Uruguay: buenas perspectivas para la carne vacuna
En un marco en baja para los precios de la amplia mayoría de las materias primas, la carne vacuna ha sido de los alimentos menos afectados y las expectativas son buenas en el mediano plazo, aunque —como siempre— pueden surgir amenazas. Es que más allá de las condiciones generales que golpean en el mismo sentido a todos los bienes primarios, cada uno de ellos tiene sus propias realidades de oferta y demanda, y en el caso de la carne vacuna sale favorecida por una oferta relativamente exigua y una demanda que, fundamentalmente desde el Oriente, se mantiene firme.
En los primeros siete meses del año, los tres principales exportadores mundiales de carne vacuna (Mercosur, Australia y Estados Unidos) redujeron 3,8 % sus ventas, unas 86 mil toneladas menos. El descenso de Mercosur (-9% debido a la fuerte contracción de Brasil) y Estados Unidos (-10 %) es solo parcialmente contrarrestado por Australia, quien elevó 8% sus colocaciones.
EXPECTATIVAS
Las expectativas lucen promisorias. No habrá un aumento de los volúmenes desde el continente americano, a la vez que en Australia hay claras señales de desaceleración del saldo exportable.
Allí los precios de la hacienda se dispararon a partir del segundo trimestre del año, la faena comenzó a mostrar señales de retracción y todos coinciden en que la producción de carne vacuna en plantas frigoríficas australianas comenzará un fuerte descenso a partir de los últimos meses del año en curso. Es más, Meat & Livestock Australia proyecta que la faena descenderá a 6,9 millones en 2017, de los 9 millones de este año, como consecuencia de una caída del stock —sequía mediante— a los niveles más bajos en 20 años.
AMENAZAS
La principal amenaza en la actualidad es Brasil. La devaluación de su moneda reduce los precios de compra de la materia prima expresados en dólares, mejorando la competitividad de los exportadores. El precio del novillo en los principales estados exportadores del país se hundió a US$ 2,20-2,30 el kilo carcasa.
El asunto es que los productores brasileños están reteniendo vientres, dado que el negocio para ellos continúa siendo muy atractivo, con la consecuente reducción de la faena, de la producción de carne y de las exportaciones.
En los primeros nueve meses del año Brasil exportó 767 mil toneladas de carne vacuna fresca, 16% menos que las 916 mil toneladas del mismo período de 2014.
DEMANDA
Por el lado de la demanda, la situación luce promisoria desde dos jugadores claves para Uruguay, como China y Estados Unidos, sus dos principales destinos en volumen.
La situación de China es más estructural. Millones de habitantes anualmente se trasladan a las ciudades, mejoran su poder adquisitivo y pasan a incluir en su dieta productos cárnicos. Es que para las carnes es imprescindible contar con una cadena de frío que mantenga la calidad del producto y eso no es fácil en ámbitos rurales. Y quien comienza a consumir carne vacuna, difícilmente la deje de lado.
Estados Unidos se estaba proveyendo de abultados volúmenes de carne australiana, pero esa oferta comenzará a mermar, con una producción local que es claramente deficitaria fundamentalmente en el caso de la carne de vaca, que es la que compite directamente con el producto importado. Por el contrario, en el caso de los animales de feedlots los precios estadounidenses bajaron fuerte en los dos últimos meses.
CONFIANZA
De no mediar cambios muy drásticos en el contexto internacional —que siempre los puede haber— las expectativas son que la carne vacuna siga siendo un producto que se sostenga relativamente bien en el contexto general de las materias primas.
FUENTE: El País