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El modelo paraguayo: reglas claras, baja presión fiscal y carne de calidad para el mundo

 El éxito del modelo ganadero de Paraguay no es casual. Desde 1996, el país ha sostenido una estrategia basada en la cooperación entre el sector público y privado, que permitió erradicar enfermedades como la fiebre aftosa, consolidar la sanidad animal y, a partir de allí, abrir mercados internacionales clave. Así lo explicó Marcos Medina, exministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, en una entrevista con Chacra Agro Continental. “El trabajo mancomunado entre privados y el Estado fue la llave para abrir los mercados. Pasamos de exportar apenas 50 millones de dólares en el año 2000, a superar los 2.100 millones el año pasado”, destacó Medina. Ese crecimiento vino acompañado de fuertes inversiones privadas en el sector productivo e industrial, que posicionaron a Paraguay como uno de los principales exportadores de carne a nivel mundial.

Crecer en calidad: el nuevo desafío

El gran objetivo ahora, señala Medina, es mantener lo logrado y avanzar hacia una diferenciación por calidad. “Paraguay busca posicionar su carne por atributos como producción a pasto, sin hormonas ni aditivos, algo muy valorado por el consumidor global. Pero para lograrlo, se necesita una estrategia de marketing que todavía está pendiente”, reconoció.

En paralelo, advirtió que el país enfrenta desafíos estructurales como la falta de mano de obra capacitada para el trabajo rural y la necesidad de invertir en investigación adaptada al clima subtropical paraguayo, que presenta condiciones diferentes al resto de la región.

Un sistema con reglas claras y presión fiscal baja

Una de las claves del desarrollo ganadero paraguayo ha sido la previsibilidad. “Llevamos 25 años con las mismas reglas. El productor se siente seguro porque sabe a qué atenerse”, explicó Medina. El sistema impositivo, con un IVA de 5% para insumos y una renta agropecuaria del 10%, ofrece condiciones favorables. A esto se suma un dato central: no hay retenciones ni impuestos a las exportaciones. Por el contrario, el Estado devuelve el IVA al exportador, incentivando aún más la salida de productos al mundo.

“Paraguay no tiene un mercado interno grande, por eso nuestra mirada está puesta hacia afuera. La política pública acompaña esa visión”, aseguró.

Un hato robusto y mercados diversificados

Con 13,4 millones de cabezas, Paraguay mantiene estable su stock ganadero, aunque ha sufrido presiones territoriales por el avance de otros cultivos como soja, arroz o forestación. El país produce unas 650 mil toneladas de carne por año, de las cuales el 72% se destina a exportación.

Los principales mercados son Chile (del que Paraguay es el mayor proveedor), seguido por Taiwán, Estados Unidos, Brasil e Israel, que juntos concentran el 80% del comercio exterior del rubro. En total, Paraguay llega a más de 40 destinos. Además, la genética ganadera paraguaya ha evolucionado con fuerte influencia argentina. “Hoy el 50% de la faena de exportación es de ganado híbrido, tipo brangus, con base cebuina y aporte de razas británicas como el Angus”, detalló Medina.

Expectativa ante los aranceles de EE.UU.

Consultado por las recientes medidas de Estados Unidos respecto a los aranceles, Medina reconoció preocupación, aunque no alarma. “Estados Unidos importa 1,4 millones de toneladas de carne al año. El 60% va a hamburguesas. Es poco probable que dejen de importar, pero sí podrían aumentar los precios internos”, opinó y añadió: “Nos preocupa porque representa un retroceso en los procesos de libre comercio de los últimos 50 años. Todos los países de la región fuimos afectados por igual, pero este tipo de medidas generan incertidumbre”.

FUENTE: Revista Chacra