Mercado de la carne: Fiebre porcina, China y una demanda activa
El mercado de la carne sigue sorprendiendo
Y la mayoría de los operadores están viviendo el negocio, desde finales del año pasado, a una velocidad inimaginable: primero por la fiebre porcina africana, el sacrificio millonario de cerdos y el aumento significativo de la demanda de carnes, segundo por el cambio radical en las compras chinas y la presión por bajar los precios, con renegociaciones de contratos que provocaron grandes daños, y tercero por la pandemia y su impacto en el comportamiento de los mercados: una realidad que genera dificultades pero crea oportunidades.
Hoy, cuando el mercado empieza a dar señales de estabilidad en cuanto a la demanda, pagos y logística; el gran desafío es tener previsibilidad en el comercio mundial en mediano plazo.
Si bien hay mercados que se están despertando más lento de la crisis sanitaria y económica a raíz del covid-19, es el caso de la Unión Europea, hay otros que se pudieron parar más rápido y muestran un futuro prometedor: como China y otros países de Asia.
Además, en el caso de China se agregan más coyunturas que dinamizan el comercio de proteína roja. El brote de fiebre porcina africana en Alemania hizo que Xi Jinping, junto a otros países, suspendieran las importaciones de carne de cerdo y como consecuencia se experimentó una rápida escalada de precios para el producto porcino y de otras especies, como el bovino.
Un analista australiano de proteínas animales de Rabobank, según publicó la entidad financiera holandesa, señaló que para 2020 se prevé que el suministro de carne de cerdo de china se contraiga en un 15 a 20%, guarismos similares a lo que fue la reducción del año pasado. También dijo que, pese a las importaciones fuertes de carne de cerdo, la menor oferta ha incidido en una drástica baja del consumo de esta proteína per cápita, pasando de 40 kilos en 2018, a 32,6 kilos en 2019 y se espera cerrar el 2020 en 28 kilos.
Ante estos hechos, el consultor argentino Víctor Tonelli comentó en Valor Agregado en Radio Carve que China “está claramente en un proceso de demanda mucho más intensa”, y estimó que “hay que preparase para un momento extraordinario de consumo de carne”. En ese sentido proyectó: “Lo único que veo son subas de precio, porque no van a poder comprar todo lo que necesiten. Por lo menos hasta fin de octubre con seguridad, aunque no sé dónde estará el techo”.
Mientras tanto, Tonelli dijo que para mercados como Europa los exportadores van a tener que esperar unos meses más para una reactivación dentro de la normalidad, aunque afirmó que en los próximos envíos “hay que acostumbrarnos a menores valores”.
Estados Unidos y Canadá fueron claves para Uruguay en el primer semestre del año con aumentos significativos de la demanda. El problema de covid-19 en las industrias frigoríficas estadounidenses afectó la disponibilidad de carne en el mercado y se abrió con fuerza la canilla de la importación a precios que hacían viable exportar fuera de cuota. Actualmente las 20 mil toneladas están a tope y, con un mercado más estable, las ventas por fuera del contingente son escasas y para cortes de alto valor comercial.
Recientemente se comunicó que Frigorífico Carrasco, de la brasileña Athena Foods, quedó inhabilitado por la detección de E. coli O-157 para ingresar con productos cárnicos a Estados Unidos, por lo que las dos plantas activas de este grupo (Pulsa y Carrasco) quedaron fuera de quien es el segundo principal destino para las carnes uruguayas.
En lo que va del año el país exportó carne vacuna y menudencias a Estados Unidos por US$ 223 millones. Pulsa es el mayor exportador a este destino con ventas por US$ 37 millones y frigorífico Carrasco el tercero con US$ 28 millones. Por lo tanto, 29% de las ventas a Estados Unidos se ven comprometidas por esta suspensión.
Tanto Carrasco como Pulsa deberán esperar a que se realice una nueva auditoría sanitaria de Estados Unidos en Uruguay. La expectativa a nivel industrial es que pueda estarse realizando antes de fin de año. En los próximos días el Ministerio de Ganadería debe enviar un informe al Departamento de Agricultura de Estados Unidos con las medidas de mitigación que se están tomando para minimizar el riesgo de aparición de la bacteria que puede tener graves consecuencias sobre la salud humana.
FUENTE: Martín Olaverry - El País