Domingo, 05 Abril 2020

¿Por qué faltan novillos pesados?

¿Por qué faltan novillos pesados?

De acuerdo con los datos de la última vacunación en la Argentina, el total de novillos registrados (en marzo de 2019) fue de 2,6 millones de animales que, comparado con los datos de 2008, implica una caída de más de 2,2 millones de animales.

 

Este faltante estructural de novillos, según el Rosgan, ha sido consecuencia de largos períodos bajo políticas agropecuarias que desincentivaron la producción ganadera. En este sentido, las trabas que, hasta hace cuatro años, primaban sobre la exportación provocaron el cierre de muchas plantas de faena que terminaron reduciendo drásticamente la demanda de novillos pesados destinados a abastecer mercados externos.

Esto condujo a un proceso de desinversión en pasturas e instalaciones de campos tradicionalmente invernadores. Consecuentemente, se produce una reconversión de estos planteos a un concepto de engorde más rápido, llegando con un menor peso final a faena y permitiendo, a su vez, convertir en carne el grano que, por momentos, también costaba colocar para exportación.

Es decir, se dio un doble efecto, por un lado la menor demanda de novillos pesados dada la falta de incentivos para exportar y por el otro, un alimento muy barato que justificaba la intensificación del engorde, para producir un animal de menos kilos orientado exclusivamente al mercado doméstico.

Con anterioridad al boom de compras generado por China, ahora interrumpido por el coronavirus, la exportación de carne argentina dependía mayoritariamente de la oferta de novillos pesados, al menos respecto de los mercados tradicionales en los que Argentina podía capturar precio en razón de la calidad de sus carnes.

Por entonces, mucho se ha hablado, de acuerdo con el Rosgan, de la falta estructural de esta categoría en el stock nacional. Lo cierto es que, más allá del excelente año cerrado en materia de exportaciones, este faltante sigue vigente.

Pese a la abrupta baja del stock de novillos, el nivel de faena no se contrajo en igual magnitud. Esto derivó a una aceleración de la tasa de extracción, es decir, a mayor número de animales faenados sobre el stock inicial del período.

La pregunta es: ¿a qué obedece semejante caída en la faena, habiendo partido de un stock inicial relativamente estabilizado? Y hay que remitirse a los cambios registrados en materia de política económica, en particular de política agroindustrial.

En los últimos cuatro años la exportación volvió a ganar competitividad en los mercados, no sólo por la liberación de las trabas vigentes (ROE’s), sino por la fuerte devaluación que registró la moneda local. Esto si bien ha sido muy positivo para la industria exportadora, significó un cambio sustancial –según el Rosgan-- para los planteos de engorde intensivo que vieron aumentar exponencialmente el costo de su principal insumo de alimentación, erosionando fuertemente los márgenes.

Ante este nuevo escenario, especialmente a partir del último año, se aprecia una mayor retención de animales en los campos, en un intento de prolongar el período de recría y así ingresar con una invernada más pesada a la etapa de terminación.

Se trata de sumar kilos más baratos, en la medida que la oferta de pasto lo permita, alargando todo el ciclo de producción primaria en sus distintos eslabones. Este alargamiento del ciclo de producción da como resultado un bache, aún más pronunciado, en la oferta de novillos más allá del faltante estructural.

De acuerdo a los indicadores analizados por el Rosgan, es muy probable que, en el próximo recuento de novillos, se aprecie un quiebre de tendencia respecto de la pérdida de stocks registrada en los últimos años.

De confirmarse, podría marcar el inicio de un proceso de recomposición de esta categoría que llevaría a un aumento de la producción final, aun sin mediar grandes variaciones en el stock total de faena (kilo/gancho) que, tras un prolongado período de estancamiento, la productividad del rodeo nacional ha comenzado a crecer de manera sostenida en los últimos tres años, pudiendo terminar este último período en torno a los 59 kilos/animal en stock.

FUENTE: La Nueva

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