Durante el año próximo, al novillo le costará recuperarse
Es probable que en 2017 se incremente la faena de novillos y que se modere la reducción en la matanza de terneras y vaquillonas.
Una oferta ganadera que está dejando atrás los niveles mínimos de mediados de año, una escasez de ganado que se modera, un consumo interno sin resto, una exportación que no participa, una oferta récord de sustitutos. Todo junto, no puede determinar otra cosa más que una caída de la hacienda en términos reales.
El precio del novillito (350-390 kilos) en Liniers, que cotiza hoy a 29,90 pesos por kilo vivo, registra a moneda constante (pesos de diciembre de 2016) un promedio de 32,50 pesos por kilo en el período 2008-2015. Con un mínimo de 19,50 pesos en noviembre de 2008, en plena liquidación, y un máximo de 43,60 pesos, siempre a plata de hoy, en marzo del 2011, en medio de una vigorosa etapa de retención.
Hoy, con valores nominales que son los mismos que en marzo último, o sea nueve meses atrás, y con una inflación que en el interín fue del 25 por ciento, el precio real del novillo, que hasta hace dos meses se ubicaba un 10 por ciento por encima del promedio histórico (2008-2015), se ubica ocho por ciento por debajo de dicho promedio.
Si bien estamos en el pico estacional de oferta –y de menores precios– a lo largo del año, y que es muy posible que a partir de febrero el mercado se tonifique, es difícil que el precio de la hacienda a lo largo del próximo año se recupere de la caída del 15 por ciento experimentada en los últimos tres meses.
Durante el invierno y principios de la primavera del 2016, una oferta de ganado circunstancialmente muy baja, afectada por las lluvias y el barro, determinó precios reales que, al menos en el corto plazo, parecen difíciles de repetir. Máxime si como todo indica, la oferta de ganado para faena tienda a recuperarse el año próximo.
Números finales
El año 2016 cerraría con una faena de 11,729 millones de cabezas, unas 700 mil menos que el año anterior (5,6 por ciento). Con respecto al perfil de la faena, debe decirse que aumenta la matanza de novillos (2,3 por ciento) y baja la de novillitos (siete por ciento) y terneros machos (siete).
Este cambio es auspicioso, pero aún después de dos años consecutivos de aumento en la faena de novillos, que se ubica en los 2,27 millones de cabezas. Este registro se encuentra todavía 52 por ciento abajo del año 2005, cuando se mataron 4,70 millones de animales.
En aquellos años se radicaron en la Argentina, e invirtieron enormes sumas, frigoríficos brasileños y estadounidenses, algunos de los cuales después se fueron del país o cerraron varias de las plantas adquiridas. Inversiones que se vieron alentadas en su momento por la elevada disponibilidad local de novillos. En cuanto a las hembras, aumentó la faena de vacas (3,2 por ciento), pero cae fuerte la de vaquillonas (15 por ciento) y la de las terneras hembras (15). El año termina con un aumento en la matanza de hembras, con un último dato conocido que da una participación en la faena del 43,5 por ciento en noviembre, bien por arriba de los registros de principios de año (39-41%).
Para 2017 puede esperarse un incremento de la faena total, que se ubicaría en los 12-12,2 millones de cabezas, con una producción de carne que aumentaría entre 100 mil y 150 mil toneladas, el equivalente a 2,5-3,5 kilos por habitante.
Es probable que durante el año que comienza se incremente marginalmente la faena de novillos, y que se modere la reducción en la matanza de terneras y vaquillonas. La recomposición del rodeo continuará, pero probablemente a una tasa inferior.
FUENTE: Ignacio Iriarte - La Voz del Interior