Afirman que se detuvo la retención de vientres por falta de incentivos económicos y desastres climáticos
En enero del corriente año se faenaron en el país 1,068 millones de cabezas: 11% mayor a la registrada en el mismo mes del año pasado.
El proceso de retención de vientres, por falta de incentivos económicos y urgencias financieras generadas por desastres climáticos ocurridos en diversas zonas pecuarias, quedó interrumpido en la Argentina.
La retención de hembras es necesaria para recomponer la mega liquidación del stock bovino registrada durante la mayor parte del régimen kirchnerista.
En enero de 2017 se faenaron a nivel nacional 1,068 millones de cabezas bovinas, una cifra 11% mayor a la registrada en el mismo mes del año pasado.
El dato implica que el 71% de ese crecimiento se sostuvo gracias a una mayor faena de hembras: en términos absolutos se sacrificaron 75.122 vientres más que en enero de 2016, según un informe del sitio Valor Soja.
"En lo que respecta a la participación de hembras en la faena total, en el primer mes del año fue de 43,0%, guarismo que estaría señalando la interrupción del proceso de recomposición de existencias (registrado en 2015 y 2016)", indicó el último informe mensual publicado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra).
Mientras que en la última subasta de Rosgan, el primer remate televisado ganadero de la Argentina, realizado en este febrero, el valor promedio negociado de la categoría vacas con garantía de preñez fue de 10.230 pesos, una cifra prácticamente equivalente al promedio de $ 10.104 registrado en el mismo mes de 2016.
"El planchazo de precios de las categorías con destino a invernada se encuentra en línea con la realidad de los valores del novillo gordo", indicó Valor Soja.
Gracias al crecimiento de la faena, la producción de carne vacuna a nivel nacional fue, en enero pasado, de 242.000 toneladas de res con hueso (10% más que en el mismo mes de 2016).
"El mercado interno habría absorbido 9,5% más carne que un año atrás. De esta forma, el consumo interno habría representado 91,95% de la producción total", sostuvo Ciccra.
“El consumo por habitante de carne vacuna habría sido equivalente a 61,8 kilos anuales en el primer mes del año, lo que habría arrojado una suba de 8,5% interanual", añadió.
El crecimiento de la oferta interna de carne --ante un sector exportador que aún no termina de arrancar-- se reflejó en el primer mes del año en una caída del precio minorista de los cortes bovinos más populares".
En enero pasado, de acuerdo con los últimos datos publicados por el Indec, el precio del asado, la paleta y el cuadril en la ciudad de Buenos Aires descendieron 0,7%, 0,8% y 0,4% respectivamente.
FUENTE: La Nueva