Argentina empieza a aplicar estándares de bienestar animal en su ganadería
De forma creciente la Argentina comienza a incorporar protocolos de buenas prácticas de manejo con su ganadería. Conocida como bienestar animal (BA), responde a una exigencia de los nuevos consumidores que piden un trato más humano que va desde la producción hasta la industria. Su aplicación permite obtener un producto de alta calidad hoy demandado por los mercados externos.
El BA no es más que el establecimiento de normas para controlar el maltrato de los animales. Un concepto cultural que hoy empieza a ser desterrado para dar paso a una corriente más humana.
Si bien los ganaderos con mayor tecnología fueron los primeros en aplicarla en el país, hoy se puede decir que crece el interés no sólo por saber de qué se trata sino de incorporarlo.
Para el consultor y autor del libro “El buen trato del ganado”, Marcos Giménez Zapiola, hay una idea general de que el BA es un sistema “costoso” cuando en realidad “lo que cuesta es el maltrato y sufrimiento de los animales”.
Se trata ni más ni menos que reconvertir el trabajo que se hace con el ganado al erradicar el concepto de trabajar contra el ganado a trabajar con el ganado.
El cambio de paradigma es muy amplio. Este va desde el campo hasta la llegada del animal a la industria.
Si bien se trata de una exigencia necesaria para ingresar a los mercados europeos como parte de la cuota Hilton. A la larga podrá ser un pedido más amplio para que el país exportador tenga gran parte de su ganadería bajo el paraguas del BA.
Dentro de la cadena, el frigorífico Mattievich es un ejemplo de las buenas prácticas en el proceso industrial. Para su director ejecutivo, Jorge Torelli, “lo que buscamos es obtener carne de mejor calidad y para eso aplicamos todos los conceptos del BA que nos aseguran un buen producto final”.
Los lineamientos pasan pura y esencialmente por el aprovechamiento del comportamiento natural del propio animal. La Unión Europea es el líder en esta tendencia que lanzó diez años atrás y que hoy está en la tercera regulación en cuanto a condiciones de transporte y de procesamiento no sólo en carne vacuna sino también en aviar, porcina, ovina, entre otros.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) también publicó una serie de recomendaciones y directrices, reafirmando a la sanidad animal como un componente clave del bienestar animal.
Supermercados, restaurants, casas de comidas rápidas, ya incorporan el concepto de BA como parte de la responsabilidad social empresaria y lo exigen con estrictos controles y auditorias periódicas a sus proveedores.
La carne argentina ya es conocida en el mundo por su terneza. Hoy tiene la posibilidad de ampliar ese conocimiento con el buen trato de sus animales. Que servirá no sólo para mantener mercados sino de estar preparado para cuando la exigencia sea mayor.
Un concepto que lleva a la buena calidad
La correcta aplicación de los conceptos del bienestar animal garantizan un producto de alta calidad que significa una mayor rentabilidad para la cadena.
Por el contrario el maltrato no sólo es visible sino también invisible. En el primer caso pasa porque los golpes ocasionados en el animal ya sea en el transporte del mismo o caídas, es claramente observable en los hematomas que tiene el ganado al llegar al frigorífico.
Mientras que las invisibles son nada más y menos que las bioquímicas. Esto pasa cuando un animal es sometido a una situación estresante el cual dificulta la transformación de la carne que en vez de ser suave se muestra como dura y oscura frente a los ojos del consumidor al ser exhibido en las góndolas. Lo que genera no sólo que se opte por otros productos perjudicando a toda la cadena comercial.
Para esto es necesario identificar el problema llevando a buen manejo del ganado que como se dijo, permite tener una alta calidad en un mercado donde hay muchos competidores.
FUENTE: Diario BAE