Inundaciones: fuerte impacto del agua en la ganadería
El exceso de lluvias afectó primero el encierre de animales y por eso la oferta de gordo es discontinua y escalonada. También complica a la producción de cría. Hay mortandad de terneros y se teme por el resultado de la preñez y por la oferta de la próxima zafra.
El agua está generando pérdidas económicas importantes y consecuencias todavía difíciles de medir, ya que condiciona la cría, el engorde y la futura siembra de la campaña gruesa.
En lo que hace al engorde, las lluvias están causando fuertes pérdidas económicas. En muchas regiones la afectación es mayor que la del año pasado, y además hay que tener en cuenta que la mayoría de los corrales de terminación se encuentran en la provincia de Buenos Aires, una zona muy castigada por las precipitaciones.
El agua está generando problemas de logística en los campos que están más alejados de las rutas, tanto en el ingreso como en la salida de la hacienda; y también complica todo lo que tiene que ver con el abastecimiento al sistema del alimento y otros insumos.
En cuanto a los productivo, lo que nos informan diferentes feedloteros es que tienen fuertes mermas en la conversión del alimento. En muchos casos, en vez de lograr ganancias de 1 a 1,2 kilo diarios, se obtienen apenas 700/800 gramos. También hay problemas con las enfermedades respiratorias y mucha mortandad de terneros, en un número por encima de lo habitual. Todo eso repercute en el costo por kilo producido.
El atraso en el engorde está llevando a una salida de hacienda de los corrales de forma escalonada, lo que evita mayores bajas en los precios, algo similar a lo que sucedió el año pasado. Además, se da la combinación de ese fenómeno con la mayor inclusión de la recría en algunos sistemas, lo que también demora la terminación del ganado.
Hay feedloteros que apuntan a producir un novillito más pesado para el consumo o también novillos para la exportación, porque la relación maíz-carne es favorable y lo fue todo este año. Y además porque los precios de esas categorías son similares.
La oferta de gordo, de todos modos, no es baja. Si bien el abastecimiento no es regular la recurrencia de lluvias afirma el interés de una demanda que no opera con stock en cámara para más de 2 ó 3 días y entonces en la urgencia debe salir a pagar más.
En ese contexto es poco probable que los precios bajen. Pero todo puede cambiar con el paso de las semanas si el clima sigue haciendo de las suyas, porque entonces comenzará a crecer la disponibilidad de ganado y eso podría significar alguna caída en las cotizaciones. Habrá que ver cómo se conjugan otras variables como la capacidad de compra del mercado interno y la oferta de las demás carnes, pero todo hace prever que asistiremos a un mercado signado por la tranquilidad. El cambio en la tendencia se daría recién desde mediados de enero cuando nos encontremos con el bache habitual en la oferta de ganado para faena.
En cuanto a la cría, la situación es por demás preocupante y hay alerta por lo que está pasando con las pariciones y los servicios, que en gran parte de la zona criadora pampeana comienzan en octubre.
Fernando Storni, gerente de la Cámara de Feedlot, se refirió al impacto que podría tener el clima sobre el destete próximo: “Hasta el año pasado las zonas que no estaban complicadas en extremo por el agua tuvieron excelentes resultados de preñez y de cría de los terneros, que son los que hoy están en los corrales. No creo que eso se repita este año. Hay una gran zona productora que está hoy muy complicada. Creo que podremos tener, por un lado, una salida de terneros más apurada y de menor calidad y/o con menos kilos que en la zafra anterior, pero eso estará muy marcado por lo que pase de acá en adelante. Sí sabemos que ya hay pérdidas de vacas preñadas, por lo que probablemente el incremento esperado en la cantidad de terneros no sea el que se preveía”.
En definitiva, lo que los engordadores, consignatarios y analistas esperan es que en la zafra que viene el mercado se afirme debido a que a la menor oferta probable se sumaría una mayor firmeza del sector exportador, que alentaría la demanda de machos.
En Buenos Aires se encuentra la mayor parte de los rodeos de cría, que en su mayoría sufren diferentes niveles de afectación por el mal clima. La parición comenzó en medio del agua y el estado corporal de las vacas no es bueno, además tiende a desmejorar a medida que pasan las semanas y las lluvias siguen cayendo con fuerza.
Hay mortandad de terneros y de vacas, pero el problema es que este año el agua está complicando los nacimientos y también los servicios, y no parece que la crisis pueda superarse en poco tiempo, aún si se cortaran las lluvias.
Las vacas no tienen piso, no tienen donde dormir ni donde parir. El ternero nace en el agua, muchas veces se ahoga temprano o sobrevive poco tiempo. Las zonas altas recibieron tanta hacienda que están sobre pastoreadas y cuando se juntan algunos días sin lluvia no crece el pasto porque se transformó en un barrial.
El escenario pone en juego la oferta de terneros de la zafra que viene. Algunos analistas estiman pérdidas de 250/300 mil cabezas, que serían compensadas por la mejor preñez que hubo este año.
Consignatarios de la Cuenca del Salado dan cuenta de diferentes niveles de afectación de la cría. Jorge Hourcade, de la firma Hourcade Albello, dijo que en esa región, una de los que más terneros aporta a la zafra, se espera una mortandad del 5% de los animales y que es muy probable que se vean afectados los servicios de primavera. “Todo dependerá de cómo evolucione el clima, si en primavera merman las lluvias y aumentan las temperaturas tendremos buena producción de pasto y eso ayudaría a revertir el mal pronóstico actual”.
Ese panorama se repite en diferentes zonas de la región criadora más importante del país aunque claramente hay algunas donde al agua les llegó al cuello y está barriendo con todo, como es el caso de Bolívar o tantos otros municipios donde además el último fin de semana llovieron más de 100 milímetros.
Al ser tan grande la zona afectada por el agua se complicó todavía más la venta de reproductores. Los criadores no tienen campo, no hay piso para contener a las vacas, mucho menos posibilidades de sumar más vientres a los rodeos.
FUENTE: El Diario de la República