Análisis de nuevas tendencias en el proceso de compra de carne
La percepción que el consumidor tiene sobre un producto es el impulsor principal de la compra
La carne y los derivados cárnicos están también sujetos a esta conducta, por eso, investigadores del IRTA (Instituto pionero en investigación agroalimentaria en Cataluña), han estudiado los factores más destacados que condicionan el comportamiento de los consumidores en un estudio publicado en Meat Science. El objetivo del estudio es entender cómo se generan las expectativas de consumo y cuáles son los factores que la industria tiene que considerar para satisfacerlas.
Factores Psicológicos - Determinados por los conocimientos y actitudes que el consumidor crea a partir de experiencias propias y de la cultura donde se encuentra.
Aspectos Éticos - El bienestar de los animales o seguridad alimentaria (crisis de las vacas locas, fiebre porcina, salmonella) son factores que pueden promover o desestimar la compra de determinados tipos de carne. Con esta información, la industria puede interceder en la percepción subjetiva de un producto a partir de estrategias de comunicación que permitan crear un estado de opinión favorable al consumo de proteína animal.
Factores sensoriales - Aspectos visuales como el color o la cantidad de grasa intramuscular, la textura o el gusto, son cualidades que se aceptan de distinta forma según los hábitos de consumo de cada zona o cultura. Como ejemplo, los autores mencionan varios estudios que demuestran que, según el país, los consumidores prefieren la ternera de color rojo, morado o marrón. El color de la carne, así como otras propiedades sensoriales, pueden variar según factores de producción tales como la alimentación, las condiciones del animal antes del sacrificio o el almacenaje y la conservación. La industria tiene que conocer las preferencias de cada mercado para garantizar una producción dirigida a los gustos predominantes.
Etiquetas y certificaciones - Son elementos de información importante que el consumidor tiene en cuenta para elegir un producto. Un sello que garantice el origen local de la carne suele asociarse a un producto más fresco, y en consecuencia, de mejor calidad. Otras especificaciones como los certificados halal o de producción ecológica otorgan al producto valores por los cuales el consumidor prioriza su elección. Así pues, el proceso de decisión de la compra de carne va más allá de la calidad del producto. La industria tiene que conocer los factores de decisión para crear estrategias que favorezcan actitudes positivas de los consumidores, que aporten interés al producto desde puntos de vista tan distintos como el valor nutricional, la salud o el medio ambiente.
FUENTE: IRTA - España