Sábado, 29 Mayo 2021

Siete miradas para entender por qué enoja tanto el cierre de exportaciones de carne

Siete miradas para entender por qué enoja tanto el cierre de exportaciones de carne

La Sociedad Rural de Jesús María (SRJM) y sus partes cordobesas de Cartez (Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona) convocaron a siete referentes de la cadena de ganados y carnes, tanto del ámbito público como privado, para analizar la situación del sector ganadero a raíz del cierre de las exportaciones de carne.

 

 

La idea también era recordar qué sucedió cuando la primera gestión kirchnerista tomó una medida similar. Productores, consignatarios, empresarios frigoríficos y hasta funcionarios provinciales coincidieron calificando la medida como un error que provocará más daños que beneficios.

Alejandro Brandán, directivo de la propia Sociedad Rural de Jesús María (SRJM) declaró que las principales víctimas de la veda exportadora serán los productores más pequeños que abundan en el norte cordobés. “Un productor ganadero de 200 vacas apenas subsiste con lo cual la actividad no es rentable”, afirmó.

En su caso, proviene del negocio del engorde al corral. “Es una estructura pesada que requiere de mucha gente y de mucho movimiento. Los feedlot están al 50% de su capacidad ociosa y con estas medidas se hace difícil generar inversiones en el sector”, sumó.

“Lo que pasa es que en esto hay mucho arraigo y por eso se continúa en la actividad, pero claramente estas medidas generan desconfianza y desinversión”, remarcó.

Berardo Vignatti, médico veterinario y presidente de la Sociedad Rural de San Justo, en la región ganadera de Santa Fe, manifestó que “estos vaivenes no les dan respaldo a los productores chicos, como sí podrían tener los grandes, y ahí es donde empiezan a desaparecer”. Luego marcó que “aunque esto genera un desequilibrio irreversible, tenemos el compromiso y la necesidad de continuar en una actividad que aparte no puede detenerse”.

David Tonello, presidente de la Sociedad Rural de Río Cuarto, describió que hacer un ternero y llevarlo a novillo “requiere mucha plata e inversión. Acá el arraigo a la producción ganadera va más allá de la plata. El criador y el feedlotero sacan poca ganancia con los costos que tienen y teniendo en cuenta que de eso el 50% se lo lleva el Estado”.

“Ahí es donde debemos trabajar como cadena y meter presión a nuestros políticos para trabajar sobre ese 50% inflacionario. Nadie hace una actividad sin ganar dinero. Necesitamos subsistir y educar a nuestros hijos, hacer crecer a nuestras empresas. Nuestro gobernantes tiene que ver esto”, resaltó.

Mariano Grimaldi, directivo del frigorífico Logros, el único exportador de la provincia de Córdoba, fue otro de los que lamentó la medida adoptada por el Gobierno. “De un día para el otro te indican que ya no podés trabajar. De repente tuve que salir a hablar con clientes en todo el mundo para decirles que no íbamos a poder cumplir contratos”, se quejó.

“Esto nos tomó por sorpresa porque estábamos en plena vigencia de acuerdo con el Gobierno en el ofrecimiento de cortes populares. Nos habíamos juntado y nos habíamos puesto de acuerdo para dar un normal abastecimiento, y de buenas a primeras nos llaman y nos dicen que no podían dejar pasar el problema de la inflación y que tenían que echar mano en las exportaciones de carne. Intentamos explicarle al Gobierno que el sector exportador representa solo el 20% en el precio de la carne, pero nos dijeron que no había marcha atrás en la decisión”, comentó.

Grimaldi graficó que “la nave insignia de la Argentina es la carne. En el mundo nos conocen por la carne. Por eso nunca entenderemos esta medida como industria. Argentina no produce dólares, sólo los genera si exporta. En nuestro caso, teníamos una planta que venía trabajando con normalidad pero hoy tuvimos que hacer recortes en las jornadas de trabajo y quitar un turno” de trabajo, reveló.

“Para nosotros es difícil reconvertirnos de lleno al consumo interno. Ya lo intentamos antes y la experiencia fue nefasta. Igualmente a nivel general tuvimos una experiencia nefasta con la pérdida de 10 millones de cabezas de vacunos”, dimensionó el exportador de carne.

