Carne al exterior
Aun cuando el tipo de cambio le significó una mejoría de al menos el 90% para la carne, por ahora la exportación continúa sin arrancar, ya que no se aprecian cambios de cierta significación en los volúmenes embarcados, ni tampoco en la faena de las plantas que incursionan en las ventas al exterior.
Un dato es elocuente en ese sentido: en el pasado mes de enero se embarcaron sólo 19.000 toneladas, y además, con la correspondiente aclaración que una buena parte de tal cantidad se trata de ventas retenidas las semanas anteriores, cuando se estaba al aguardo de la devaluación y también a la quita de retenciones para obtener mejores condiciones económicas.
Es decir, como forma de síntesis, mejoró el precio y también las condiciones de exportación con el mejor tipo de cambio y la eliminación de derechos de exportación, pero así y todo la venta cárnica al exterior no se pone en marcha en la medida de los esperado.
En el período de cuatro meses entre noviembre del año pasado y el reciente febrero, la faena experimentó una caída de 5% respecto a igual lapso anterior entre estas mismas fechas, y además se conoció también que el consumo por persona oscila actualmente entre 55/56 kilogramos anuales, habiendo experimentado una baja entre 5 y 6 kilos, encontrándose como justificativo el alza que registraron los precios en la venta al público, incluso muy por encima de los índices inflacionarios.
Dentro de toda esta perspectiva y aún con los cambios experimentados, la transferencia de recursos al productor ganadero no ha sido todo lo que se esperaba, ya que con la devaluación que para el sector significó un 90%, más el 26% de suba de los precios en Liniers, no repercutieron de tal manera en la punta inicial de esta cadena: los productores.
Aunque, de todos modos, la devaluación tuvo cierto impacto en la exportación, posibilitando emerger en parte de la complicadísima situación en que se encontraba, aunque el beneficio alcanza sólo al 7% de la producción que es la que se vende al exterior, pues el 93% restante queda para el mercado interno.
Como se advierte, las ventas cárnicas al exterior pese haber tenido una apoyatura con la mejoría del tipo de cambio, se mantiene en niveles mínimos, aunque ahora existe una mirada optimista en el corto plazo, confiándose en que se conseguirá mejorar sustancialmente las ventas al exterior, iniciando una carrera hacia la recuperación de mercados, que no muchos años atrás eran casi exclusivos de la Argentina y ahora fueron copados por los demás países exportadores de carne, entre los que se incluyen nuestros vecinos Uruguay y Paraguay, ni que hablar de Brasil que es líder mundial en la materia.
Las perspectivas de este 2016 para la carne estaban sostenidas en tres factores, uno de ellos la restricción de la oferta, otro la caída del consumo, y tercero el arranque de la exportación, habiéndose cumplido los dos primeros y quedando sólo en posición expectante el tercero. Una de las razones de este retraso, es que existen muchos cortes que en el consumo interno se siguen pagando mejor que en el exterior, a pesar de la mejoría del tipo de cambio.
Lo que ahora se trata de recomponer es el devastador efecto que tuvo la política implementada por la administración kirchnerista en los últimos 12 años, que llevaron a la destrucción del stock ganadero en unos 13 millones de cabezas, pasando la Argentina el puesto número 11 entre los países exportadores, después de haber ocupado los primeros lugares históricamente.
Hoy se disputan el liderazgo la India y Brasil, apareciendo muy cerca Australia y Estados Unidos, luego Nueva Zelanda, Paraguay, Uruguay, Canadá, la Unión Europea y México, anteponiéndose todos ellos a nuestro país, que en todos esos años se dedicó a "defender la mesa de los argentinos", un eslogan que profundizó la crisis ganadera, al igual que se muchos otros sectores.
La Argentina llegó a tener en 2004 una participación del 9,2% en el comercio mundial de carne bovina, iniciando entonces una caída que no supo de interrupciones, aunque ahora tibiamente aparece en el horizonte una posibilidad de recuperación, a la cual por ahora todavía le hacen falta una más decidida participación y respaldo oficial.
FUENTE: Diario La Opinión