Certifican producción ganadera con huella de carbono neutra
En Federal, Entre Ríos, Paolo Fontana incrementó la productividad natural de este recurso incorporando nuevas especies, pastoreo racional y trazabilidad en los animales; logró la certificación internacional de huella de carbono neutral
“En los primeros años de la empresa, el monte se consideraba como algo inconveniente, una parte del campo donde no se podían desarrollar cultivos agrícolas. Ahora lo vemos como una oportunidad para la empresa, porque secuestra carbono y aumenta la materia orgánica del suelo, mientras mantiene el rodeo de cría en producción”, distingue Paolo.
De manera sintética, la huella de carbono ganadera es el balance entre las emisiones de dióxido de carbono por fermentación entérica de los rumiantes, quemado de combustibles por maquinaria y rodados, etc. y el secuestro de carbono, que tiene como actores principales a las pasturas y a los árboles. Una condición de huella de carbono neutral significa que el sistema productivo -desde el campo hasta la góndola- secuestra la misma cantidad de carbono que emite.
Llegados a esta situación teórica, la cuestión era como valorizar el producto “carne” generado en esas condiciones.
“Los países de Europa le están dando gran trascendencia a la producción sustentable y a la trazabilidad de los animales, por lo que pondrán aranceles de importación a alimentos que no tengan certificación ambiental a partir de 2025. Es decir, los ganaderos argentinos deberemos ofrecer carne certificada y en San Esteban empezamos a considerar esa exigencia, de la que hasta ahora se habla mucho pero se hace poco”, adelanta Fontana.
“Estudiamos mucho el tema, en el entendimiento que el monte secuestra mucho carbono y es beneficioso en términos ambientales. Con la ayuda de expertos, comenzamos a hacer los cálculos de emisiones y secuestro de gases, apoyados en el ingeniero Rodolfo Bongiovanni del INTA y en gente del INTI. Los frigoríficos estaban en el mismo camino, porque van a tener que ofrecer productos con datos para poder exportar desde 2025″, apunta el productor.
“Los primeros cálculos nos indicaron que se podía ofrecer carne con huella de carbono neutra, pero había que demostrarlo. Para ese objetivo usamos una herramienta: la certificación según normas EPD (Declaración Ambiental de Producto), que tiene un protocolo bien definido, que evalúa no solo la empresa ganadera sino los proveedores aguas arriba y aguas abajo”, enumera.
“Hicimos los cálculos con los técnicos, que recorrieron todo el campo para relevar el proceso agronómico y otros datos que exige la certificadora, como el consumo de combustibles fósiles por la maquinaria agrícola, camionetas, etc., además de presentar muchos otros requisitos, como los comprobantes de ingresos y egresos de la empresa”, recuerda.
Eso llevó dos años, acompañados por un equipo motivado, con personal calificado y con muy buena remuneración.
Al cabo de ese período, la certificadora indicó que un kilo de carne producido en San Esteban secuestra más carbono del que produce. Los frigoríficos compradores pueden decir que la carne producida en San Esteban es carbono neutral y demostrarlo, algo que les permite hacer muy buenos negocios, al ser bien aceptada y recibir un plus de precios.
Además, la carne de San Esteban que se vende en góndola tiene un chip que permite conocer toda la vida del animal. “Durante muchos años, el frigorífico compraba buscando las oportunidades del mercado; con el nuevo contexto, deberá comprarme a mi -o a otros que hayan demostrado lo mismo que yo- si quieren exportar a Europa sin aranceles en los próximos años” diferencia Fontana.
En síntesis: San Esteban es la primera empresa que certifica su producción ganadera con huella de carbono neutra y ofrece un producto de gran calidad, con trazabilidad desde el campo hasta la mesa del consumidor. Puede demostrar el debido cuidado de los suelos y del entorno natural, en un marco de bienestar animal. Así, desarrolla una economía circular incorporando una nueva cultura en la empresa y en la comunidad cercana. Destaca que la Argentina “tiene un potencial enorme de producción de carne trazable y sustentable a precios bajos, con inversiones bien hechas”.
Qué son los bonos de carbono
La producción de carne con sistemas sustentables tiene un vínculo muy fuerte con el mercado de bonos de carbono. Un bono de estas características cotiza de 20 a 30 dólares por tonelada de carbono secuestrada.
Estos bonos tienen dos tipos de mercado:
- Legalizado. En él grandes empresas compran bonos de carbono por obligación, al tener que contrarrestar las emisiones que producen. Si no lo hicieran deberían pagar a los gobiernos. La mayoría de las empresas industriales -las que producen papel, vidrio, etc.- tiene un consumo energético alto y obligación de comprar bonos de carbono.
- Informal. También se pactan convenios privados -que no tienen una regla definida- entre empresas que emiten carbono al ambiente y otras que lo secuestran, por ejemplo, emprendimientos forestales, para equilibrar el balance.
FUENTE: La Nación