Uruguay fortalece la imagen de sus carnes
En un mundo donde el lobby anti carnes se hace fuerte, destacar los atributos del producto, basarse en ciencia y educar, parecen ser clave
Lejos de desaparecer, el discurso anti carne se incrementa y se hace fuerte, muchas veces manipulando la información o basándose en mitos, pero siempre termina complicando la imagen del producto en el mundo.
Frente a los informes científicos que siguen apareciendo y prueban que la carne es el alimento más completo y nutritivo, los detractores del producto apuntan ahora a lo ambiental, como lo hicieron tiempo atrás con el bienestar animal, atributo que todos los países productores respetan a rajatabla.
Nuevas tormentas anti carne soplarán sobre el producto y los principales productores mundiales, incluyendo a Uruguay, quieren estar mejor posicionado para enfrentarlas.
“El lobby (el grupo de presión) anti carne se está incrementando, está muy fuerte en el mundo, pero ahora nos estamos fortaleciendo”, aseguró a Rurales El País el Gerente de Estrategia e Innovación del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Pablo Caputi.
Años atrás, a la carne y especialmente a Uruguay, ese discurso anti carne los agarró con la guardia baja, porque “pensábamos que éramos la solución del planeta, no el problema”, recordó el especialista. Es que frente a ese movimiento anti carne, Uruguay recordaba que “sus vacas pastorean en la superficie equivalente a dos canchas de fútbol (más de 1,67 hectáreas por cada campo deportivo), que viven a cielo abierto (no están estabuladas como en otros continentes) y están libres de antibióticos y anabólicos. Siempre nos vimos como la solución para alimentar al mundo y para respetar el ecosistema. Cuando quisimos acordar, empezamos a sentir un temporal que nos voló los techos y no esperábamos”.
Caputi recordó que en los foros internacionales los europeos nos avisaron que se venía ese temporal anti carne y “no lo podíamos creer. Ese temporal muy fuerte, incluso, vino desde FAO. El organismo con su informe "La larga sombra del ganado", dijo que la ganadería era responsable, prácticamente, del cambio climático”, recordó el especialista.
Con el paso de los años, FAO dejó de lado ese informe y cambió de posición en base a nuevas investigaciones. Es por eso que Caputi consideró: “estamos en mejores condiciones de pelear contra ese discurso anti carne, pero la pelea continuará”, advirtió.
Uruguay es el país de la carne y que produce la mejor del mundo. Está entre los cinco mayores productores mundiales de proteínas de origen animal y ocupa el primer puesto en carne vacuna. Es el que más carne consume en el mundo y el 2023 cerró con un consumo estimado de 94 kilos de proteínas de origen animal por persona, notándose un aumento de 1,5 kilos frente al año previo, pero lo más importante es que fue el consumo más alto de los últimos 8 años, según datos del INAC. Sólo en carne bovina los uruguayos consumimos 45,6 kilos al año.
Nuevo Concepto.
Volviendo al lobby en contra de la carne, la inocuidad y la sostenibilidad pesan cada vez más e incluso preocupan fuerte al consumidor local y también a los consumidores de los mercados de elite que Uruguay abastece con sus carnes. El concepto de una sola salud involucra también al ambiente.
Caputi recordó que “siempre nos preocupamos de la salud animal, que no hubiera fiebre aftosa o encefalopatía espongiforme bovina (conocida como vaca loca), entre otras enfermedades. A la vez, la preocupación también se centra en que la carne fuera un producto inocuo, que no tuviera bacterias como la E. Coli o problemas de contaminación. Ahora decimos: ¿cómo se vincula eso con la salud humana? Entonces empezamos a ver la conexión, si era una epizootia o no lo era y alguien dijo: ahora se precisa mirar la salud del ecosistema que genera eso. Eso generó el hecho de tener una sola visión de la salud y ese enfoque es internacional”.
El INAC trabaja duro en estos temas y oficia de articulador entre organismos oficiales. “Queremos que el negocio fluya y cuando se tranca, lo que hacemos es ser facilitadores para que las cosas funcionen, generando información, educando, mejorando los estándares y controlando la integridad del producto”.
Eso está generando cambios internos. “Estamos rumbo a reformular una Gerencia, para que sea una Gerencia de Integridad, para que el etiquetado esté garantizado. Hoy en día el consumidor mundial lo que quiere son garantías de que el producto sea genuino y no sea falso. Entonces, el enfoque actual es ir hacia la integridad”, explicó el Gerente de Estrategia e Innovación del INAC.
La forma de producir que tiene la pecuaria uruguaya la hace única en el mundo. Cumple con todas las exigencias que los consumidores del primer mundo demandan, produce calidad y cuida los recursos, por lo que se merece captar más valor a través de procesos de certificación.