El exportador y criador de vacas Limangus agregó que recientemente habían incorporado la faena kosher, pero ahora tienen todo el proceso de inversiones paralizado. “De repente nuestros países vecinos como Brasil están a pleno, aprovechando mercados mientras nosotros discutimos si exportaremos carne o si no lo haremos. Como industria perdemos por minuto pero los productores también pierden. Precisamos menos política y más trabajo”, sintetizó.

Catalina Boetto, secretaria de Ganadería de la provincia de Córdoba, manifestó que en la provincia hay 21 mil pequeños y medianos productores ganaderos de los cuales 10 mil tienen menos de 50 vacas. “Con esta medida pierden todos y no gana nadie”, enfatizó.

“Cuando Sergio Busso (por el ministro del área) me propuso reordenar la ganadería de la provincia pensamos en la exportación como norte, para ganancia de divisas, pero también ganancia de mercados y de estándares productivos. Tanto esfuerzo y de repente meten esta medida totalmente inconsulta y desacertada. Estábamos generando inversiones para poder generar a su vez más exportaciones”, lamentó.

“La exportación ordena todo y levanta la vara en términos sanitarios y ambientales, pero también se levanta la vara para los argentinos porque se puede acceder un producto estándar y premium para todos, tanto para exportación como para el mercado interno”, agregó.

¿Es mucho o poco exportar el 29% de la producción ganadera argentina?

“Es poco, tenemos una enorme capacidad productiva y está desaprovechada. Si tenemos 160 vacas para producir 100 terneros podemos producir mucho más. El problema no es con los frigoríficos. Necesitamos estar todos en esa mesa de discusión”, respondió Boetto.

Jorge Torelli, actual secretario de Agroalimentos de la provincia de Santa Fe, pero también quien ha estado del lado del mostrador privado cuando fue director del frigorífico Mattievich, expresó: “Esta decisión atravesó transversalmente a toda la región centro, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Todos recordamos lo que pasó antes cuando se produjo el cierre de exportaciones en 2006. Y cerrar no es solo cerrar, hay que mirar a la cara a un trabajador diciéndole que hay que despedirlo e indemnizarlo”.

Torelli, que también fue vicepresidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), explicó que “Santa Fe tiene una ganadería muy grande, pero también una gran industria frigorífica con 33 plantas de las cuales 10 son exportadoras y que tienen mucha inversión puesta de parte de los privados, para que luego te corran la jugada con una medida de este tipo”.

“Están tomando malas decisiones. No creo que baje el precio de la carne al mostrador prohibiendo el cierre de exportaciones. El carnicero no baja el precio porque ya hizo, lo que llamamos en la jerga, el ´colchón´, que es el que le sirve para aguantar los costos”, dijo.

Por el contrario, consideró que “en ganadería, desincentivar a un criador implica tener que esperar la recomposición a partir de los 2 o 3 años siguientes. Se pierden volúmenes, y esto repercute en las otras carnes y atenta contra la seguridad nacional. Son malas señales a países que esperaban seguir comprando nuestra carne”, resumió.

Otro temor que sobrevoló fuerte en el panel fue que se venga una intervención estatal a Liniers, el histórico mercado ganadero formador de precios de referencia de la carne.

“Es un mercado puro y transparente, donde hay 20 o 30 consignatarias y unos mil productores que mandan hacienda al mercado, y luego hay abastecedores y matarifes que van tomando esos precios de referencia. Con una posible intervención del mercado generarán condiciones más desfavorables para nuestro sector”, analizó Pedro Pérez, de Consignaciones Córdoba, una empresa de consignatarios de hacienda que todos los lunes realiza sus propios remates en el norte de la provincia.

Pérez explicó que conforman “un rejunte de pequeños ganaderos que confluyen en la SRJM para vender sus animales en remates y ferias. Acá llegan jaulas completas, pero también carritos con dos o tres vacas y con animales que vienen de zonas marginales porque por ahí no los pueden seguir alimentando. Somos un mercado super dinámico y transparente y esta medida de cierre de exportaciones de carne significa pegarles una patada fuerte a esos criadores”, alertó.

FUENTE: Bichos de Campo

 

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