Fuente: MAGyP
Fuente: Información propia y MAGyP
Como muestra el gráfico precedente, es posible advertir a simple vista y de manera intuitiva, cierta correlación de signo negativo entre los movimientos en los precios y la consecuente evolución de la porción del stock de hembras que se destina a la faena.
Frente a la mencionada sospecha, es que se procedió al cálculo de dicho indicador, llegándose a la conclusión, de que al menos tomando como muestra la evolución de los precios del ternero de invernada con frecuencia semestral y la evolución del porcentaje del stock de hembras que semestralmente se destinó a faena entre 2006 y 2015, la correlación (r) existente entre los valores involucrados fue de (-0,814).
El coeficiente de correlación lineal (r) es un índice de fácil ejecución y de igualmente fácil interpretación. Sus valores pueden oscilar entre -1 y 1, e indica el grado de covariación entre distintas variables relacionadas linealmente. Cabe aclarar que la magnitud de la relación entre las variables analizadas viene especificada por el valor numérico del coeficiente, reflejando con su signo (-/+) la dirección de dicha relación.
En tal sentido, es que el valor de dicho coeficiente (-0,814) resulta consecuentemente, un sólido argumento para suponer que el precio del ternero representa un elemento implícito en la constitución de escenarios futuros por parte del productor ganadero durante el desarrollo de su proceso decisorio.
Por esto último, y en un intento de entender el comportamiento de los integrantes del sector ganadero nacional en su proceso de toma de decisiones, se considera relevante partir de la premisa conceptual de que los mismos toman sus decisiones en condiciones de racionalidad limitada.
Dicho concepto sustenta su teoría en la idea de la imperfección del conocimiento. La racionalidad exige un conocimiento completo e inalcanzable de las consecuencias exactas de cada elección, y los individuos enfrentan como limitación natural, la dificultad de anticipación, ya que la mente no puede abarcar las consecuencias en toda su integridad y asignarles un valor en el futuro. La racionalidad exige una elección entre todos los posibles comportamientos alternativos, y la mente sesga sus decisiones en función de la parcialidad de variables que constituyen su contexto conocido.
Por esto último, es que sin importar los niveles de producción de terneras que la próxima zafra pueda incorporar al stock nacional, y con independencia del nivel de fortaleza de las demandas, local y externa, de carne que puedan presionar sobre la oferta de esta, es que el presente razonamiento desarrollado como instrumento de interpretación de conductas, nos permite suponer de cara al futuro inmediato y mediato, que la solidez de los precios de la invernada, al menos sostenida por factores estacionarios para el segundo semestre del año, también dará lugar a mayores restricciones de oferta de carne como consecuencia de un menor aporte al proceso de faena por parte de las categorías relacionadas con hembras.
FUENTE: Decisión Ganadera