Confirman otro contenedor de carne uruguaya rechazado en EEUU por etión
El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Tabaré Aguerre, confirmó ayer que fue rechazado en EEUU un nuevo contenedor de carne vacuna con trazas de etión, plaguicida que se usa contra la garrapata y la mosca.
El jerarca aseguró que el Frigorífico Tacuarembó –que lo envió– no será sancionado y agregó que no se pone en riesgo el mercado estadounidense.
El ministro informó sobre este tema al ser consultado en conferencia de prensa sobre esta situación que había surgido con la detección de cinco contenedores de carne enviados por Frigorífico PUL (ver El Observador del 5 de marzo pasado). El 18 de marzo pasado, el programa Agronegocios Sarandí, de radio Sarandí, informó de otro contenedor, aunque no divulgó el nombre del frigorífico.
Aguerre relativizó la situación al señalar que la presencia del plaguicida es definido como una traza porque es inmedible y que EEUU no lo acepta porque no lo tiene vigente en el listado de productos habilitados. Enfatizó que el problema ocurrió en seis contendores, de un total de 1.400 que Uruguay exporta al año a ese destino.
Por otra parte, el director general de los Servicios Ganaderos, Francisco Muzio, destacó que el etión había sido cuestionado en EEUU como elemento de incidencia en el ambiente y de riesgo para los operadores que manipulan el agroquímico, pero remarcó que no afecta el consumo de carnes.
El ministro Tabaré Aguerre dijo que se investigan las causas por las que aparecieron trazas de etión en seis contenedores a EEUU.
Aguerre sostuvo que una investigación identificó a los productores que enviaron esos animales y los días de faena en los frigoríficos involucrados, y agregó que se investigan las causas aunque adelantó que se presume que el etión fue utilizado como mosquicida y no como garrapaticida.
Las autoridades del MGAP destacaron también que la presencia en el país de una misión de EEUU ya estaba planificada y tiene carácter general para el sector cárnico, aunque servirá para mostrarle cómo trabaja Uruguay en inocuidad alimentaria.
FUENTE: El Observador