Impacto del traspaso entre JBS y Minerva en el sector cárnico
Si bien JBS vendió unidades que representan el 2% de su facturación total, están ubicadas en la región con mayor potencial de crecimiento. Minerva se posiciona como líder en Paraguay, una de las primeras en Uruguay e ingresa a la Argentina. Qué se espera a nivel global.
Minerva le compró a JBS todos sus negocios y plantas de la Argentina, Uruguay y Paraguay por USD 300 millones, según ambas empresas comunicaron a la Bolsa de San Pablo.
Minerva es la tercera empresa en importancia en la industria de carnes brasileña y JBS no sólo es la primera de ese país sino que es la más grande del mundo en proteínas animales.
La operación abarca el frigorífico de Rosario, Argentina, que faena 2000 cabezas por día y donde se habían invertido USD 30 millones en los últimos años; la planta de elaboración en Pilar, un centro de distribución y otras cuatro unidades inactivas en el país. También, el frigorífico de Canelones, Uruguay, y tres plantas de faena en Paraguay, una de ellas construida recientemente desde cero.
En estos dos últimos países, Minerva ya operaba con plantas de faena y procesamiento. Minerva informó a la Bolsa que la proyección de ventas para el período jul’17-jun’18 es de USD3,3 miles de millones a lo que se agrega la proyección de mil de millones de la misma moneda para el conjunto de empresas ahora adquiridas, lo que supone un crecimiento de 30% en sus operaciones para el primer año. También informó que su actual capacidad de faena, de 17 mil cab/día se incrementa en 9 mil (52%). Ahora Minerva pasará de tener 17 unidades de faena a 26.
Con estos movimientos, la empresa se consolida como el primer actor en Paraguay y muy cerca del liderazgo de Marfrig en Uruguay. También, este paso es consistente con el avance que viene observando la empresa, aunque ha sido más moderado que el de sus mayores competidores. En ese sentido, Minerva es la única de las tres principales empresas brasileñas que tiene una unidad productiva en Colombia, país que registra un gran crecimiento en su ganadería en los últimos años.
En el mercado
La transacción entrará en vigencia el 1° de julio y el precio se ajustará en función de la variación del capital de giro entre ahora y esa fecha. JBS informó que estima que el ajuste de precio significará un aumento de USD30 millones en el valor pactado.
El mercado vio con buenos ojos esta operación inicialmente. El martes, primer día con la información sobre el asunto, el valor de la acción de JBS se incrementó 9% y el de Minerva lo hizo en 5%. Entre miércoles y jueves JBS perdió 7 de esos puntos mientras que Minerva logró mantener la valorización.
La acción de Marfrig, aunque no tenga nada que ver con esta operación, también mejoró el primer día casi 4 puntos, de los que sólo logró mantener 1 al cierre del jueves.
En síntesis, en 72 horas el mercado sólo ha premiado a Minerva por la transacción, aunque hay que rescatar que tampoco castigó la decisión de JBS.
En la Argentina
Al no tener plantas en el país, los cambios en la Argentina no serán muy sensibles al principio. Tampoco existe la posibilidad de desarrollar sinergias, como sucede en los otros dos países, al unir y perfeccionar las áreas de servicios (administración, comercial, etc.) de las empresas ya poseídas y de las incorporadas.
La diferencia que podría establecerse es si los nuevos dueños vendrán con un criterio distinto al que tenía JBS, en cuanto a las condiciones para la reapertura de las plantas cerradas. Este es el único elemento que impondría un cambio importante en el mercado argentino.
Un aspecto interesante es que BRF es propietario de una parte del paquete accionario de Minerva (15%). Cuando aquélla le vendió las últimas plantas de faena de vacunos que tenía en Brasil, buena parte del pago se hizo con acciones de Minerva.
Hasta hace un tiempo, parecía lógico que Minerva entrara a la Argentina con la compra de la planta que BRF posee en San Jorge (Santa Fe), que es la única de vacunos que esta firma tiene en el mundo. Quizás ahora se reabra la oportunidad para dar ese paso.
JBS por dentro
JBS, que factura USD 50 mil millones por año vendió empresas que representan el 2% de sus ingresos y seguramente un porcentaje aún menor de sus beneficios.
Desde este punto de vista, no parece una transacción demasiado relevante. Sin embargo, al deshacerse de sus activos en los tres países que son socios comerciales y vecinos a su casa matriz, deberá afrontar cambios estratégicos sobre todo por tratarse de la región con mayor potencial de crecimiento en carnes vacunas del mundo. Además, si bien en la Argentina arrastraba muchos años de pérdidas y el peso de cuatro plantas paradas, en Paraguay y en Uruguay el desempeño seguramente ha sido mejor.
Es innegable que esta operación está inscripta en los problemas derivados de los escándalos, sanitarios y políticos, que se destaparon en Brasil desde la Operación Carne Débil y cuyo último capítulo fue cuando salió a la luz el acuerdo entre los directivos de JBS y las autoridades judiciales brasileñas en torno al esquema de sobornos en el que están implicados presidentes, gobernadores y legisladores.
La empresa controladora de JBS acordó, en estos días, pagar más de USD 3 mil millones por este acuerdo, que es el más alto en la historia mundial, aunque esto no afecta los números globales de la compañía.
Sin embargo, no se puede ignorar que estos problemas llevaron a la postergación de la salida a la bolsa de las empresas que JBS posee en Estados Unidos y en Australia, donde también es actor número uno en el mercado de carne, sobre lo que pesa una gran incógnita acerca de si será posible hacerlo en el futuro próximo.
¿Afectará la globalización?
Otra reflexión es que esta operación es la primera venta importante que realiza JBS en su carrera expansiva de los últimos 12 años, lo que abre la cuestión de si se trata de un hecho coyuntural o es un revés que marca un camino contrario hacia delante.
JBS fue la primera empresa cárnica que se globalizó en este siglo, luego de 3 ó 4 décadas en que no hubo compañías internacionales en ese mercado, tras la desaparición de las grandes firmas de origen británico y estadounidense que caracterizaron buena parte del siglo XX.
Marfrig fue la segunda empresa que siguió esos pasos, aunque pareciera que comenzó el repliegue hace unos años. En su momento, llegó a estar muy por encima de su inmediato competidor, precisamente, Minerva. La facturación actual de Marfrig suma USD 5 mil millones, una décima parte de la de JBS y sólo 20% mayor a la que hoy proyecta Minerva para este próximo año.
Una fuerte disminución de las empresas globales será un retroceso para el sector de la carne en el mundo, ya que las inversiones y las innovaciones siempre están más ligadas a este tipo de compañías que a las regionales o locales.
También, el funcionamiento de los canales comerciales mejora con las empresas globales y los países están más predispuestos a abrir sus mercados. De aquí en más será relevante seguir estas temáticas en la propia JBS o ver si aparece otra empresa que tome la posta de la globalización.
FUENTE: Miguel Gorelik - Valor Carne