El clima de inversión en la industria frigorífica argentina, hoy
Con el fin de las trabas a las importaciones y tras un 2023 muy difícil, un proveedor líder de equipos para faena analiza el nuevo escenario y revela qué pasos se están dando en la modernización de plantas. Cuáles son las novedades globales en materia de robotización y qué necesita la Argentina para retomar el rumbo de la innovación.
Tras un 2023 difícil, en el que las trabas a las importaciones complicaron al extremo la reposición de equipos para la industria frigorífica, desde la empresa proveedora de implementos para faena Jarvis, ven un nuevo horizonte para la actividad con el comienzo de inversiones puntuales y buenas perspectivas a partir de 2025.
“Desde abril venimos operando con normalidad, sin trabas en las importaciones por lo que se acabaron los problemas de abastecimiento. Ahora, con el pago de los dólares para importación hasta 30 días, el escenario seguirá mejorando”, dijo a Valor Carne Enrique Kelly, Vicepresidente de Jarvis Argentina, planteando que el próximo paso debería ser “el adelanto de dólares, ya que hay proveedores que no te venden a crédito con lo que perdemos negocios”.
Según relató el directivo, por la falta de acceso a los dólares, el 2023 “fue un martirio”. Sin embargo, a pesar de esa situación resalta con orgullo que en el año pasado “ningún cliente de Jarvis tuvo que parar su planta por falta de repuestos”.
¿Cómo lo lograron? “Con previsión, mucho esfuerzo, una mano grande de nuestra casa matriz e incluso el apoyo de distribuidores de la región, como Uruguay, Chile y Paraguay”, respondió.
Jarvis es una empresa norteamericana, líder mundial en herramientas para faena de ganado de distintas especies, con fábricas en EE.UU. y la Argentina, y oficinas de venta en todos los países productores de carnes.
En el país está radicada desde hace casi 60 años y su planta industrial emplea a más de 60 personas. Fabrica noqueadores, descornadores, estimuladores eléctricos de bajo voltaje, sierras sin fin para para dividir reses, entre otros productos que proveen al mercado local, a todo el Mercosur y otros países de América Latina. En ese sentido, el 80% de la facturación proviene de ventas locales y países limítrofes.
“En la planta fabricamos los repuestos para el armado de nuestras máquinas y para proveer a nuestros clientes, a quienes también les brindamos el servicio de mantenimiento de los equipos”, contó, revelando porqué para la firma tener libertad de importar es clave. “No somos importadores netos de maquinaria, aunque todos nuestros equipos llevan algo importado. Uno, dos o hasta diez componentes”, subrayó.
Y justamente las trabas a las importaciones dejaron consecuencias. “Siempre hubo palos en la rueda. Por las políticas de los últimos gobiernos, hemos perdido exportaciones”, reveló. Y resaltó que “ahora viene el trabajo de recuperarlos”.
Una nueva etapa
Con la normalización de la llegada de insumos, hoy la fábrica de Jarvis volvió a trabajar a pleno, en tres turnos diarios: dos de producción y otro, más corto, de mantenimiento.
La duda es cómo responden los frigoríficos a la nueva coyuntura. “La industria está bien, con algunos altibajos y diferencias dependiendo si es de consumo o de exportación. Ambas con números muy finos por la retracción al mostrador y los bajos precios internacionales, pero en movimiento y con expectativas positivas”, analizó Kelly.
En ese sentido, destacó que “hoy todo el sector está en reacomodamiento” y fue optimista sobre el futuro. “Llevamos menos de un año con un gobierno amigable con el sector y hablamos de que se necesitan decisiones de inversión que llevan mucho tiempo”, subrayó.
Y aunque admitió que no cree que se concrete “una explosión de inversiones en los próximos dos años”, resaltó que “hay algunos movimientos, empresas que se venden y compradores que buscan poner al día el nivel de los equipos. Son inversiones concretas en modernización”.
Pensando a futuro
Mientras la Argentina trata consolidar un nuevo rumbo, Kelly mira lo que pasa en la industria a nivel global, con algunas innovaciones sorprendentes.
“Jarvis está apostando a la robótica. Nuestra industria fabrica todo tipo de herramientas manuales, sierras, descornadores, pistolas neumáticas, lo que ya tenemos en la Argentina. Pero las empresas muy grandes tienden a aumentar la producción y necesitan más agilidad, por lo que muchos artículos se van reemplazando por robots”, contó.
Se trata de maquinarias que, por ejemplo, cortan en dos las reses o seccionan las patas de los animales sin la intervención directa de los operarios.
¿Cómo funciona? La res avanza por un riel mecánico, un dispositivo la frena y la fija, para que un brazo robótico con una sierra circular la corte. Después continúan las dos medias reses su recorrido.
“Es realmente sorprendente. Unos ojos electrónicos le van indicando el recorrido que tiene que hacer y siempre lo hace en el mismo lugar, nunca se equivoca; el corte es perfecto y a una mayor velocidad. Baja el tiempo de la tarea de 17 a 5 segundos”, contó Kelly.
¿Podría llegar algo de este tipo a la Argentina? “Nos va a llevar un tiempo, por ahora solo está en Estados Unidos. Pero más allá de la mayor escala de las plantas frigoríficas, hay otros condicionantes como la necesidad de contar con Internet de alta velocidad y estable. La conectividad tiene que ser de primera línea porque no puede haber interrupciones y el mantenimiento es remoto”, aseveró.
Más allá de estas tecnologías, que para la Argentina hoy parecen futuristas, para Kelly, el sector de ganados y carnes hoy tiene que concentrarse en recuperar el rumbo que tenía hace dos décadas.
“En 2005, cuando íbamos a Paraguay, Uruguay o Chile, nos pedían que los invitáramos a ver plantas argentinas. Hoy nos pasa al revés, muchas veces nosotros nos asombramos de la calidad de ellos”, destacó.
Pese a esto, Kelly es optimista y resalta la potencialidad de la cadena de ganados y carnes y las oportunidades a futuro. “Van a pasar cien años y vamos a seguir vendiendo carne. Tenemos un producto muy valorado en el mundo y ganaderos e industriales que saben hacer las cosas. Durante las últimas décadas las políticas oficiales desincentivaron al sector. Hoy es tiempo de dar vuelta la ecuación. Estoy seguro de que en 2025 vamos a ver un poco más de movimiento y en la medida en que se vayan cumpliendo las promesas, las inversiones van a ir creciendo”, concluyó.
FUENTE: Valor Carne