Jueves, 29 Junio 2017

“No se vislumbra la posibilidad de una revolución ganadera”

“No se vislumbra la posibilidad de una revolución ganadera”

Lo afirmó el licenciado Ignacio Iriarte, quien explicó “dónde estamos y hacia dónde vamos con la ganadería”.

 

Durante el remate de hacienda organizado por Arbeleche el especialista aportó conocimiento sobre el mercado ganadero, y puso énfasis en las expectativas. Dijo que “gracias a Dios el stock ganadero está creciendo”, por debajo de las expectativas pero “creciendo al fin”, y aclaró que “en algún momento se habló de que podía llegar a crecer hasta dos millones de cabezas por año, por los datos que había y por cómo eran las cosas hace un año”. Lo cierto es que más allá del crecimiento, Iriarte sabe que falta mucho. 

-¿Cuál es la situación actual del sector?

-Después aumentó la faena, hubo mucha mortandad por inundaciones, sobre todo los nacimientos no fueron lo que se esperaba, el viejo problema alrededor de la cría en Argentina, y todo llevó ahora a que cuando se contó el rodeo hubiera 700 mil animales más. Está bien, pero es insuficiente después de todo lo que se perdió, y además considerando que la población humana crece, la Argentina todos los años tiene 450 y 500 mil habitantes más.

-¿Es una carrera contra el crecimiento de la población?

-Exactamente. Este es un mercado que está en un 90% resistido por el consumo, la exportación está a la defensiva, tenemos ahora los datos de mayo que habría que confirmarlo pero hablan de exportaciones relativamente bajas, en el orden del 9% de la demanda total y es un sector que sigue con sus viejos males a cuestas que primero y fundamental es el atraso cambiario y el segundo e insoluble es el faltante de novillos, porque el mundo nos compra carne de novillo, un calibre mínimo de tamaño de corte que en la Argentina ha habido cambios muy fuertes en los sistemas productivos y se dejó de hacer. 

-¿Cuáles son las novedades en el mundo sobre el tema?

-Voy a contar novedades en materia de Brasil, que aparece en la primera plana de los diarios argentinos, por el Lava Jato y por las revelaciones que hizo Temer, y ahora por otro tema adicional no menor que es el tema de que el gobierno de India prohibió la faena de vacunos y búfalos, cuando es el primer exportador del mundo, no se sabe si la medida va a quedar en firme, pero si es por novedades, las novedades que hay en el mercado mundial son impresionantes. Pero igual el argentino no puede aprovechar porque no tiene hacienda que se comercializa a nivel mundial. 

¿Por qué ocurre eso?

-A nivel mundial prefieren la manzana de determinado tipo, vos producís una manzana chiquita y de otro color que nadie la quiere. Es más o menos lo mismo; nosotros producimos animales de cabotaje, muy chicos, que es el grueso que producimos, en feedlots, es un enorme equívoco, pero pasan los años, siempre pensamos si el stock crece y algún momento también va a crecer las categorías novillos, y vamos a poder exportar más. 

-¿Las exportaciones están bajas?

-Va un año y medio de esta administración, y las exportaciones siguen a niveles muy bajos, en algún momento fueron el 25% de la demanda, después menos del 10 % con Cristina, y hoy está en el 9%, y hay meses que está en el 10%. Y estamos vendiendo un poco más que el año pasado, pero es a China que es un mercado muy interesante pero con precios muy bajos. El promedio de lo que paga China es 4 dólares, y el promedio de lo que paga Alemania son 12 dólares. Es cierto que el animal no está compuesto solo de lomos, sino de un montón de cortes más muy baratos que quizás es mejor negocio para vos vender a 4, algo que antes picabas o tirabas, a China, que un lomo a 12 dólares los tenés vendidos todos a Alemania ya de antemano. 

-¿No hay otros mercados?

-Tenemos un problema que es que estamos atrasados en la recuperación, en la apertura de mercados nuevos que siempre alguna cosita nos da mejoras pero en el fondo estructuralmente la exportación está en una situación mala, perdiendo plata. Y todo esto es un telón de fondo que es una caída de los valores de los subproductos, que es la parte que no ves del animal, porque solo vemos la carne, pero el animal tiene cuero, achuras, sangre, hueso, grasa, y también a nivel mundial hay una crisis muy grande en el cuero y eso se transmitió acá, entonces esto afecta especialmente al consumo interno, los frigoríficos viven en gran medida de la venta de los subproductos, que no valen nada y siguen retrocediendo en términos nominales. 

