El cambio climático y los cambios en la nutrición están impactando negativamente en el consumo de carne en Europa
Las implicaciones climáticas, la evolución de los hábitos de consumo y la perspectiva de un Brexit sin acuerdo han derivado, en los últimos años, en una importante desestabilización del mercado de carne de vacuno en Europa
Así lo explicó la Comisión Europea recientemente ante los eurodiputados de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo (Comagri), durante un debate sobre las perspectivas a largo plazo de este sector.
Considerada como un producto sensible, la carne de vacuno también es un elemento central en las negociaciones comerciales que requiere una atención especial. Los eurodiputados se lo recordaron a Bruselas.
El cambio climático y los importantes cambios en la nutrición están impactando negativamente en el consumo de carne de vacuno, según la Comisión. Esta precisó que “en los diez últimos años, el consumo per cápita ha disminuido el 4,5% mientras que el consumo per cápita de carne de ave ha aumentado el 22% en el mismo período”.
Otros factores, como la caída de la libra esterlina y la perspectiva de un Brexit sin acuerdo, agravan la situación y afectan a los precios de mercado. Sin embargo, a corto plazo, el sector del vacuno podría beneficiarse, según Bruselas, de la desestabilización del mercado del porcino debido a la presencia de la peste porcina africana en China. Desde hace unos meses, el sector ha podido acceder a nuevos mercados.
Frente a estos desafíos, tanto coyunturales como estructurales, la Comisión, en colaboración estrecha con los Estados miembros, ha establecido cuatro grandes estrategias para ayudar al sector de carne de vacuno.
Precisó que “los pagos directos han permitido a los Estados miembros destinar 1.700 millones de euros a sus productores de vacuno. El segundo pilar (desarrollo rural) permite fomentar la actividad, la búsqueda de nuevos mercados y las inversiones, favoreciendo las instalaciones por la vía de la creación de organizaciones de productores o incluso teniendo en cuenta el bienestar animal.
Las medidas de apoyo al mercado específicas también han ayudado masivamente al sector bovino, especialmente en Irlanda, donde se han destinado 50 millones de euros a los ganaderos”. Los eurodiputados apuntaron que podrían activarse otras medidas de apoyo financiero por medio de los programas operativos o incluso de los eco-programas.
Un sector sensible que hay que proteger
La carne de vacuno, producto sensible, ha sido con frecuencia objeto de duras discusiones en las negociaciones comerciales. En el caso del acuerdo con los países de Mercosur, que es una de las principales piedras de choque a día de hoy, la Comisión subrayó que “en el contingente de 99.000 toneladas que deben entrar a lo largo de un período transitorio de 5 años habrá una segmentación de forma que el 55% serán carnes sensibles frescas y el 45% carnes congeladas”.
Para responder a las preocupaciones de los eurodiputados, la Comisión añadió que “existe una cláusula de salvaguardia bilateral que puede activarse en caso de aumento significativo de las importaciones o de amenazas serias que desestabilicen el mercado”.
Dado que a los eurodiputados siguen sin convencerles las garantías de la Comisión, quieren que el contingente de importación de carne de vacuno respete escrupulosamente las normas sanitarias y fitosanitarias exigidas por la UE.
Se preguntan también en qué criterios se basa la Comisión para conceder contingentes de importación de carne de vacuno a países terceros. Otros preguntaron incluso por las verdaderas causas de la bajada de los precios.
En estas condiciones, los eurodiputados lamentan el camino que ha tomado la Comisión de fomentar una mayor producción de carne de vacuno y una mayor exportación. Sería más acertado orientarse a una gestión más sostenible y más respetuosa con el medio ambiente y el bienestar animal.
FUENTE: Agropopular