Thursday, 26 October 2023

El cortoplacismo le resta mucha fuerza a la devaluación de facto de esta semana

El cortoplacismo le resta mucha fuerza a la devaluación de facto de esta semana

A pesar de que el esquema de liquidación de divisas implica una mejora del tipo de cambio efectivo cercana al 50%, su duración limita las oportunidades de negocios. Tendrá vigencia durante menos de un mes, tiempo insuficiente para concretar nuevos embarques con beneficios para toda la cadena.

 

El lunes, el ministro de Economía, con su primer lugar en las elecciones presidenciales muy fresquito, anunció un nuevo esquema de liquidación de divisas de exportación, que alcanza a todos los bienes y servicios.

Se trata de la posibilidad de negociar a través del mercado oficial ($350 por dólar) sólo el 70% de los dólares ingresados mientras se destina el resto al MEP o dólar Bolsa o al denominado CCL (contado con liqui, según la jerga financiera)

A pesar de la brusca baja que sufrió la cotización en estos últimos, tal mix representa $512 por dólar, o una devaluación de hecho de 46% en relación a las operaciones de exportación de este mismo lunes.

Hablamos de devaluación de facto ya que el tipo de cambio para las importaciones sigue siendo de $350, insólito en un país aquejado por la falta de divisas. Claro que esto es cierto sólo para quien las consigue.

Cabe destacar que es la primera vez que las exportaciones de carne entran en un esquema de este tipo, que empezó con un tipo de cambio especial para el complejo sojero el año pasado, que fue repitiéndose por períodos y ampliando el abanico de productos alcanzados.

En teoría, se podría pensar que esto levanta fuertemente el poder adquisitivo de los frigoríficos. Pero esto no es tan cierto por dos motivos confluentes.

Por un lado, a causa del atraso cambiario en el mercado oficial, los precios en dólares de la hacienda estaban muy alejados de los de sus competidores, con una brecha del 50%. Con el nuevo tipo de cambio neto, el novillo pasó de los USD4,77 de la semana pasada a 3,54 de ahora, a pesar del aumento del precio en pesos del 8%. Ahora la brecha con los vecinos es del 10%, lo que es mucho más manejable.

Pero por el otro lado, se debe a la forma en que la medida fue regulada.

Este esquema tiene vigencia hasta el 17 de noviembre, último día hábil antes del ballotage, o sea, tres semanas y media desde su implementación.

Para tomar decisiones en la industria de carnes se necesita un horizonte más amplio. Desde que se decide la compra de la hacienda, se la transporta, faena, orea, procesa, almacena, embarca y se cobran las divisas, se necesita una media de 3-4 semanas, al menos. Con productos más tipo commodity puede hacerse en no menos de dos semanas.

Entonces, este nuevo estímulo puede ser apto para los próximos días, pero a medida que avancen las jornadas, la decisión de intentar aprovechar esta situación va a constituir un enorme riesgo.

Por eso, en opinión de algunos industriales, la medida solo servirá para ayudar a concretar negocios puntuales preacordados, que estaban en duda por falta de rentabilidad ante el tipo de cambio retrasado.

Es posible pensar que el esquema pueda prorrogarse, pero la incertidumbre va a ser muy alta, haciéndole perder eficacia a la decisión.

¿Por qué no haberlo hecho durar hasta el 10 de diciembre, fecha de finalización de este gobierno? Es una pregunta que no tiene una respuesta que conozcamos.

Resulta, así, una picardía que, habiéndose tomado la decisión de otorgarle a toda la exportación un tipo de cambio efectivo menos atrasado, se la lime de esta manera al crear un horizonte que no sirve para las decisiones empresarias.

FUENTE: Miguel Gorelik - Valor Carne

 

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