-¿Y qué papel juegan los sustitutos?

-En función de todo esto, con un consumo muy difícil, y con una saturación de substitutos, de pollo y cerdo a niveles récords, los niveles actuales de precios no son malos, están un 5% abajo de niveles históricos, no son valores excepcionales pero no son un desastre, pero ves muy amenazados por el pollo y el cerdo que entre ambos se produce más que carne vacuna que no hubiéramos imaginado jamás hace diez años, y está esto ahí y la carne vacuna resiste, tiene una preferencia por parte del consumidor.

Lo otro que estamos viendo es que este esquema está en un equilibrio, muy afectado por el clima y feriados. 

-¿Cómo analizan esa situación?

-La oferta está muy afectada por las millones de hectáreas que están inundadas, los caminos cortados, todas las manos que no pueden trabajar, la hacienda que no se puede sacar, mucho feedlot con barro, todo esto arma un panorama que el mercado en el corto plazo es climático. Pero también en el largo plazo es climático, porque también te preguntas por qué teniendo 400 mil vacas más que el año anterior tenemos la misma cantidad de terneros, o sea que bajó la tasa de destete. Eso es climático, el clima está metido.

-¿Y qué pasaba antes?

-Antes teníamos efectos climáticos en ganadería una vez cada diez o cinco años. Y ahora es todo el tiempo, todos los años, y con diversa intensidad. Ahora estamos con muchas zonas fuera de producción, caminos cortados, zonas aisladas, campos literalmente abandonados, todo eso hace que hoy en ganadería haya un techo. El techo de precios está dado porque el consumo interno anda muy mal y la exportación es marginal. Y el piso está dado porque no hay hacienda, una liquidación de 10 millones de cabezas, un país ganadero, con grandes excedentes, que no están más. Cuando apenas apuras las demanda te das cuenta el deterioro del stock ganadero durante tantos años y encima no están las categorías que se puede exportar. Esto alcanza con alfileres par comer 60 kg y exportar 270 mil toneladas que son muy pocas.

-¿Se van a recuperar las cabezas?

-Va muy lento todo, en ganadería estamos creciendo muy poco después de muchos años que no hemos crecido. El factor de optimismo es que dentro de lo mal que está la situación, el precio es bastante razonable en relación a los costos, y así lo perciben los productores. Si hiciéramos un encuesta entre los productores no están deprimidos, les dura el optimismo de un cambio de aire de mayor libertad en los mercados y demás. Pero hay un problema que es si Argentina va a producir más, va a tener que conectarse con los mercados externos. Y con este tipo de cambio va a ser imposible. La vamos pasando bien porque tenemos un mercado interno extraordinario, pero un mercado interno que está mostrando cuál es su techo, hasta donde puede valer un pedazo de carne, la situaciones actuales de caída de salarios reales, desempleo, de mucho empleo informal cuyo salario ha caído más que lo que cayó el empleo en blanco. 

-Es decir que el sector ganadero de alguna manera está defendido por la escasez.

-Exacto. La escasez viene de las 10 millones de cabezas que se comieron de las cuales se han recuperado 4 millones. Esto es con respecto a 10 o 12 años atrás, en el interin la población humana siguió creciendo, hay en diez años 5 millones de habitantes más. Habría que haber producido la carne necesaria para mantener el mismo lugar, no para crecer. Y no se hizo. Argentina produce poco por habitante, 62kg por habitante, lo cual se consumen 58 kg y 4 o 5 kg se exportan. Pero no podemos salir de eso porque no hay materia prima. Y creciendo tan lentamente no parece que esté a la vista que vaya a haber una revolución ganadera, esto lentamente se está enfriando y en el largo plazo pienso que no va a haber grandes cambios. Y si llega haber algún cambio, algún golpe de mando que genere algo inesperado a nivel internacional, la carne no está y se va a ir a precios. Jamás imaginamos que íbamos a llegar a esto.

FUENTE: La Verdad

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