China: Una aspiradora de carne insaciable y difícil de administrar.
La cadena de valor de la carne bovina, durante varios años se vio forzada a sobrevivir produciendo hacienda y carne en un país que por cuestiones ideológicas y/o políticas, expuso al sector a la necesidad de conformarse con su mercado interno.
Consecuentemente con ello, a administrar sus recursos en un contexto donde las sombrías expectativas de un futuro promisorio, muchas veces conllevaron movimientos bruscos de la oferta que depreciaban el valor de determinadas categorías. Todo ello, adicionado a los propios vaivenes de dichas fuerzas del mercado producto de las condiciones climáticas y productivas implícitas en un negocio como el que nos ocupa (secas, inundaciones, etc.).
Ahora, tampoco debería soslayarse qué condiciones actuales, claramente contrarias a las descriptas y con una apertura repentina de la economía argentina, también podría ofrecernos condiciones que en la práctica signifiquen, tanto una oportunidad de integración más eficiente del precio de nuestras carnes, como también un riesgo potencial de que una demanda cuasi insaciable redefina el negocio de la cadena, su producto final y su horizonte de sustentabilidad.
Por ello, hoy nos proponemos analizar el impacto que tuvo la reciente reinserción al mundo que Argentina supo lograr desde el último cambio de gobierno. En lo que respecta al negocio de la carne, no solo existieron decisiones políticas que sacudieron positivamente las expectativas del productor ganadero (ajuste del tipo de cambio, eliminación de retenciones, etc.), sino que también se pudo advertir la aparición de un nuevo jugador en el mapa de posibles destinos de nuestras carnes (China).
Si bien dicho país en el 2016 ya mostró su apetito por las carnes del mundo, en lo que transcurrió del año 2017 se consolidó como principal país de destino para los cortes congelados de nuestra industria exportadora. En total se exportaron a este país 76.951 tn (pp) de carne en el período de enero a octubre, significando un crecimiento de casi 70% anual.
Fuente: Ministerio de Agroindustria.
China absorbió 45,8% del total de carne vacuna exportada desde Argentina en dicho período, y al considerar el crecimiento del volumen total de carne vacuna exportada en los primeros diez meses del año, China explicó el 77%.
Ahora, cuando analizamos la dimensión del volumen demandado por dicho gigante, y siendo la vaca la estrella para tal abasto, resulta comprensible el fenomenal crecimiento relativo del valor de dicha categoría en el mix de hacienda que constituye nuestra faena.
Si bien, pueden existir otros motivos que expliquen dicha evolución relativa del precio, entendemos fundamentalmente relevante la voracidad china y su creciente demanda frente a dicha categoría, que desde hace algo más de un año no hace más que impulsar su precio. Para ello, recurrimos al siguiente cuadro que indica las distintas variaciones anuales de precios desde 2015 a la fecha, así como la jerarquización relativa de la vaca frente a las demás categorías:
Fuentes: Mercado de Liniers y BCRA
Como se puede advertir, en dicho cuadro se muestra que el precio de la vaca en octubre de 2017 resultó un 6,6% superior al que presentó la misma categoría en el mismo mes del año anterior (2016). Asimismo, también se puede apreciar que dicha categoría experimentó una mejora relativa de su precio en relación a cada una de las restantes categorías ofrecidas, siendo incluso la única que incrementó su valor respecto de 2016, año en el que la hacienda en general se valorizó por una importante mejora en el poder de compra de la industria producto del ajuste del tipo de cambio y la eliminación de retenciones concedidos desde la política.
Ahora, para fundamentar, al menos las sospechas de responsabilidades de China en dicho incremento de precio, resulta interesante la información que proporcionan los siguientes cuadros, en relación a las respuestas en la faena de la categoría “vaca” en la oferta agregada que proporciona la faena total.
Como podemos ver, los cuadros precedentes nos muestran como, durante 2015 y 2016, frente a la resurrección de las expectativas del productor ganadero, se verificó una clara retención de vientres, dado que la faena de hembras, aún con una tendencia creciente representaba menos de 41% de la faena total. Ahora, ya durante el 2017, siempre considerando el período enero-octubre, con un fuerte crecimiento ya destacado de las exportaciones de carne a China, la faena de hembras empieza a reflejar un stock que sin ofrecer mejoras significativas de eficiencia y productividad, abandona su fase de retención de vientres para posicionarse en una etapa de estancamiento, con retención casi inexistente.
Concluyendo, aún resultando prematuro afirmar que las exportaciones de carne a China podrían poner en riesgo la sustentabilidad y crecimiento del stock ganadero nacional, sería importante destacar, que dicho destino hoy solo permite exportar carne congelada, y que el gobierno nacional se encuentra negociando la ampliación de dicho protocolo con altas expectativas de habilitar al país para exportar carnes enfriadas en el corto plazo. Esto podría constituírse en la posibilidad de diversificar el tipo de producto enviado a ese mercado, complementando la categoría “vacas” con cortes de alto valor provenientes de “novillos” de calidad. Entendemos que dicho logro podría contribuir con el objeto de integrar de manera más eficiente el precio de nuestro producto estrella (carne), y así evitar que señales de precios como las destacadas reconfiguren un negocio próspero y sustentable de un país que se autoabastece y exporta novillos para convertirlo en el de un vendedor de vacas que entrópicamente se consume.
Así que en estas fiestas cuando brindemos y hagamos chocar nuestras copas que se escuche bien fuerte el ¡ Chin ChinA!!
FUENTE: Decisión Ganadera