Forte en el IPCVA: "Queremos coherencia, previsibilidad y seriedad comercial"

-Después de un tiempo de desacuerdos sobre quién debía asumir, ¿cómo se desarrolló la asamblea?

-Más tranquila de lo que se esperaba. Agradezco a Federación Agraria por haber confiado en mi persona, a las entidades por haberme acompañado y a la industria por haber tenido paciencia. Esto es una discusión pública que arrancó en marzo, donde dos entidades creíamos que había que respetar la alternancia y otras dos que creían, legítimamente, que por ser un año político era mejor una continuidad. No hubo acuerdo, pasamos a un cuarto intermedio, fuimos a la asamblea y logramos los consensos para empezar esta nueva etapa. Fue poco más que un trámite.

-¿Con qué instituto se encuentra?

-Fortalecido y que ha trabajado muy bien. Me encuentro con un equipo humano excelente, del cual no se toca nada. Se viene una etapa en la que todo indicaría que habría que volver a la primera etapa, de pelear los mercados en el mundo.

-¿Cuáles serán los objetivos principales de su gestión?

-Tenemos que fortalecer el mercado interno, aportar para aumentar la productividad en la producción de carne y buscar los mercados. Esto va de la mano, porque si buscamos que haya más carne para exportar, el ganadero te dice: "¿Qué vamos a producir si no sabemos si la van a comprar o no?". Nos vamos a buscar los mercados internacionales y la industria te dice: "¿Qué carne vamos a vender si no la tienen?". Hay que buscar un equilibrio y terminar con los versus campo-industria, mercado interno-externo.

-¿Qué objetivo persigue en el frente interno?

-Tenemos que terminar con el ternericidio. Para la gente que nos lea, cada vez que pasamos por la góndola y agarramos la carne de ternera o especial estamos comiendo carne de un animal que todavía no llegó a la adolescencia. Entonces, si llevamos un novillito a 380 o 400 kilos, que es tan sabroso y tierno como el de 300, aumentamos el promedio de faena y con la misma cantidad de animales.

-¿Se puede alcanzar ese objetivo sin que haya un daño colateral?

-Tenemos que ser honestos. Va a haber un cuello de botella biológico. Ese novillo que va a estar haciendo 50 kilos más de carne en el campo va a faltar por un tiempo, pero cuando llegue a la góndola tendrá 50 kilos más. Lo mismo con esa vaquillona que no se mata, y sé que pariendo un ternero en el campo faltarán esos 100 kilos en la góndola, pero dentro de tres años habrá 400. No va a faltar, pero tampoco habrá abundancia.

-¿Cómo lograr abastecer al mercado interno y a la vez toda la apertura de mercados?

-En el mundo demandante de carne, los gustos de Europa y Asia no compiten con los argentinos. Cuando le vendés mucha cuota Hilton a Europa, te queda más asado, tapa, vacío, matambre y pulpa milanesa porque no te lo compran. China te demanda mucha carne de vaca de refugo que ni en puchero la comemos. Y en lo que puedan competir, hemos incorporado el pollo y el cerdo. Seguimos comiendo mucha carne, 110 kilos, pero la mitad es de no vacunas. Hoy son una competencia, pero tienen que pasar a ser una oportunidad. 

-¿Es posible entonces?

-Sí. Tenemos maíz barato, buen clima, ganas de laburar y está la guita para llevar adelante los proyectos productivos, tanto con incentivo financiero como económico. Tenemos todas las oportunidades para hacerlo, sólo falta decisión política.

-¿Genera expectativa en el Ipcva la llegada de un nuevo gobierno?

-Sin dudas va a haber cambios. Más allá del resultado del 22 de noviembre habrá una nueva etapa política y el productor está apostando a eso. Conozco casos específicos de vacas que estaban destinadas a faena y ahora están en el campo para ser futuras madres. Es la capacidad de reacción urgente que tiene ante la esperanza el productor. Se viene una etapa donde las gremiales y el gobierno podrán sentarse a discutir sobre un plan ganadero de crecimiento, exportación, etcétera. Y nosotros vamos a estar ahí para ser de soporte técnico para esas medidas.

-¿Qué será lo primero que le pedirán al futuro presidente cuando se sienten en la misma mesa?

-Coherencia, previsibilidad y seriedad comercial. La carne en el mundo mantiene el presitigio intacto, pero lo perdimos nosotros. Cuando un industrial se compromete a entregar un container para el 30 de marzo tiene que ser para esa fecha. La seriedad comercial es algo básico en esto, y si se mantienen los ROE’s como una cuestión de premios y castigos, estamos complicados. Tenemos que generar previsibilidad y hacerle entender al nuevo presidente que un ternero en el vientre de una vaca va a ser cuota Hilton cuando no esté más, o a lo sumo en su segundo mandato. Los tiempos biológicos son distintos a los políticos. Ser coherente afuera y previsible adentro.

FUENTE: Infocampo