Marca país.
Las carnes uruguayos precisan mayor identidad en el mundo y la apuesta es a continuar trabajando mercados relevantes que ya están habilitados para exportar y conquistar consumidores, siempre apostando a la valorización del producto. “Es muy importante el entendimiento del consumidor, entender qué quiere y valora de nuestro producto y poder diseñar mensajes claves y realizar campañas efectivas que lo conquiste”, sostuvo la Gerenta de Marketing de INAC, Josefina Valenti.
Recordó que INAC trabaja con importadores y exportadores en el reconocimiento de la marca país. La marca Green Quality- Uruguay Meats, tiene desde noviembre de 2023 una nueva identidad visual, remarcando la identidad nacional y de la cultura del Uruguay. Más allá de las costumbres y cultura, la nueva identidad remarca los atributos que el consumidor quiere: carne a pasto, respeto por el bienestar animal, la biodiversidad, el ambiente y el trabajo, además de inocuidad y alta calidad.
“Queremos que Green Quality- Uruguay Meats sea reconocida como una marca de calidad Premium, principalmente en China que es el mercado foco con quien vamos a comenzar trabajando y luego continuar expandiéndola”, dijo Valenti a fines de 2023 al presentar las metas para el año en curso. “
Conrado Ferber, Presidente del INAC recordó que muchas veces la carne de Uruguay “vale la mitad que otras carnes porque nuestra marca no está trabajada como corresponde”. Un ejemplo claro es que, cortes tan ridículos como el rabo, Australia lo vende al doble que Uruguay.
Veganos y otros grupos: los datos del Uruguay
Un estudio financiado por INIA, publicado en la revista Ciencia, donde trabajaron investigadores locales y de la Universidad de Lincoln, mostró que de 600 encuestados: 1% son veganos, 5% son vegetarianos, 3% son pescetarianos y hay 2% que argumenta no consumir carne por otros motivos, como por estar afectados por alguna enfermedad. En un reciente estudio realizado en 10 países europeos, en esas naciones del viejo continente, los consumidores de carne varía entre 48% a 68%; en Uruguay es el 85%. A su vez, los flexitarianos van de 23% a 42% en esos 10 países y en Uruguay son el 4%. Los pescetarianos van de 3% a 7% y en Uruguay se estaría en el límite inferior. Los estrictamente veganos van de 1% a 4%, localmente está en el límite inferior.
La educación del consumidor para jugar en la primera liga
La educación del consumidor es básica, tanto en lo interno, como en el exterior. “Hay muchísimo por hacer en lo que es educación del consumidor”, admitió Pablo Caputi, Gerente de Estrategia e Innovación del Instituto Nacional de Carnes (INAC), economista y especialista con amplio prestigio internacional en el mundo de la carne.
La carne es un producto que es nutritivo, que es íntegro y que es sano, tuvo un proceso atrás que fue de la misma forma. Es muy difícil tener un mal proceso y lograr un buen producto. Se obtiene un buen producto porque detrás hay un buen proceso y eso lo hacen buenas personas y buenas empresas.”
Explicó que una buena empresa “es aquella que cumple con la legislación, que paga impuestos, que cumple las reglas establecidas y se moderniza. A su vez, cuidad a sus empleados. Después están los procesos industriales o las buenas prácticas ganaderas”, remarcó.
Según la visión de este especialista de la carne: “Uruguay es un país que va rumbo al desarrollo y como hemos dicho no queremos ser el mejor de la peor clase. Siempre decimos somos el mejor de la peor clase Latinoamericana. Prefiero ser el peor de la mejor clase internacional, porque un día tenemos que ser el mejor de la mejor clase. Uruguay tiene que aspirar a jugar en las ligas mayores y cuando eso sucede, ellos respetan estas cosas, no tenemos que inventar nada. Debemos hacer las cosas como las hacen los países que juegan en las mejores ligas, pero respetando la identidad uruguaya”.
Caputi fue a fondo: “tenemos una forma diferente y por eso decimos que la calidad pasto es el mejor producto y el mejor proceso. Creemos que podemos estar así para el mundo y el INAC tiene un poco ese sueño. El desafío es ganar el campeonato mundial y para eso nos estamos preparando”.
El consumidor pide cada vez más certezas y certificaciones de atributos, siendo este un camino donde Uruguay todavía tiene muchísimo más para poder crecer y mostrarle al mundo todo su potencial. La cadena cárnica muestra sus certezas y atributos de producto basándose en ciencia y eso el consumidor lo valora.
Alcanza con levantar en las góndolas un corte de carne y ver la cantidad de etiquetas que tiene con datos para garantizar la calidad e inocuidad.
FUENTE: El País