Novillo: ¿por qué es la categoría perdida que promete regresar?
A pesar de todas las trabas y limitaciones que enfrenta la exportación, los precios demuestran la avidez de la industria. La demanda externa seguirá poniendo presión sobre esta acotada oferta local.
“Medido en moneda constante, se trata del precio más alto de los últimos 20 años. La oferta sigue siendo escasa y obliga a la industria exportadora a convalidar valores cada vez más altos para cubrir sus requerimientos operativos”.
Para la Lic. María Julia Aiassa, del Rosgan, la enorme capacidad instalada que —hoy— presenta la industria, sumado a la firmeza que ejerce la demanda externa, seguirán poniendo presión sobre esta acotada oferta local.
“En este marzo, el precio del novillo en el Mercado de Liniers arrojó un promedio de 270 pesos contra $ 237 que, a moneda constante, registraba en marzo del año pasado”, aseguró.
“Es decir que, en términos interanuales, el valor actual —neto del componente inflacionario— arroja una suba del 14 %, que se suma a otro 26 % de incremento, medido contra marzo del año 2020”, agregó.
También dijo que esto demuestra la avidez de la industria por esta categoría, a pesar de todas las trabas y limitaciones que enfrenta la exportación. Y que la oferta de novillos viene registrando una escasez estructural desde hace más de una década.
“Esta categoría de machos que, hasta 2008, registraba más de 4,5 millones de animales en el stock nacional, a fines de 2020, como último dato disponible, apenas computaba poco más de 2,3 millones, lo que implica una caída a la mitad de lo producido por entonces”, explicó la referente del Mercado Ganadero.
Durante ese mismo período, la faena anual de novillos cayó a menos de un tercio de lo faenado en 2008, pasando de 3,2 millones de cabezas anuales a menos de un millón en 2021
“Sin embargo, hay algunos indicadores del nivel de extracción registrado en los últimos tres años que comienzan a marcar un posible cambio de tendencia”, acotó.
Mientras que en el año 2019 llegaron a faena cerca del 68 % (1,64 millones) de los novillos registrados en stock a inicios de ese ciclo comercial, en 2020 ese porcentaje se redujo a menos del 50 %, con 1,18 millones faenado sobre 2,43 millones en stock.
En tanto que, el año pasado, en 2021, la cantidad de novillos faenados ascendía a 980 mil animales sobre un stock inicial —registrado a diciembre de 2020— de 2,34 millones de animales.
Es decir: la extracción total en 2021 se restringió a menos del 42 % del stock.
“Los datos refuerzan la hipótesis de una mayor retención de novillos a campo, o una prolongación de las recrías pastoriles tendientes a lograr animales más pesados, aptos para el mercado exportador”, argumentó.
La faena diaria registrada durante el último mes fue casi un 5 % más baja que en igual período del año pasado, pero los novillos registraron una suba del 3 % interanual.
En el total mensual, llegaron a faena unos 77.827 novillos, número que, a pesar de ser unos de los más bajos de la serie y menos de la mitad de lo registrado tres años atrás, es una primera señal de aparente quiebre de tendencia en la faena.
“Y aún no contamos con los datos de stock a diciembre del año pasado, donde posiblemente comencemos a ver cierta estabilización en la composición de esta categoría”, sostuvo.
Reflejos y tendencias
“La revalorización que ha comenzado a observarse especialmente en los últimos dos años de los sistemas de recría con mayor base pastoril, impulsados a su vez por la necesidad de alcanzar mayores pesos de faena, deberían comenzar a reflejarse en los números de stock ganadero que se darían a conocer próximamente”, comentó la analista de mercados cárnicos.
“Si bien este año muchas zonas ganaderas se encuentran limitadas para retener la carga en campos naturales, esto no deja de ser un condicionante zonal, a diferencia de lo que representa, para producciones más intensivas, la suba generalizada del precio de los granos”, comentó.
La Lic. Aiassa expresó que, en este sentido, el impacto que generara la suba en el precio de los granos a nivel mundial pondrá mayor presión a todas las producciones que demanden un uso más intensivo de este insumo.
“Si bien, a priori, la invasión rusa a Ucrania no debería tener un impacto directo significativo sobre la carne vacuna, dada la baja participación de la región en el comercio mundial; el faltante de granos; las restricciones energéticas y la escalada prevista en las tasas de inflación a nivel mundial, constituyen factores de fuerte presión sobre los costos de producción en todo el mundo”, aseveró.
En este contexto, los valores de la carne vacuna a nivel internacional seguirán muy firmes, no sólo por fundamentos propios de su demanda, sino también por la presión adicional que ejercerán la suba de precios en otros tipos de carne, como el pollo y el cerdo, cuyas producciones resultan más vulnerables a la suba de costos. “Es bajo este escenario donde la Argentina se posiciona dentro de un grupo muy limitado de países con posibilidad de seguir proveyendo carne proveniente de sistemas que demanden un uso menos intensivo de los granos, volviendo a poner en valor su ganadería de base pastoril y su emblemático novillo argentino”, concluyó la especialista del Rosgan.
FUENTE: La Nueva