Monday, 17 October 2022

Los “cisnes negros” que marcan el ritmo del negocio ganadero

Los “cisnes negros” que marcan el ritmo del negocio ganadero

El consultor Víctor Tonelli analizó las perspectivas del mercado. Hizo hincapié en los factores internacionales que condicionan la actividad

 

La ganadería vacuna está viviendo un “inviernito” en materia de precios, por un conjunto de factores adversos a nivel local y nacional. Pero el mercado comenzaría a recuperarse hacia mediados de noviembre, de modo que el que pueda debe “aguantar” las decisiones de venta en este áspero mes de octubre. Así lo dijo el consultor Víctor Tonelli durante la exposición que ofreció en el acto del 14° aniversario del Rosgan.

Inflación, sequía, caída del poder de compra, sobreoferta temporal, restricciones a las exportaciones. Cuentas más o cuentas menos, el rosario de los empresarios ganaderos está grabado en el diagnóstico del sector. Pero para el reconocido consultor, el ritmo del negocio hoy lo vienen marcando los “cisnes negros” que en los últimos impactaron a la economía mundial. Por eso llamó a mirar el futuro “más allá de los precios, que hoy nos tienen un poco preocupados”.

El mercado intencional de carne vacuna creció más de 30% en la última década. La irrupción de la demanda china, población que pasó de consumir 200 mil toneladas anuales a 4 millones toneladas en diez años, fue la gran locomotora de este cambio. Y la cadena de la carne vacuna argentina fue impactada por esa aparición. Hoy van al gigante asiático dos de cada tres toneladas exportadas. Y el porcentaje de la producción que se exporta ya está cercano al 30%.

Según explicó Tonelli, esta dependencia tuvo un efecto alcista en los precios cuando apareció uno de los cisnes negros del último lustro. Se trata de la liquidación del stock porcino en China por la epidemia de peste porcina africana. El mercado asiático se convirtió en una aspiradora de carne. La de origen vacuno asistió a un aumento del consumo a 7 kilos por habitante por año. Hoy el gigante asiático recuperó su stock de cerdos y eso se siente en los precios en general. De todos modos, explicó el consultor, no alcanzará para frenar una tendencia sostenida que llevaría ese nivel de consumo a 10 kilos en la próxima década.

Pero todavía hay que pasar el efecto de otras aves negras. La pandemia de Covid 19, con su impacto en el consumo y la cadena de suministros, la invasión a Ucrania, la política de Covid 0 en China y la suba de las tasas de interés en Estados Unidos, que fortaleció al dólar, se encadenaron para complicar actualmente al mercado.

“Hoy, por efecto de la devaluación del euro, la carne argentina es un 20% más cara en Europa y en China el yuan se devaluó 13%”, describió Tonelli. A esto se suma que, por la sequía, en Estados Unidos hay un proceso de venta que sobreofertó uno de los mercados de alto valor para los frigoríficos que exportan desde la Argentina.

El consultor explicó que este panorama conforma un “octubre complejo” para la exportación pero entiende que hacia mediados de noviembre, cuando comienza a repuntar la demanda de cara a fin de año, “tenderá a resolverse” en el sentido de volver a precios más sostenidos.

En una sintonía parecida se refirió al mercado interno, hoy atravesado por una mayor oferta de los feed lots frente a un consumo deprimido por la inflación y los bajos ingresos. En diez años, un salario mínimo pasó de comprar 94 kilos de carne a 37 kilos.

Es verdad que el consumo de carne vacuna sostiene una tendencia decreciente que lleva décadas, más allá de las coyunturas. En parte tiene que ver con el desarrollo de las antes llamadas carnes alternativas, como el cerdo y el pollo. “Hoy el consumo total de carne pro habitante por año es de 117 kilos”, señaló el analista, para quien “el abastecimiento de proteínas animales para la mesa de los argentinos está garantizado”.

El cambio en el mix de consumo de carne forma parte de una transformación de más larga duración. La carne vacuna tiene competencia por el lado de la demanda pero también experimentó una competencia por el lado de la oferta de recursos para la producción. El avance de la agricultura le quitó 20 millones de hectáreas en las últimas décadas, y la ganadería respondió transformando su presencia geográfica y mejorando sus indicadores productivos.

“El Braford colonizó el Norte”, explicó Tonelli al analizar un mapa del rodeo argentino que mostró al NOA y al NEA como las regiones de mayor crecimiento. “Según datos de la primera vacunación del 2022, el 65% del stock está en la región central, hace 50 años albergaba el 84%”, señaló.

Al mismo tiempo, mientras el stock vacuno se mantiene en un promedio de 54 millones de cabezas desde 2007, la producción de terneros aumentó. “La tasa de destete en 2022 fue del 67%, hay una ganadería cada vez más eficiente y la exportación, contrariamente al disco de algunos funcionarios, contribuye a ese proceso, por ejemplo aumentando el peso de faena”, aseguró.

FUENTE: Agroclave

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