Brasil sigue siendo el más competitivo de la región
Brasil es el segundo productor mundial de carne vacuna, detrás de Estados Unidos, y primer exportador colocando 1 de cada 4 toneladas de carne vacuna se comercializan en el mundo
De acuerdo a las últimas proyecciones del USDA publicadas en enero de este año, en 2024 Brasil incrementaría su producción de carne vacuna en unas 275 mil toneladas anuales alcanzando los 10,835 millones de toneladas. Sin embargo, el consumo doméstico absorbería 198 mil toneladas de dicho crecimiento, incrementando solo 77 mil toneladas su saldo exportable a unos 2,975 millones de toneladas.
Dentro de la región, Brasil representa el 60% de las exportaciones totales que salen del Mercosur por lo que la mayor o menor presión que pueda generar en el mercado de exportación resulta sumamente relevante.
Los primeros datos del año muestran un inicio muy fuerte, con embarques durante enero registrando una cifra récord de 181.700 toneladas, un volumen 13,4% superior a las 160.200 toneladas del primer mes de 2023.
En tanto que, en la primera mitad de febrero, según datos de la Secretaría de Comercio Exterior (SECEX), los envíos diarios promediaban unas 10,5 mil toneladas contra 7,02 mil toneladas en febrero pasado. Si este ritmo se mantiene hasta fin de mes, las exportaciones podrían acercarse a las 200 mil toneladas en febrero lo que supondría un nuevo récord para el segundo mes del año.
Si bien en algún momento de este año, el cambio de ciclo debería empezar a reflejarse en una menor oferta de hacienda llegando a faena, de momento esto aún no se está plasmando y Brasil sigue imponiendo un nivel de competencia muy fuerte en la región.
Los valores para el novillo pesado tipo exportación muestran un Brasil sumamente competitivo. Desde el comienzo de año a la fecha, la referencia para el novillo gordo en San Pablo retrocedió un 6% en dólares para ubicarse en torno a los USD 3,13 por kilo en gancho y consolidarse con el valor más bajo de la región, 25% por debajo de lo que se paga por el novillo argentino, actualmente en USD 4,13 el kilo.
En relación a esta brecha, es importante señalar que, más allá de la mayor o menor competencia que pueda ofrecer Brasil a partir de la segunda mitad del año, Argentina sigue teniendo fuertes condicionantes endógenos que restan competitividad a sus exportaciones, en especial lo que refiere a políticas cambiarias e impositivas.
En este sentido, el efecto conseguido en diciembre pasado con la devaluación del peso, claramente ha perdido impacto y lo seguirá perdiendo en la medida que el tipo de cambio oficial continúe atado a un esquema de devaluaciones progresivas que resultan muy inferior a los niveles en lo que flota la inflación, sin olvidar por supuesto el 9% de ‘costo adicional’ que generan los derechos a la exportación.
Claramente son nuestras propias políticas cambiarias e impositivas las principales causantes de la pérdida de competitividad argentina respecto a nuestros vecinos. Sin embargo, en contextos tan competitivos como los actuales, sus efectos tienen a profundizarse pudiendo resultar determinantes para el desenvolvimiento de la industria local.
FUENTE: Agrositio