“Cuando se prohibió la exportación de carne y el precio se cuadruplicó”
Miguel Schiariti, presidente Ciccra, habla de la preocupación de la cámara que agrupa a los productores por las últimas medidas del Gobierno que complican los envíos al exterior
Desde la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), advierten que “queremos alertar a la industria, a los productores ganaderos y a los funcionarios nacionales, que las medidas implementadas por medio de la Res Nº 60, complementada el martes último por la Res Nº 3, nos vuelven a llevar al achicamiento primero, y a la destrucción después, de la ganadería de nuestro país”.
La cámara hace referencia a que “la profundización de los ROE (hoy disfrazados de DJEC) en 2008, entre otras medidas, nos llevó a la pérdida de 12,3 millones de cabezas de ganado vacuno y, luego de un corto período, al aumento del precio de la carne en el mercado interno que pasó de 3 $/Kg a 12 $/kg”.
En el duro comunicado, quienes se agrupan en la cámara dicen que “las medidas tomadas, copiadas de las implementadas por la dupla Guillermo Moreno-Cristina Kirchner en 2008, atacan directamente a la producción ganadera, en una nueva embestida de este Poder Ejecutivo contra el sector agropecuario, quién, es muy posible, reedite la épica del mayor movimiento del sector en defensa de los intereses de los productores”. La implementación de las medidas “generará una caída de las exportaciones, con pérdidas de 500 millones de dólares sólo en el presente año y un proceso de retroceso de nuestra producción de carne vacuna, con pérdida de riqueza, empleo y arraigo en el interior de nuestro país”.
Por otro lado, hacen referencia a que en 2015 se exportaban 7% de las 2,7 millones de toneladas producidas, por un valor de 870 millones de dólares. En tanto, en 2019 (último año sin pandemia) se exportó el 27% de 3,1 millones de toneladas, por un valor de 3.100 millones de dólares, por lo que “se afectarán no sólo a los productores, sino también a la industria, a los consumidores y a toda la sociedad”, aseguran.
El presidente de la cámara de la carne, Miguel Shiariti, da más definiciones en diálogo con La Nacion.
–¿Cómo se gestó este comunicado?
–Hubo una reunión del consejo en la cámara, y allí se refleja lo que se decidió.
–¿Por qué el Gobierno responsabiliza al sector de la carne del aumento de precios y de parte de la inflación?
– El Gobierno no encuentra soluciones y lo que hace es buscar responsables. Es más fácil decir que los responsables de la inflación son los productores ganaderos. Tienen un encono muy fuerte con la producción y con los productores de carne, con quienes tienen un problema ideológico. Creen que estamos en la época de las 10 familias porteñas ganaderas.
–¿A qué se debe el aumento del precio de la carne?
–Se debe básicamente a dos elementos de la macroeconomía: uno es el aumento del dinero circulante (la emisión monetaria), que en un año y medio creció el 180 por ciento. Esto llevó a que un ternero, que en marzo del año pasado valía $100, hoy valga $220. El otro de los motivos es que la sequía en América del Sur, y ahora el exceso de frío en Estados Unidos, hacen que los cereales sigan aumentando. Por ejemplo, el kilo de maíz costaba $8 en marzo del año pasado, y hoy cuesta entre $20 y $22, por lo tanto el engorde a corral dejó de ser negocio. El corral dejó de encerrar animales, porque se perdía plata y la oferta disminuyó.
–¿Qué consecuencias tuvo esta situación?
– Allá por octubre o noviembre, cuando salieron los animales que ya estaban en el corral, empezó a faltar hacienda de consumo, por eso los precios escalaron de manera tan significativa, sobre todo en noviembre y diciembre, en los que aumentó un 30%. En enero todavía siguió aumentando porque siguen faltando animales de consumo.
– ¿Por qué subió la carne más que la inflación?
– La carne habitualmente aumenta, pero después se queda un año, o año y medio con los mismos valores. El precio de la carne estaba atrasado, pero después la falta de oferta hizo que trepara mucho. Desde diciembre, los precios no se movieron de manera significativa. En tres meses aumentó un 5 o 7% cuando la inflación fue del 12 o 13%.
– La respuesta sería incentivar a que haya más producción, no menos
– Esa debería ser una respuesta racional de mediano plazo. Pero el problema es que hay elecciones dentro de pocos meses, y están apurados. En el primer bimestre de este año se faenó un 10,5% menos para consumo. Esto es lo que justifica el aumento del precio de la carne. Además, en el primer trimestre de 2020 se consumieron 189.000 toneladas de carne, mientras que este año fueron 175.000 toneladas. Así se explica el aumento de precios, a pesar de que cayó el poder adquisitivo en los últimos 3 años un 36%. Los salarios están atrasados con respecto a la inflación.
–¿Cómo están los precios internacionales de la carne?
–Están volátiles. El cierre de los restaurantes en Alemania, el lugar donde básicamente se consume nuestra carne, hace que caiga el precio. Por otro lado, si se abre el mercado se empieza a recuperar un poco.
–¿Y los precios de la cuota Hilton?
–A principios del año pasado costaba US$15.000 dólares la tonelada, pero este año, incluso a fines del año pasado, hubo meses en los que costó US$7.500. No se podía conseguir un peso más porque había sobre oferta de stock.
– ¿Cuál es el rol de China en la exportación de carne argentina?
– Está aumentando sus compras en el mundo. De cada 10 kilos de carne exportada, 7 kilos y medio se lleva China. Pero como estamos tan dependientes de China, los precios han caído alrededor del 30%.
–¿La exportación afecta el consumo en el mercado interno?
– No, lo que se exporta no es el mismo producto. A China se exportan cortes que después trozan en pedazos muy chicos para wok. No necesitan carne sabrosa, de calidad. No es carne de consumo corriente sino para la industria, aunque hay una incipiente compra de carne de calidad para hotelería. Los europeos consumen animales de 550 kilos para arriba. El cuarto trasero va a Europa y el delantero a Israel. El corte parrillero, asado, vacío, matambre, queda para la Argentina. En el exterior se consumen otros cortes. Cuanto más se exporta a Europa, más asado queda en la Argentina.
–¿En qué afectan las nuevas medidas a la producción?
– Todos los nuevos requisitos que hay que cumplir son para los exportadores que no tienen fábrica. Esto lleva a sacar actores del mercado. Perjudica a los productores, porque se les saca un porcentaje de los compradores de esa vaca de exportación. Solo en el primer día, el precio de la vaca cayó 10 pesos.
–¿Hay similitudes con lo sucedido en 2006, cuando se cerraron las exportaciones de carne?
– En 2006, se prohibieron los envíos de carne al exterior y el precio se cuadruplicó después de un tiempo por la liquidación del stock. Todavía no llegamos a eso, pero estamos en camino
FUENTE: La Nación