Por cambios en el rito kosher varios frigoríficos podrían dejar de exportar carne vacuna a Israel
Nueva exigencia abarca obras costosas para inmovilización del ganado.
La industria frigorífica uruguaya y la Dirección General de Servicios Ganaderos, la dependencia sanitaria del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, están analizando la nueva normativa que pretende imponer Israel para mejorar el bienestar animal en sus faenas de vacunos bajo el rito Kösher.
Se trata de la instalación de cajones de volteo que inmovilizan al animal de manera delicada, que gira y lo deja en posición para que el rabino desangre, mejorando el bienestar animal. El problema no es sólo el costo de esa tecnología —que algunos frigoríficos uruguayos ya tienen o la adaptaron basándose en el ingenio—, sino las obras de ampliación que hay que hacer en las plantas para instalarlo.
La Dirección General de Servicios Ganaderos fue notificada días atrás por las autoridades sanitarias de Israel y la exigencia viene siendo analizada con criterios técnicos.
El mismo problema enfrentan los servicios veterinarios y la industria cárnica de los demás proveedores del Mercosur: Brasil, Argentina e incluso Paraguay. La fecha tentativa para que esta tecnología quede instalada en los frigoríficos es mediados de 2018.
ALERTA. “De ser aprobada tal cual fue presentada, puede haber muchas plantas que dejen de exportar a Israel y eso va a tener un efecto en el mercado que se evaluará posteriormente”, advirtió a El_País el presidente de la Asociación de la Industria Frigorífica del Uruguay (Adifu), Dr. Marcelo Secco, que a la vez es CEO para el Cono Sur del Grupo Marfrig.
Secco recordó que para muchas empresas, instalar esa nueva tecnología y las ampliaciones que tienen que hacer en sus instalaciones “no solo va a ser costosa, sino que en algunos casos, diría que hacerlas con criterio resulta casi imposible”.
Por otro lado, el industrial afirmó que tal cual plantea Israel la normativa “hay mucha información técnica que, de cierta forma, contradice lo que la nota en sí plantea”, por eso se promueve un intercambio técnico con las autoridades de Israel. Es que Uruguay es centro de referencia regional en bienestar animal reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), el organismo que regula el comercio de carnes, animales y subproductos en el mundo.
“Israel tiene la presión por defender el bienestar animal en la faena kösher, pero también sabemos que Uruguay no puede estar diciendo que sí, aceptando de puño y letra todo tipo de reglamentaciones que lleguen, porque tiene que contemplar a muchos países. Hay que ser lo más amplio posible y hay un criterio técnico para defender”, explicó Secco.
Años atrás la Unión Europea también intentó cambiar la normativa de bienestar animal para los animales abatidos con ese origen, planteando en la industria la instalación de camas de descanso —lo que incrementaba el riesgo de contaminación de la carcasa—, cuando en Uruguay no se justifica, porque el ganado no recorre distancias tan largas como en la Unión Europea antes de ser abatido.
PRESIONES. A su vez, el consultor especializado en proyectos y faenas Kösher, Felipe Kleiman, recordó que “el servicio veterinario de Israel, que es el responsable de lo que entra por alimentos de origen animal, sufrió una demanda popular en la Suprema Corte de parte de movimientos de derecho de los animales, personas jurídicas que congregan los derechos de los animales. A raíz de eso determinó, ante la falta de actuación de los países, que aquellos que quieran exportar carne a Israel, tendrán que adherir a estas nuevas normas planteadas”.
Kleiman explicó que “Uruguay y muchos países han aprobado normas que garanticen que los animales sean tratados con más respeto. Sin embargo, el Mercosur de manera general no lo hizo, hasta que llegó un punto muy difícil de conciliar por parte de las autoridades israelíes”.
El especialista destacó que Uruguay “tiene plantas que ya poseen este equipo de faena. De los cuatro países del Mercosur es el que está más adelantado. Ahora será obligatorio instalar los nuevos equipos de inmovilización para faena kösher y ese es la piedra del escándalo. Hay plantas en la región y en Uruguay que no quieren hacer esa inversiones”.
VENTAJA. Según Kleiman, la instalación de los equipos que Israel pretende sean obligatorios para sus proveedores de carne, no sólo trae gastos, sino también beneficios.
“Un beneficio muy grande es que nos sacamos de arriba ojos que están procurando problemas. Cumplimos con un pasivo, cerramos una puerta que nos podría traer problemas. Ese es el primer beneficio”, afirmó el asesor y especialista en operaciones de faena Kösher.
Según su punto de vista, otro de los beneficios para la industria frigorífica una vez adoptada la normativa que promueve Israel, es que “podrá mandar los traseros a mercados que hoy no aceptan esa carne . En el futuro la planta que hará kösher tendrá un certificado de bienestar animal, va a poder acceder con la misma carcasa a otros mercados”. Entre esos mercados está, por ejemplo, la Unión Europea, donde van los cortes de mayor valor de la res: lomo, bifes y cuadril.
Kleiman dice que “el escenario es bueno, por más que caiga la productividad y haya que invertir más dinero”. El cajón de inmovilización tiene un costo estimado de entre US$ 200.000 y US$ 600.000, pero la faena es mucho más lenta y va entre 50 y 60 vacunos por hora.
FUENTE: El País