Tuesday, 07 March 2023

La vaca loca y el mercado de la carne

La vaca loca y el mercado de la carne

Lo mejor será que la situación se resuelva rápidamente, que Brasil vuelva a exportar a China y que el mercado mejore igual. Las condiciones están dadas para que así sea, incluso con Brasil dentro de la cancha

 

El comercio internacional de carne vacuna se vio sacudido por la detección de un nuevo caso de vaca loca en Brasil que motivó la suspensión de las exportaciones del producto a China. Nada menos que el principal exportador mundial quedó fuera del principal importador, con el fresco recuerdo de lo que eso implicó en 2021, cuando la suspensión se extendió por más de tres meses y fue factor principal en el espiral alcista de los precios en el primer semestre de 2022. Ahora, las cosas parecen ser distintas.

La suspensión de las exportaciones las determinó el gobierno de Brasil a partir del jueves 23 de febrero. El protocolo entre ambos países establece que ante cualquier inconveniente sanitario de este tipo la corriente comercial se suspende por cuatro semanas. Pero ese plazo nunca se cumplió.

Cuando en 2019 se dio un caso atípico, en apenas 13 días se retomó la corriente comercial. Claro, en aquellos momentos China estaba en plena crisis de la epidemia de peste porcina africana, que diezmó la piara, y precisaba carne como el agua. Y en 2021 la suspensión se extendió por más de 100 días. Pasó que en esa oportunidad Brasil demoró la comunicación de los dos casos, que se habían dado entre mayo y junio y recién los informó en setiembre, y eso generó un fuerte malestar en las autoridades sanitarias de China.

Ahora, Brasil asegura haber informado sobre el caso de forma inmediata. De hecho, el animal ni siquiera había llegado a un frigorífico; se detectó en un predio de 160 animales en el estado de Pará. Se trataba de un toro de 9 años que ya fue destruido y que, obviamente, no ingresó a la cadena alimenticia. Desde el Ministerio de Agricultura de Brasil aseguran que en las reuniones que han tenido con las autoridades sanitarias chinas, estas han manifestado su conformidad con lo que los brasileños les informaron y que están satisfechos con el tiempo y la forma en que Brasil encaró el episodio.

China estaba a la espera del resultado del laboratorio oficial de la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE) acerca de si se trataba de un caso atípico o uno clásico. La diferencia es fundamental, porque los casos atípicos se generan de forma espontánea en animales de avanzada edad, en tanto que los casos clásicos se han dado por el consumo de raciones que incluían ingredientes de origen animal, prohibidos para los rumiantes desde que, a mediados de los años de 1990, se confirmó que la encefalopatía espongiforme bovina (conocida como mal de las vacas locas) estaba relacionada con el mal de Creutzfeld-Jacobs en humanos, una enfermedad que también degenera el cerebro.

Ese resultado oficial se dio a conocer sobre la última hora del pasado jueves y confirmó lo que todo el sector cárnico esperaba: que es que se trata de un caso atípico. Si no hubiera sido así, hubiera significado un mazazo para el complejo internacional de la carne vacuna.

La expectativa es que más rápido que tarde China anuncie que estará retomando las importaciones brasileñas de carne vacuna. Al menos eso es lo que parece decir el mercado con la actitud que ha tomado desde que se supo del caso. Los importadores chinos no mostraron disposición a elevar los precios de compra desde otros orígenes, fundamentalmente Argentina y Uruguay, segundo y tercer principal proveedor del mercado chino.

Está claro que nadie tiene la capacidad de suplir a Brasil, quien en diciembre fue el origen de 48% de las importaciones chinas de carne vacuna. Junto con Argentina y Uruguay, el Mercosur provee 3 de cada 4 kilos importados por China.

Si no hubo una rápida reacción de los importadores elevando sus precios de compra de manera de asegurarse un producto que sería muy escaso ante la ausencia de Brasil, es porque suponen que el tema de solucionará de forma relativamente rápida, sin siquiera llegar a las cuatro semanas de suspensión.

En el mercado de futuros de ganado a faena en Brasil parecen suponer lo mismo. La noticia tuvo impacto fuerte sobre el contrato de febrero (ya cerrado) y moderado para el de marzo, con una baja de 4%. Pero para los siguientes contratos no hubo un impacto significativo, lo que está indicando que ya para abril el mercado se habría normalizado.

Uruguay podría aprovechar una ventana de ventas a precios más altos si la suspensión de Brasil se extiende por un plazo relativamente largo. Pero, tal como sucedió en 2021/22, traería consigo una alta volatilidad en el mercado, que no es buena para nadie. Parece atinado que se cambie el protocolo sanitario entre Brasil y China —como lo están exigiendo desde la exportación brasileña— y que los casos atípicos de vaca loca queden exceptuados de la suspensión automática de la corriente comercial, ya que no implican ningún riesgo sanitario.

Lo mejor será que la situación se resuelva rápidamente, que Brasil vuelva a exportar a China y que el mercado mejore igual. Las condiciones están dadas para que así sea, incluso con Brasil dentro de la cancha.

FUENTE: El Pais

 

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