A dos meses de finalizar este año 2015, la faena bovina se encamina a consolidar la tendencia que mantuvo durante casi la totalidad del período, pero que tomó fuerza a partir del segundo trimestre en adelante.
Esta tendencia corresponde a una faena en cabezas muy similar hasta el momento a la registrada durante el año 2014, pero con una composición diferente desde el punto de vista de las categorías que la integran.
En el acumulado de los primeros 10 meses del año, se registraron envíos a faena por aproximadamente 10,5 millones de cabezas, esto es unas 150 mil cabezas (1,5%) más que en igual período del 2014. Siendo el mes de Marzo de 2015 en el que mayor diferencia positiva se registró respecto de 2014 (+7,5%) y Julio el de mayor diferencia negativa (-3.2%) hasta el momento.
La mayor diferencia interanual registrada en el mes de Marzo, estaría relacionada al diferimiento de categorías en engorde que, por distintos motivos ya abordado en artículos anteriores, no llegaron a ser faenados durante el último trimestre del 2014, apareciendo con fuerza durante el fin del verano de este año.
Asimismo cuando se analiza la composición de la faena del mes en cuestión, se observa que las categorías de Novillos (+10%), Novillitos (+15%) y vaquillonas (+9%) son las que más contribuyeron, reforzando así la idea mencionada del diferimiento de categorías de engorde de finales de 2014 hacia principios de 2015.
Ya entrando en el análisis sobre la composición de la faena del período Enero – Noviembre, se observan las mismas características que se vienen manteniendo desde el segundo trimestre en adelante, esto es, una fuerte caída de la categoría de vacas (-13%), la cual se acentuó fuertemente a partir de la segunda mitad de este año, con un aumento en términos interanuales de los novillos (+6%), los novillitos (+10%) y terneros (+7%), que compensan la fuerte baja de la categoría antes mencionada.
Esta modificación en la composición de las categorías que componen la faena respecto del mismo período del año pasado, deja trascender el interés que existe por la ganadería, producto de la recomposición de los precios que se están validando actualmente para las categorías con destino a cría e invernada, que en realidad habría comenzado ya durante el otoño, al menos si lo analizamos desde el punto de vista de la cantidad de vacas que fueron enviadas a faena.
Como resumen de lo expuesto, puede observarse como el indicador de la participación de hembras en faena, debido a la reducción de vacas y al aumento de novillos y novillitos mencionado, arroja un resultado cercano al 42,5% para los primeros 10 meses de 2015. Si se observa este indicador mes por mes, el mismo se ubicaba para el mes de Enero en valores de 45,5%, en mayo cerca del 42% y en este último mes de octubre en 41%, habiendo tocado un piso de 40% en el mes de agosto.
Y que pasa con la invernada?
De acuerdo a una reciente publicación del MAGyP (click para ver publicación), las cabezas de terneros y terneras movilizadas con destino a invernada durante los primeros 10 meses del 2015, han sido un 1,5% inferiores a los movimientos de estas categorías registrados en el mismo período del año anterior.
Este porcentaje corresponde a un poco más de 100.000 cabezas de éstas categorías, resultando consecuente con el dato de stock publicado por el mismo ministerio para marzo de este año, donde ya se había registrado una merma en las mismas.Al igual que para el caso de la faena, resulta más interesante analizar el diferente comportamiento que se registra entre los movimientos de los machos y de las hembras de ésta categoría de animales.
Como se puede observar en los gráficos, los movimientos de terneros machos con destino a invernada registrados para el 2015 fueron un 0,3% menores que los registrados en el mismo período del 2014. Sin embargo para el caso de las terneras (hembras) la disminución en los movimientos alcanzó el 3,1% (casi 100 mil cabezas menos), de las cuales la gran mayoría (más del 60%) se debe a menores ingresos de las mismas en los feedlots.
Esto podría interpretarse como una intención de retener las terneras como futuros vientres, o al menos que las mismas no tengan un destino casi seguro faena como ocurriría si las mismas entraran a un sistema de engorde a corral (los sistemas pastoriles permiten recriar animales de una forma que posibilita postergar la decisión del destino final del mismo).
Conclusión
Del análisis expuesto, surgen algunos datos y conjeturas interesantes a tener en cuenta:
En primer lugar, como se mencionó en el párrafo anterior, la reducción de la categoría de vacas enviadas a faena tiene su correlato en las expectativas de una mejora del negocio ganadero en los próximos años que se evidencia a partir de la muy sostenida demanda por categorías para cría e invernada.
En segundo lugar, de continuar la tendencia de faena observada hasta el momento, en el 2015 se habrán faenado unas 200 mil cabezas de vacas menos que en 2014 (sobre un total de cabezas en faena muy similar para ambos años). Esto haría presuponer que las mismas se habrían incorporado al rodeo productivo como vientres potencialmente “preñables” incrementando esta categoría del rodeo que tendría su correlato en el destete del año 2017. En este punto debe mencionarse a su vez las 100.000 cabezas de terneras menos movilizadas con destino a invernada respecto del 2014, que demostraría también la intención de preservar vientres futuros.
En tercer lugar, y también de mantenerse la tendencia registrada, asistiríamos a un año atípico desde el punto de vista de la distribución de la faena. Desde hace varios años ha sido una tendencia que la faena del segundo semestre resulte superior (en promedio 7% superior excepto el 2014 que fue 2% superior) a la del primer semestre, fundamentalmente por la salida de los animales encerrados en los corrales durante el período de zafra de terneros. Por primera vez en varios años podría darse que ambos semestres registren una faena muy similar en cabezas, lo cual podría ser un indicio de estrategias para salir con animales más pesados, ya sea con más días de corral o con una recría intermedia.
Por último, cuando se complete la faena 2015, seguramente observaremos el cambio de tendencia en la cantidad de novillos faenados, cortando así una caída interanual consecutiva de los últimos 9 años (2006-2014) para esta categoría.
Al parecer algo está cambiando en la ganadería Argentina. Hasta el momento sólo son tendencias y expectativas. Esperamos con ansias que el futuro próximo e inmediato lo transforme en una realidad.
FUENTE: Decisión Ganadera