Habilitan en Argentina el ingreso de cortes de carne vacuna con hueso
Frigoríficos uruguayos comienzan a explorar ese mercado para definir negocios
Argentina y Uruguay acordaron habilitar sanitariamente el intercambio de carne vacuna con hueso en ambos mercados, con lo cual se retoma la posibilidad de que los tradicionales asados uruguayos y otros cortes vacunos lleguen a los consumidores del vecino país. Los negocios estaban cortados desde la aparición de la fiebre aftosa en el año 2001.
De esta manera se amplía los alcances del protocolo sanitario acordado entre los servicios veterinarios de ambos países, que incluye la posibilidad de exportar ganado en pie, especialmente reproductores.
Fuentes de la industria frigorífica consultadas por El Observador Agropecuario valoraron la inclusión de este rubro en el acuerdo sanitario que ya estaba vigente entre ambos países y esperan conocer la reglamentación. Igualmente se están efectuando los primeros contactos con el fin de comenzar a explorar comercialmente esa posibilidad de negocios, resaltó el industrial.
El director de los Servicios Ganaderos, Francisco Muzio, destacó a El Observador Agropecuario la autorización de los servicios sanitarios argentinos que elaboraron un certificado aceptado por Uruguay y que permite la habilitación correspondiente.
Uruguay era un tradicional proveedor de carne vacuna para los consumidores argentinos, especialmente de asados, lo que se interrumpió luego de la aparición de la fiebre aftosa.
Por otra parte, desde hace unos 10 años fue habilitado por Argentina el ingreso de carnes uruguayas maduradas y desosadas, que en pequeños volúmenes se han venido negociando. Ahora se completa con esta medida acordada entre los servicios sanitarios que lideran Muzio, en Uruguay, y Jorge Dillón, como titular del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), en Argentina.
Muzio resaltó que su repartición, que depende del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), había recibido consultas en forma reiterada acerca de los detalles para poder exportar carne vacuna con hueso hacia la vecina orilla, especialmente asados, lo que demostraba el interés por encarar este tipo de negocios.
Por otra parte, desde el inicio del actual gobierno de Mauricio Macri en Argentina, se mencionó la posibilidad de efectuar este tipo de compras de carnes de Uruguay por los aumentos de precios que se habían registrado en el mercado interno.
34 toneladas
En lo que va del año, las ventas hacia Argentina fueron solo en octubre, con 34 toneladas, según cifras del Instituto Nacional de Carnes (INAC), lo que demuestra lo ínfimo de los negocios realizados hasta el momento.
Argentina es un fuerte consumidor de carne vacuna, especialmente asados, y registra un alto consumo pér capita, bastante similar a Uruguay. En ese marco el asado marca una preferencia que es rioplatense. Hasta ahora el mayor consumo de asados ocurre en las provincias argentinas, zonas a las que se destinaba la mayor parte de las exportaciones uruguayas.
Los precios de los distintos cortes de carne vacuna mostraron en octubre en Buenos Aires un aumento de 34,3%, en promedio, con relación a noviembre de 2015.
A su vez, con relación a setiembre pasado, registraron en promedio una leve variación positiva de 0,9%. Los datos fueron divulgados en un informe elaborado por el área de información económica y estadística del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva).
Alta calidad
Hay que pensar en carnes de alta calidad, incluyendo el tradicional asado, para aspirar a ingresar al mercado de Buenos Aires, porque con una calidad estándar hay que proyectar los negocios hacia las provincias, destacaron algunos industriales consultados por el programa Tiempo de Cambio, de radio Rural.
Tiene que ser por ejemplo un asado de primera y de animales jóvenes, porque ese tipo de consumidores está acostumbrado a comprar carne por ejemplo de novillos de no más de 2 años. Los empresarios dijeron que ya tienen todo preparado para comenzar a exportar carne con hueso a Argentina, una vez que se conozca la reglamentación.
FUENTE: El Observador