Carne: barajar y dar de nuevo
Iniciado el nuevo año y ya transcurridos más de dos meses de la nueva gestión de gobierno, podemos decir que todavía las variables no han encontrado su nuevo equilibrio en el mercado. No obstante, ya aparecen algunas evidencias en relación a posibles escenarios futuros para el negocio ganadero.
Como se observa en el gráfico anterior el mes de Diciembre se caracterizó por la necesidad de algunos operadores de posicionarse en capital hacienda ante la incertidumbre del nuevo nivel del tipo de cambio y el efecto que este podría traer en el costo de reposición futuro.
Una vez consumada la salida del cepo que resultó mucho más ordenada y tranquila de lo que la mayoría de los especialistas esperaban, el mercado se mostró más cauto en la convalidación de precios, ajustando los mismos a un tipo de cambio real bastante por debajo del esperado. En el mes de Diciembre se verificaron precios de terneros superiores a los $40 por kg vivo, claramente un valor sin correlato con el tipo de cambio corriente.
Durante el primer mes del 2016 se observa como las variables de precios comienzan a asentarse. Más allá de que el mes de Enero es un mes históricamente bajista para los precios de hacienda y en el que se efectúan muy pocas operaciones, vemos que a pesar de que la suba del ternero fue muy importante en el mes de Diciembre, este también tuvo una pronunciada baja en el mes de Enero. Similar caso se observa para el novillito con destino a faena, pero para este caso, la baja posterior al pico de Diciembre fue más atenuada, mejorando así un poco la relación de precios a favor del eslabón de engorde.
Ahora, quizá lo más importante (y lo que costaba mucho imaginar que sucediera), sean la competitividad adquirida por la carne Argentina respecto de sus competidores a partir de la baja en las retenciones, y el nuevo nivel del tipo de cambio. Esto se debió a que luego de una devaluación del peso superior al 40% y a la quita de retenciones del 15%, el precio del novillo en pie solo subió entre un 12% y un 15%.
De esta forma, la industria exportadora cuenta con la posibilidad de adquirir un novillo con características de exportación a un precio en dólares muy similar al de un animal de las mismas características en el mercado Uruguayo.
En resumen lo que se vislumbra de aquí en adelante es una gradual y progresiva mayor participación de la industria exportadora en la cadena de la carne a partir de haber recuperado una gran parte de la competitividad perdida. Esto solo podrá mantenerse si se controla la inflación evitando quedar atrapado con el tiempo en un nuevo atraso cambiario.
Respecto de los precios de invernada, el mes de Enero estaría marcando una clara referencia para la zafra que se avecina. Según nuestra información, en 2016 habrá mayor cantidad de terneros logrados respecto del 2015, sacando así un poco de presión sobre los precios de éstos.
No obstante habrá que esperar los datos oficiales del mes de marzo. Más allá de esto, no parecería que el precio del ternero para invernada pueda bajar mucho más que lo registrado durante Enero, y los últimos remate de éste mes estarían dando cuenta de ello.
Quizá la incógnita más importante radica en el interrogante sobre lo que pasará con el precio del gordo que inicia en unos días más un período de suba estacional. Habrá que ver si la demanda doméstica convalida subas adicionales a las ya registradas o se planta en los valores actuales. De esto dependerá en gran parte lo que pueda pasar con el resto de las categorías.
FUENTE: Decisión Ganadera