Brasil dejará de vacunar contra fiebre aftosa en un plan por etapas
Dentro de cuatro años Uruguay tendrá una frontera seca con Brasil en una zona que es la última etapa de su plan gradual para dejar de vacunar contra la fiebre aftosa y que abarcará al estado de Río Grande del Sur.
Esta situación obligará a Uruguay a empezar a trabajar en un plan muy riguroso de alta vigilancia y en coordinación en este caso con Brasil, admitió hoy a El Observador el director general de los Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Eduardo Barre.
Brasil planteó oficialmente en la 44ª Reunión de la Comisión Sudamericana de Lucha contra la Fiebre Aftosa (Cosalfa), que tuvo lugar el pasado jueves y viernes en Goiás (Brasil), que habrá de dejar de vacunar contra esta enfermedad en forma progresiva, de acuerdo al programa del del Plan Hemisférico para la Erradicación de la Fiebre Aftosa (Phefa) 2011-2020.
En una primera etapa Brasil dejará de vacunar contra fiebre aftosa en 2019 en frontera con Bolivia.
Por lo tanto, en una primera etapa Brasil dejará de vacunar en el 2019 en la frontera con Bolivia, en una segunda etapa en 2020 será en la frontera con Venezuela y noreste de Brasil y, finalmente, en 2021 se incluirá en plan a los estados del centro y Río Grande del Sur.
Los servicios técnicos del MGAP trabajan con la guía del Phefa que establece que, en la medida que se cumplan las diferentes etapas a nivel de la región hemisférica, se puede llegar a analizar el planteo de dejar de vacunar contra la enfermedad. “Esa es una visión técnica”, explicó Barre.
En la consideración de este tema hay que recordar que existen tres fases que son la técnica, la política y la comercial. Precisamente, desde el punto de vista político, hay que recordar que en abril de 2016 en similar reunión de la Cosalfa, el titular del MGAP, Tabaré Aguerre, había afirmado que Uruguay no dejará de vacunar mientras dure su gestión.
Visión comercial
La visión comercial involucra a los sectores privados, donde si bien entienden que hoy Uruguay no debe dejar de vacunar, el país debe seguir trabajando en la línea del Phefa para analizar esa posibilidad, como lo destacó oportunamente a El Observador el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Pablo Zerbino.
Barre explicó que la expectativa de Uruguay está basada en que el país tiene una buena cobertura con vacunación, lleva a cabo tareas de vigilancia y muestreos serológicos de circulación del virus, lo que significa un buen contexto desde el punto de vista técnico sanitario. Por lo tanto, los servicios sanitarios uruguayos habrán de seguir monitoreando lo que ocurre en Brasil, de acuerdo a su programa planteado.
Desde el punto de vista de los mercados, Uruguay está muy bien posicionado con su estatus de vacunación contra la fiebre aftosa y habrá que analizar en un futuro -sin anunciar fechas- si el país entra o no al área de no vacunación para conquistar otros mercados agregados de más valor, explicó Barre.
Contexto de mercados
El director de Servicios Ganaderos explicó que si se mira a Uruguay en el contexto internacional la cantidad de mercados que tiene abiertos aún con vacunación es importante, y está muy próxima la apertura de Japón, que es un país de alta exigencia sanitaria y que no vacuna contra la fiebre aftosa.
Es un tema que hay que analizarlo, monitorear la zona y en el futuro analizar qué decisión “tomamos entre todos”, afirmó el funcionario del MGAP.
Barre afirmó que para analizar la posibilidad de dejar de vacunar Uruguay tendrá que ver el contexto sanitario no solo de Brasil, Argentina y Paraguay, sino de toda América. Hay que ver qué acontece con otros países, como Bolivia y Venezuela, para analizar “cómo nos marca a nosotros el camino y tomar las decisiones correctas”.
Barre explicó que si se llegara a ese momento será necesario aplicar mecanismos de alta vigilancia, no solo por los tipos de virus que hay en América, sino también por virus exógenos a la región. Hoy con el tránsito de personas y de transporte es muy difícil poder controlar la cantidad de ingresos a Uruguay, lo que obligará a desarrollar una alta vigilancia en esos aspectos.
FUENTE: El Observador