Producción de carne, "la esperanza roja" del campo
Frente a la debacle generalizada de casi todos los productos en los mercados internacionales, la carne vacuna emerge como una especie de isla que se autosustenta con un comportamiento más de nicho de mercado que como un commodity.
Y algo de eso hay pues, por ejemplo, frente a bajas estrepitosas de la leche en polvo, que llegó a récords superiores a los u$s 5.000 por tonelada y ahora apenas toca los u$s 1.500, o la propia soja, que logró en su momento más de u$s 600 y ahora sólo araña los u$s 330, la carne vacuna (igual que el oro) logra mantenerse en niveles estables de cerca de los u$s 4.200 la tonelada FOB para la Argentina. Si bien es alrededor del 10% inferior a los niveles que se alcanzaron en algunos momentos del 2013/14, estos valores muestran la absoluta firmeza que sigue ostentando la demanda mundial. En este punto vale aclarar que, en general, se trata de consumidores de mediano a alto poder adquisitivo ya que en el ranking de carnes, justamente las "rojas" son las más caras comparativamente y las de menor volumen global, detrás de las de cerdo y las de ave. De ahí también el movimiento más parecido al de productos "specialities", con nicho de mercado.
MERCADO LOCAL
En el plano local, aunque con el agregado de otros condimentos vernáculos, el panorama general es parecido, lo que incide directamente sobre las decisiones de producción. Así, mientras la mayoría de los alimentos muestran retrocesos a partir de fuertes caídas de la rentabilidad, por el doble efecto de baja en los precios internacionales y la suba en los costos internos, la carne vacuna logra neutralizar casi este último aspecto y se mantiene estable gracias al soporte, hoy excluyente, que le brinda la demanda de un consumo interno que sigue rondando los 60 kilos por habitante y por año, que probablemente se va a mantener, al menos, mientras dure lacampaña proselitista.
Pero el sostenimiento se proyecta mucho más allá y se apoya en la creencia de que las nuevas autoridades que asuman en diciembre, sean quienes fueran, van a mejorar rápidamente las condiciones de algunas actividades. Y la carne estaría entre las primeras.
La buena performance respecto a otros rubros se debe más, en realidad, al retroceso del resto que a la preeminencia del producto animal. También está el hecho de que, justamente, la demanda internacional en este caso se mantenga firme, lo que daría una posibilidad casi inmediata de ingreso de divisas, mientras que en los granos no sólo no se sabe cuánto más pueden bajar los precios, sino que además, los volúmenes exportables se van a ver sensiblemente disminuidos por la baja que se espera en la cosecha total.
BAJAS EXPORTACIONES
Partiendo de esto, y del hecho de que las exportaciones de carne se encuentran en un piso histórico en las últimas décadas, las chances parecen más cercanas, tanto por una mejora del tipo de cambio, como más especialmente por el levantamiento de las restricciones cuantitativas como los ROE (permisos de exportación), cupos, entre otros, que hoy limitan las ventas externas.
Las restricciones, en todo caso, pasarían entonces "sólo" por la limitada oferta de carne del país, al presentar todavía una productividad relativa baja y no haber recuperado ni el 30% del stock que perdió a partir de 2007 y que ascendió a más de 10 millones de cabezas, tamaño prácticamente equivalente al rodeo vacuno uruguayo.
Y, la reserva se potencia ante la falta de fondos para recomponer el capital ganadero destruido en años de agricultura continua, en muchos casos sólo de soja, que llevaron a la desaparición de aguadas, molinos, reproductores, y hasta alambrados, hoy imposibles de reponer en el corto plazo.
Sin embargo, además de la expectativa positiva hay una ventaja que pasa por la buena relación respecto a los precios del maíz (hasta 35 a 1, lejos de los puertos, según consigna el especialista Ignacio Iriarte), que determina que se espere una mayor oferta de carne de los feedlots, ahora favorecidos por el costo del grano.
PESO DE FAENA
También los campos mixtos, que mantuvieron aunque sea parte de sus rodeos, ahora están volcando su propia producción de granos a "hacerla carne", dada la ecuación negativa que les impone directamente el margen bruto agrícola o, en su defecto, el flete.
Estos elementos deberían ir llevando a un paulatino recupero del peso de faena que, en promedio bajó 15 kilos en los últimos 3 años, y a ir repoblando campos que van siendo ahora abandonados de la agricultura, lo que en parte se ve reflejado en la abrupta baja departicipación de hembras en la faena que pasó de 45%-46% promedio el año pasado, a 40% en la actualidad. Por supuesto, la recuperación sería más rápida si aparecieran los recursosfinancieros para respaldar la tendencia.
Un elemento negativo adicional para la recuperación viene de la mano de los inesperados excesos hídricos adelantados y el futuro comportamiento de El Niño, cuyo pico de lluvias se espera recién para la primavera. Es que, al igual que el año pasado cuando las precipitaciones de septiembre provocaron la pérdida de unos 400.000 terneros (lo que también ayuda hoy a que los precios de la cría se mantengan firmes), ahora aún no se sabe el nivel de mortandad que va a haber, aunque ya consta que las pérdidas se iniciaron pues hay terneros naciendo en el agua.
Pero aún con una recuperación más lenta la ganadería sigue siendo una de las pocas actividades con expectativas favorables -"la esperanza roja"-, con poco que se corrija a partir de diciembre.
FUENTE: Ambito Financiero