Ganadería 4.0. Protocolos exigentes para exportar carne
Qué servicio ofrecen las herramientas de precisión en los sistemas de comercialización y en la trazabilidad, pensando en el posicionamiento de la Argentina como proveedor de carnes.
Como proveedores, tenemos que saber que un pedazo de carne tiene que ser lo que decimos que es.
El uso de instrumentos para homogeneizar lotes por ecografía dorsal ya no es simplemente un medio para homogeneizar toros, para evaluar madres de una cabaña; lo están haciendo las empresas comerciales para homogeneizar el animal que sale de un corral, para poder vender animales homogéneos “no solo de lo que se ve de afuera, sino de lo que se ve de adentro”: homogeneizar por área de bife, por espesor de grasa, por grado de masa intramuscular.
Este producto tiene que ser individualizable, estar trazado y va a tener que estar reflejado en el precio.
Según Aníbal Pordomingo (INTA), no va a ser algo raro o algo inesperado que el origen argentino de la carne se encuentre con varios protocolos de exportación muy exigentes.
Una referencia es el protocolo de la Cuota 481 (animales terminados a corral para la Unión Europea), que determina un mínimo de área de bife, un mínimo de marbling, un mínimo de relación de espesor de grasa de cobertura de área de bife, un peso mínimo de carcaza, una serie de atributos respecto del producto, no va a ser raro que nos encontremos que aparezcan otros tantos protocolos.
Todavía están por aparecer protocolos de demanda chinos; todos los mercados asiáticos tienen más de un protocolo. Significa que el frigorífico los va a tener q cumplir, y para lograr cierto precio también los va a tener que trasladar hacia el productor, y si va a querer que el productor los cumpla, va a tener que pagarlo.
“Porque si no encontramos la vuelta por el lado del precio, ninguno va a hacer estos grandes esfuerzos de aplicar toda esta tecnologia”, advierte el técnico.
Menciona, por último, que hay mucha presión hacia y desde el mismo Gobierno nacional para que el nuevo sistema de tipificación de carne se ponga rápidamente en funcionamiento, que avance hacia una segunda etapa, que implica “mirar la carne del lado de adentro”.
Ya no alcanza con vender medias reses o animales en pie; 2020, 2021 van a ser años de una mayor presión de protocolos, exigencias de trazabilidad y de gestión ambiental, sistemas de producción sustentables. Y hay muchos que ya están imaginando cómo jugar en estas canchas.
FUENTE: Agrovoz