Expectativas. Concepto clave en su escasez y en sus excesos…
En un intento de describir la coyuntura económica de la cadena de valor de la carne bovina argentina, resulta fundamental advertir cierto proceso entrópico en el desorden de las variables críticas en la ecuación económica de cada uno de sus eslabones.
Como ya se destacó en informes recientes, pareciera que el sector empieza a asentar el sedimento que por cuestiones de decisiones políticas locales, y por la propia dinámica de la economía global, fueron afectando y exacerbando la inestabilidad y las especulaciones que solo conllevan riesgo, beneficios efímeros, y/o concretos quebrantos.
Dicho esto, resulta interesante destacar que dicha cadena de valor condiciona sus negocios con variables críticas como el stock, los precios, el tipo de cambio, la presión fiscal, y los costos, entre otras.
Por ello, y al advertir que decisiones que exógenamente, desde la política, distorsionaron durante años la lógica del negocio, como retenciones, cepo cambiario, y auto boicot de la oferta de producción exportable, resulta trascendental comprender que la reversión de dichas medidas, impacta con intensidad asimétrica en diferentes negocios, que relacionados, condicionan la viabilidad económica de cada eslabón de la cadena.
En tal sentido, es claro que la mutación de las condiciones del negocio, también conlleva la dinámica de las necesidades y pretensiones de cada actor de la cadena, que a modo de ejemplo, hoy demanda categorías de hacienda diferentes respecto a peso y hasta estatus sanitario.
La demanda tracciona en función al poder de compra y a la capacidad de premiar con precio que ofrece cada eslabón, y dicha inducción se ejerce en dirección a los eslabones primarios de la cadena.
Es así que hoy, si bien, la oportunidad de exportar no está vedada desde el punto de vista formal y normativo, ciertas distorsiones en los costos del proveedor de hacienda de exportación requieren que el premio pecuniario ofrecido por el exportador constituya un precio que hoy resulta al menos difícil de satisfacer. Esto, producto de la combinación de las condiciones globales, como las de un Brasil en crisis que sale al mercado mundial regalado y con escala, y una economía interna con inflación, costos crecientes, y una demanda local aun con reticencia clara a renunciar Kgs. de carne en su dieta.
Actualmente y en línea con lo dicho en el párrafo anterior, resulta interesante destacar como limitantes implícitos en la exportación de carne bovina, no solo la escasez de categorías pesadas como novillos trazados, que además de encontrarse dificultados en su traslado por cuestiones coyunturales de índole climática, dada su oferta limitada presentan una alta sensibilidad precio, termina impactando dramáticamente en el costo de la industria cualquier presión de la demanda.
Por ello, aún después de la devaluación y la eliminación de retenciones para la carne en Argentina, su industria exportadora actualmente exhibe como desventaja un precio relativo de carne en gancho (22%-26%) por encima de competidores como Brasil, Paraguay o Uruguay, haciéndosele muy difícil competir exhibiendo solo como bandera/atributo la calidad de sus carnes en mercados de alto volumen y precios bajos como China y Rusia.
Asimismo, y ahora enfocando el análisis en la fuerza de la demanda interna, resulta importante destacar la virtual competencia que esta ejerce frente a la oferta de carne exportable, afectando la provisión de novillos por parte de los exportadores.
Hoy el consumo interno paga precios similares, e incluso con la eventual ventaja que involuntariamente valida el Estado con su ineficacia frente a la evasión fiscal en las operaciones comerciales internas. Todo ello, lamentablemente trajo aparejado en los últimos tiempos una retracción del número de campos habilitados para UE, a causa del abandono voluntario de esta inscripción de muchos ganaderos.
Finalmente, en lo que respecta al feed lot (único proveedor de hacienda con destino a Cuota 481), si bien encuentra en dicho destino una nueva oportunidad de negocio, las actuales relaciones de precio (ternero / novillo), así como el valor del maíz post eliminación de retenciones, hicieron del negocio un proceso altamente dependiente de la eficiencia productiva.
Una vez más, para darle coherencia al análisis en relación a la aparente realidad de expectativas efervescentes que con el tiempo entendemos se van mitigando, suponemos fundamental que en las decisiones de inversión subyagan la prudencia y la racionalidad económica por sobre las burbujas sugeridas por el oportunismo y los oportunistas, que lamentablemente abundan y en los últimos días fueron engrosando las listas de incobrables, o de productores jaqueados por una realidad que se muestra inconsistente con lo que dictaban sus expectativas en sus decisiones de compra 60 o 90 días atrás.
FUENTE: Decisión Ganadera