Se recupera el stock ganadero
La escasez provocada por la liquidación de hacienda de 2009/2010 generó altos precios en los años siguientes. Este factor, junto con las medidas de apoyo que implementó el actual gobierno -eliminación de derechos de exportación y de ROE, y mejora del tipo de cambio- están contribuyendo a recuperar muchas cabezas perdidas.
En el periodo nefasto para la ganadería argentina el stock perdió 10,4 millones de cabezas y se redujo a 48 millones. Luego, el proceso de retención sostenido permitió crecer hasta llegar a 52,4 millones en 2016, para alcanzar 54 millones en 2017, según cálculos preliminares del consultor Víctor Tonelli, lo que configura un aumento de 6 millones de cabezas.
Las medidas oficiales de normalización de la comercialización ganadera impactaron más en los productores que en los exportadores. Tonelli calcula que están provocando una retención de terneras y de vaquillonas del orden del 12 al 13 por ciento respecto del promedio histórico y mayor peso en los machos (10 por ciento), aunque sin cambios significativos en la cantidad ofertada de novillos, por el momento.
Los favorecidos
De cara a 2017, el analista entiende que los ganaderos más favorecidos serán los criadores -con buenos valores para los terneros- y los que realizan ciclo completo. Al considerar la situación de los engordadores, Tonelli observa que la eliminación de las restricciones comerciales al maíz y una relación de compraventa menos favorable le quitan viabilidad al sistema de engorde rápido basado en encierre de terneros al destete, con 90/100 días de engorde con maíz “subsidiado” y faena liviana empleado hasta 2015.
El nuevo sistema productivo incorporará las recrías, tanto por los criadores, que podrán agregar kilos a la venta de su producción, como por los recriadores, que agregarán 100/150 kg a los terneros que adquieran, que venderán como novillitos a engordadores, o incluso por los propios engordadores, para desarrollarlos y completar el ciclo hasta el peso de faena.
El especialista estima que este será el modelo de engorde predominante en 2017, porque en el otoño no habrá muchos más terneros que en 2016 -por la menor marcación causada por los inconvenientes climáticos-, lo que mantendrá alto el costo de reposición
FUENTE: La Nación