Monday, 22 August 2022

Exportación de carne: “Las medidas restrictivas alteran el funcionamiento del mercado y aumentan los precios”

Exportación de carne: “Las medidas restrictivas alteran el funcionamiento del mercado y aumentan los precios”

En 2007, por primera vez en la historia, la población urbana superó a la rural en el mundo.

 

El paso del campo a la ciudad implica, entre otras cosas, un cambio en la alimentación. Como parte de ese proceso, los integrantes de la denominada clase media global (fenómeno que concentran y lideran China y los países emergentes) suman proteínas animales a su dieta. “Es una tendencia que se viene desarrollando hace varios años y todo indica que en el futuro cercano se profundizará”, dice Dante Sartor

 

Como integrante del área comercial de Friar, frigorífico que exporta alrededor del 8,5% del total de carne bovina que vende la Argentina, Sartor destaca que el prestigio de nuestro histórico producto insignia sigue intacto, pero reconoce que es necesario “lograr que el sector recupere el dinamismo con el comercio exterior”.

Durante una entrevista con Trade News, cuenta que desde que nació, a finales de la década de los 50, Friar fue concebido como un frigorífico exportador.

Algunos números

A inicios de la la década del 60, un grupo de productores de Reconquista, en el norte santafesino, fundaron la empresa como vía para agregar valor a la hacienda que criaban en la zona. Hoy Friar tiene tres modernas plantas en las que se producen cortes bovinos con y sin hueso, congelados y enfriados, menudencias bovinas, hamburguesas, medallones, grasa bovina y chacinados.

La firma genera alrededor de 1650 empleos directos, tiene una capacidad de faena de 1400 cabezas diarias -hoy procesan 1200 por día-, y su volumen de exportación oscila entre 60 y 65% de la facturación total.

Hace unos días, durante la primera edición de ExpoCarnes (un encuentro organizado por la Cámara de Comercio Exterior del Norte Santafesino, la Sociedad Rural de Reconquista, y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria-Estación Experimental Agropecuaria Reconquista para visibilizar la importancia de la producción de proteínas de alta calidad en el norte de la provincia), Sartor expuso sobre la situación de la cadena bovina.

 

Protagonismo chino

Contó que en la actualidad, China importa 35% de la carne que se comercializa en el mundo, y que los principales productores de carne son Estados Unidos, Brasil, la Unión Europea, China, India, Argentina y Australia.

Durante la charla con Trade News, mencionó que Friar tiene registros de principios de los ‘70 de exportaciones de carne congelada a Europa que se embarcaban en el Puerto de Reconquista, terminal que hoy no está operativa.

-Es un claro ejemplo de las paradojas argentinas: en lugar de mejorar, con el paso de los años hay muchas cosas que involucionan…

-Sí, pero por otro lado tenemos que ver cómo transformamos eso en una oportunidad. Por supuesto que hace falta inversión, pero si estuvieron en un momento y lo hacíamos, quiere decir que podemos volver a hacerlo. Ese es el desafío que tenemos como país para volver a insertarnos en el mundo. Cualquier cosa que hagamos hoy será importante para empezar a recuperar ese lugar.

Vanguardia tecnológica

Las plantas de Friar cuentan con túneles de congelamiento y capacidad de almacenamiento para productos congelados y enfriados, tecnología de punta para el envasado al vacío y empaquetado de los diferentes productos, y un sofisticado equipo de control de calidad en el que un laboratorio microbiológico propio trabaja en conjunto con laboratorios externos para la aprobación final, luego de examinar y monitorear cada aspecto del proceso de producción.

Pero según explica Sartor, desde los comienzos la empresa estuvo “a la vanguardia tecnológica”.

“En los albores de la UE, a comienzos de los 70, se veía que la carne con hueso no podría seguir comercializándose por mucho tiempo (a raíz de las limitaciones sanitarias por aftosa). Friar fue uno de los primeros exportadores de carne sin hueso. Luego, cuando arrancó la cuota 481, los primeros tres años fuimos el primer exportador del país ya que contábamos con las instalaciones de feedlot preparadas y fuimos los que pudimos aprovecharlo más rápido. Hoy seguimos siendo referentes, estamos entre los primeros cinco frigoríficos vacunos exportadores del país”, relata orgulloso.

