Pesimismo entre los industriales
Hasta hace poco, los frigoríficos confiaban en un cambio a partir de un nuevo gobierno. Sin embargo, las encuestas revelan la posibilidad de que continúe la política para el sector.
Entre 2008 y 2015, en las provincias de Chaco, Formosa, Salta y Santiago del Estero, y según los datos revelados recientemente por Senasa, el stockganadero pasó de 6,82 millones a 6,92 millones de cabezas. Es decir, aumentó sólo 99 mil cabezas en siete años.
Si se toma la evolución del rodeo de cría en la misma área y en el mismo lapso, se advierte que el número de vacas pasó de 2,870 millones a 3,06 millones (6,6 por ciento); mientras que el número de terneros pasó de 1,41 a 1,60 millones de cabezas (13 por ciento). La relación ternero/vaca mejoró en estos siete años, pasando del 49,3 por ciento en 2008 al 52,4 por ciento este año.
Pese a este incremento de la tasa de destete, los terneros de estas cuatro provincias, representan sólo el 12 por ciento del total nacional. La gran mayoría de los terneros se siguen produciendo en la zona pampeana: en sólo ocho partidos de la provincia de Buenos Aires se destetan 1,37 millones de crías.
Variables
El atraso cambiario (la inflación supera a la tasa de devaluación), las retenciones, y la caída de los precios FOB (Europa, Rusia) nos aleja mes a mes del mercado internacional. Después de las devaluaciones experimentadas en los últimos meses en el real y en el peso uruguayo, el kilo de novillo en gancho se ubica hoy alrededor de los 3,15 dólares, contra los 4,10 dólares que cotiza el novillo en nuestro país, haciendo la cuenta a través del tipo de cambio neto.
Completan este panorama la caída del crédito bruto de matanza (recupero bruto), que ha sido del 25 por ciento en los últimos ocho meses, y el atraso en la devolución de los impuestos internos, que representan una carga más. La mayoría de los frigoríficos exportadores aguarda con expectativa la entrada de la carne brasileña al mercado chino, que se producirá en agosto, porque el tremendo potencial exportador brasileño podría determinar alguna baja marginal en el precio de importación.
La mayor parte de los industriales que consultamos a diario esperaba hasta hace poco que con la llegada del nuevo Gobierno, el 10 de diciembre próximo, se comenzarían a resolver los graves problemas de competitividad que limitan las ventas de carne vacuna al exterior.
Ahora, y a la luz de las encuestas que revelan que existen muchas posibilidades de que esta política para el sector continúe en vigencia con la nueva administración, lo que prevalece es cierto pesimismo, especialmente entre la industria de capital extranjero. “Dos de los tres candidatos mostraron en su campaña la política ganadera K como un ejemplo de aquello mal hecho y que había que revertir urgentemente; primero hablaron de liberación cambiaria, luego de 100 días, luego de quitas graduales en las retenciones (empezando por los productos regionales), para luego dejar trascender que un ajuste cambiario de importancia sería políticamente inviable, porque producirá un shock recesivo y agotaría en pocas semanas el capital político con que arrancaría la nueva administración”, aseguran en el entorno industrial.
El ajuste es inevitable pero da la impresión, por lo que trasciende de los equipos económicos de los principales candidatos, de que al menos en una primera etapa harán todo lo posible por evitarlo. Por eso se está instalando la idea del gradualismo, y de que una devaluación “discreta”, si no está acompañada de una serie de otras medidas económicas, no sirve para nada.
FUENTE: Ignacio Iriarte (La Voz del Interior)