Viernes, 30 Diciembre 2016

Uruguay: cuota exportadora en suspenso

Uruguay: cuota exportadora en suspenso

Uruguay espera no perder su cupo de carne más valioso. En la misma semana en la que nos hemos enterado que tenemos más vacunos que nunca, cruzando la barrera de los 12 millones, nos apercibimos también de que el cupo más valioso de la carne uruguaya –hablando en términos de facturación– pende de un hilo.

 

Es el cupo que ha permitido una gradual expansión de los feedlots o corrales de engorde, que ha contribuido a estabilizar el precio del ternero y que ha permitido sostener la demanda por el sorgo que se consume localmente.

Y se ha convertido en el principal segmento del negocio cárnico, significando bastante más de US$ 100 millones anuales de facturación, lo que supera al tradicional cupo Hilton, que al tener un tope de colocación queda en unos US$ 80 millones.

La cuota 481

El 481 es un cupo relativamente nuevo, de 48 mil toneladas, dentro de las cuales los países compiten por quien acapara mayor volumen. Esa competencia se ha hecho cada vez más importante tanto por el crecimiento de Uruguay como por la irrupción de Argentina, liberada en la era Macri de las ataduras K (Kirchner).

También los países de Oceanía fueron tomando cantidades más importantes de la cuota que, finalmente, quedó cubierta en su totalidad, sin que Estados Unidos –el beneficiario original y conceptual– exportara volúmenes significativos. Y allí está la raíz del problema. Porque un cupo que fue creado para compensar a Estados Unidos está siendo aprovechado por muchos países, pero no por los estadounidenses.

La Unión Europea no acepta el uso de seis hormonas que Estados Unidos sí usa: estradiol 17-b; testosterona; progesterona; zeranol; trenbolone acetato (TBA); y melengestrol acetato (MGA).

Estados Unidos en 2009 recurrió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y obtuvo un fallo favorable en el organismo. La Unión Europea no tenía derecho a aplicar sanciones si las hormonas no llegaban al consumo y por lo tanto debía resarcir a Estados Unidos o aceptar la carne.

La solución en su momento fue la creación de un cupo de carne producida en base a grano como suele ser el engorde en Estados Estados Unidos. Pero ese cupo fue aprovechado más por países como Uruguay, Australia y en este año Argentina mientras Estados Unidos con sus novillos que valen más de US$ 2 por kilo vivo no compite. Y aunque sea para carne producida en feedlot, el requerimiento de ausencia de hormonas se mantiene.

De modo que en vísperas del comienzo de la era Trump con su lema “Estados Unidos primero” la Representación de Comercio de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) se hizo eco de los pedidos de la industria cárnica estadounidense que considera que la compensación planteada por los europeos no ha logrado compensar realmente a la cadena cárnica del país. Y así habilitó la consulta pública sobre el tema.

Los exportadores estadounidenses ya habían expresado su malestar con la situación en el congreso mundial de la carne desarrollado en Uruguay. Y ratificaron claramente su apoyo al reclamo estadounidense.

La Federación de Exportadores de Carne fue clara en un comunicado: “Apoyamos plenamente la decisión del USTR de usar los medios a su disposición bajo la ley de Estados Unidos para defender los intereses de la industria cárnica de Estados Unidos. En los últimos siete años, los ganaderos de los Estados Unidos y la industria de carne han hecho inversiones significativas para satisfacer las necesidades del mercado de la Unión Europea, sólo para ver la participación de los Estados Unidos en el mercado socavada por los productores de Australia, Uruguay y Argentina. Esta situación es insostenible y exige una respuesta firme y decisiva”.

“La industria de carne de Estados Unidos ha apoyado los esfuerzos de nuestro gobierno para encontrar una manera comercialmente factible para nosotros para participar en el mercado de la Unión Europea. En 1999 la Organización Mundial del Comercio le dio la razón a Estados Unidos. Y así la Unión Europea generó esta cuota que parecía inicialmente representar un paso en esa dirección, pero lamentablemente no ha respondido a las expectativas de la industria. Dadas las circunstancias, no podemos estar de acuerdo en mantenernos al margen mientras nuestros competidores toman una proporción cada vez mayor de una cuota específicamente creada para compensar a los Estados Unidos”.

Por su parte, la Unión Europea expresó que “ha cumplido plenamente, tanto en la letra como en el espíritu”, con el acuerdo de compromiso de 2009. “La caída de este acuerdo y la posible aplicación de sanciones sobre las exportaciones de la Unión Europea a Estados Unidos constituiría ciertamente el retraso más desafortunado en las fuertes relaciones comerciales Unión Europea-Estados Unidos”.

El tema se dilucidará a mitad de febrero. El gobierno estadounidense recibirá comentarios hasta el 30 de enero, luego hará una audiencia el 15 de febrero donde se analizarán los mismos y se recibirán comentarios adicionales hasta el cierre definitivo de la consulta el 22 de febrero.

Reacciones en Uruguay

En Uruguay el gobierno viene trabajando el tema con Bruselas apuntando a no verse perjudicada en un conflicto que no ha causado. Todo se maneja con la cautela de quien cuida la cuota más valiosa de la carne uruguaya, que significó en este año bastante más de US$ 100 millones y superó largamente la facturación del cupo Hilton.

Respecto al Hilton, la 481 tiene varias ventajas. Se trata de 48 mil toneladas dentro de las cuales los países compiten sin tope, a diferencia del Hilton que tiene un techo bajo e inamovible. Abarca una cantidad muy amplia de cortes que pueden sumar hasta 100 kilos de la res.

Y por lo tanto ha generado un segmento creciente de negocios que parte de novillitos que deben llegar a 380 o 400 kilos con 24 meses de edad y salir a la faena a los 30 meses de edad, con un peso bastante superior a los 500 kilos.

El cupo ha generado una demanda de unos 160 mil novillos y 20 mil vaquillonas al año, con toda la cadena de producción que parte de terneros y terneras y ha sido una de las dos patas sobre las que se ha apoyado la estabilidad de los precios del ternero, junto a la exportación en pie, que adquiere ahora más importancia que nunca.

Otro aspecto que adquiere fuerte importancia es la capacidad de Uruguay para negociar un mejor acceso a su carne, ya que la ventaja arancelaria de la cuota era fundamental para competir con otros exportadores, como Australia. En otros mercados como el de China, Uruguay debe competir pagando aranceles mayores y eso dificulta la salida.

Por otra parte, al caer este cupo adquiere mucha mayor trascendencia la posibilidad de ingresar a Japón en 2017, ya que es quien podría estará adquiriendo carne con un alto marmoleado, como la que sale de los feedlots.

FUENTE: El Observador

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