Destinos

-¿Hubo cambios entre los mercados a los que les vendían en los 70 y a los que llegan hoy?

-Los destinos son los mismos, cambian algunas cuestiones de mercado porque es un rubro muy dinámico.

Hoy contamos con todas las habilitaciones para los mercados en los que puede vender la Argentina. La carne tiene la particularidad de que aunque consigas un cliente en un determinado sitio, para poder exportarle primero tiene que hacerse un acuerdo sanitario a nivel país.

Hoy nuestros principales destinos son China, la UE, Israel, EE.UU. y Brasil, algo a Medio Oriente.

Otra particularidad de la industria vacuna es que cada corte encuentra un mejor precio en distintos destinos, es lo que se conoce como integración.

Industria al revés

Somos una industria al revés porque en nuestro rubro entra una única materia prima y salen un montón de productos, se desarma en vez de armar. Cada uno de esos productos hay que colocarlo al mejor precio posible, y eso generalmente lo encontramos en diferentes lugares según las características del consumo de cada mercado.

En el mundo, la carne se consume primordialmente de dos formas: molida o guisada. Nosotros tenemos la particularidad de que aquí alrededor del 50% del consumo es grillado o a la parrilla.

-¿Cómo afectan al sector las políticas públicas como por ejemplo la restricción para exportar 7 tipos de cortes o las retenciones? ¿Cómo es operar en ese contexto?

-Ser flexibles es una característica clave para poder operar en esta industria, tener capacidad de adaptación. Hace falta una dinámica comercial muy particular.  Es raro hacer negocios a muy largo plazo porque son negocios muy dinámicos.

-¿Cómo influyen las medidas restrictivas para la exportación en el precio de la carne en el mercado local?

-La exportación y el mercado interno tienen vasos comunicantes. Si mirás, los períodos de mayor exportación coinciden con los de mayor oferta en el mercado interno, porque alrededor del 20% de la carne de cada animal que se destina a la exportación se vuelca al mercado interno.

Efecto paradojal

Se autorregulan, y si observamos, el resultado de las medidas nunca fue efectivo. Lejos de lograr el efecto por el que se las instrumenta, las medidas restrictivas alteran el funcionamiento del mercado y aumentan los precios, además de generar un impacto a mediano y largo plazo porque la producción ganadera requiere de una inversión que tiene que ver con la retención y recría de los terneros y las vacas.

Cuando hacia adelante se ve un negocio de exportación floreciente, con oportunidades en el mercado externo e interno, el productor apuesta e invierte. Cuando empiezan las restricciones el productor hace lo mismo con su oferta vendiendo terneros más livianos a consumo y sacrificando vacas. Cuando las perspectivas son buenas, el productor retiene las madres y los terneros. Eso se ve en los dos o tres años posteriores cuando ese animal está listo para consumo.

-¿Sigue siendo la carne un producto insignia del país? ¿Mantiene el prestigio y lugar de referencia internacional o fue desplazada por otros competidores?

-Por las características de nuestros productos, eso sigue siendo así. En Holanda, por ejemplo, existe un concepto de “parrilla argentina” para identificar a lugares que ofrecen este tipo de cortes sin importar el origen de la carne.

Fortalezas

En EE.UU., a pesar de que entre 1991 y 2015 no exportamos, la carne argentina sigue manteniendo su prestigio como marca. Durante todo este tiempo el Ipcva (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina) ha hecho un muy buen trabajo para mantener ese prestigio.

Aunque hay muchos países que quieren ese lugar, el consumidor -especialmente el de carne premium- está dispuesto a pagar un plus para tener carne argentina.

De todas formas es una oportunidad que no tenemos que perder. Hoy surgen nuevas tendencias que tienen que ver con la producción amigable con el medioambiente, aspecto en el que seguimos teniendo una ventaja competitiva. Actualmente estamos trabajando para establecer y certificar cuál es la huella de carbono e hídrica de la carne producida en el país.

