibilidad de salir del negocio es mucho más rápida.

Lo cierto es que mientras tanto perdemos un montón. Se pierde la posibilidad del agregado de valor: no es lo mismo faenar animales de 250/300 kilos, que de 450/480 kilos, aunque si el kilaje final fuera menor y llegara a los 420/440 kilos, el impacto aún sería positivo en la actividad y se producirían novillos con destino al consumo y la exportación.

Hoy la exportación puede integrar el negocio en 3.500 pesos el kilo en gancho, pero se paga 3.800/4.000 pesos en el caso de los novillos, lo que significa que hay pérdidas de hasta 500 pesos por kilo, que en porcentaje significa entre 12% y 15% nada menos.

Yo lo que planteo es que hay que recordar lo que pasó en los ´90, cuando se alababa la estabilidad (tras el fuertísimo período hiperinflacionario de fines de los ´80 e inicios de los ´90), pero las cuentas no daban porque uno se quedaba con un tipo de cambio muy atrasado y con un consumo que fue muy castigado en los últimos meses y cuya recuperación -hoy- será lenta.

A todo esto, hay que agregar dos cuestiones. Por un lado, la situación fiscal del sector, porque más allá de las retenciones se pagan ingresos brutos, que son acumulativos y que además difieren entre provincias, eso sin contar la competencia desleal de los que no operan en la formalidad, al menos al 100%.

Y otro punto es la capacidad ociosa de la industria, que influye particularmente en el caso de los exportadores que vienen haciendo inversiones en los últimos años. Yo no creo que tengan la posibilidad de faenar 21 millones de animales, como alguien dijo, pero sí unos 16 millones, con lo que siguen produciendo debajo de sus posibilidades y ese es otro costo que se agrega y que complica las cuentas de las empresas.

FUENTE: Informe Ganadero

 

 

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