 

El barrio

-Si miramos el barrio, se observa que Uruguay, Paraguay, Brasil han incrementado y mejorado la calidad de su producción de carne vacuna. ¿Dónde está parada hoy la Argentina?

-Las condiciones naturales de la Argentina siguen siendo las mejores. Uruguay avanzó en su posicionamiento con el producto más allá de que tienen un posicionamiento como país verde que lo ayuda muchísimo, pero tiene una dimensión muy chiquita.

En el caso de Brasil, en lo que es producción de carne, en los últimos 20 años pasó de ser el 20% de nuestra producción a producir 4 o 5 veces más que nosotros.

Lo mismo Paraguay, que aunque no ha crecido al nivel de Brasil tuvo un desarrollo muy importante y hoy está en una etapa de mejora genética. En esos países suele ser complicado llegar a producir las razas británicas puras, pero con la genética actual y las cruzas se logran productos de excelente calidad.

-¿Quién es el gran competidor de la Argentina en carne vacuna a nivel global?

-Depende mucho de los mercados, pero los grandes jugadores del mercado de la carne son Estados Unidos, que es el primero en exportación de carne y el segundo en importación detrás de China. Producen carne de muy buena calidad con características diferentes a la nuestra.

Feetlot vs grass fed

Para el consumidor chino, la carne premium es la de feetlot, con bastante grasa. Tiene un concepto muy distinto del europeo, que valora mucho el concepto grass fed (hace referencia a la carne de animales que son criados con pasturas en lugar de granos, su carne no contiene hormonas, antibióticos, conservantes u otros químicos, y los pastos con los que se alimenta al ganado son libres de herbicidas, pesticidas, fertilizantes y químicos).

En productos premium los principales jugadores son EE.UU., Nueva Zelandia, Australia, Argentina y Uruguay, aunque cada país tiene una producción característica. En cuanto a producción masiva, Brasil es el gran rival.

-¿Qué necesitaría el sector para consolidar su desarrollo?

-Recuperar el dinamismo con el comercio exterior, que no haya medidas restrictivas porque cuando empieza eso aparece gente que hace negocios con esas medidas.

-¿Cuáles son los planes de Friar para los próximos cinco años?

-Estamos esperando las condiciones adecuadas para buscar la financiación que nos permita hacer las inversiones necesarias para aumentar el nivel de faena en alrededor de 40%.

Queremos consolidarnos como referentes en el comercio exterior al mismo tiempo que reforzar el posicionamiento en el mercado interno de nuestros productos (Friar es uno de los grandes productores de salchichas y hamburguesas en la Argentina).

La mayoría de los productos son de marca propia, pero nuestra participación más importante es en el centro-norte del país. El desafío en el que trabajamos es posicionar la marca a nivel nacional.

El nuevo consumidor

-¿Cómo afectan al sector las nuevas tendencias, el surgimiento de consumidores más exigentes, el aumento de vegetarianos y veganos?

-Miramos y seguimos con mucha atención las tendencias, pero al mismo tiempo estamos trabajando en muchos aspectos que hacen que el consumidor elija nuestros productos. Estamos trabajando en el proyecto para determinar huella de carbono e hídrica, hay procesos para certificar carne libre de deforestación. Una de las características de Argentina es que no se usan anabólicos. Son todos plus que tenemos que empezar a comunicar.

No vamos a convencer al vegano para que empiece a comer carne, pero es importante que quien tiene una dieta amplia no tenga un reparo de otro tipo que no sea el gusto o una preferencia personal que afecten esa decisión.

Es importante que sepan que no están consumiendo algo que va contra el medioambiente, promueve el calentamiento global o produce deforestación para su elaboración. Ese es el desafío que tenemos para mantener la preferencia del consumidor.

Y otra cosa que aplica a todas las carnes es el mejoramiento del nivel de ingresos en los países emergentes que actualmente consumen poca proteína cárnica en su dieta porque la proteína vegetal es más barata. Al mejorar su nivel de ingresos, empiezan a incorporar proteína cárnica en su dieta. Los países emergentes son los más poblados y ahí tenemos una oportunidad enorme.

FUENTE: Trade News

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